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A la Mitad del Foro

Porque a mí me bautizaron con un trago de tequila

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Aspecto del desfile militar efectuado en Ciudad Juárez ayer ReutersFoto Foto
L

as Vegas es un casino en el desierto; sueño mafioso de libertad de acción y, al mismo tiempo, el milagro triunfal del flujo de visitantes, de dólares, de bailarinas y cantantes: el turismo en el país de las maravillas. O de cómo el libérrimo mercado transforma el vicio en virtud. De ese sueño surgieron las casinos que se multiplicaron en las vergonzosas reservaciones indias de la tierra de los libres; fuente de ingresos para marginados. No faltarán quienes propongan aplicar ese método en tierras de nuestros indios, indígenas, conforme usos y costumbres de hoy en día.

En Las Vegas podrían presumir que en sus dominios nunca se pone el sol, pero es luz artificial. Ahí se reunió el Consejo Mundial de Viajes y Turismo. Luminoso foro para promociones de agentes de viajes y vendedores de pasajes de avión, barcos o trenes, de estancias en hoteles lujosos o que lo parecen. Y para funcionarios gubernamentales que buscan acrecentar su porción del mercado turístico. Este año asistió un jefe de Estado, jefe de gobierno: Felipe Calderón, presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Uno, fue el único asistente de ese rango.

Felipe Calderón emprendió su travesía por el desierto para predicar la paz que impera en el país y pregonar cómo la violencia tan mentada no afecta a los visitantes, a los turistas. En el oeste americano nació el término: a shot of whisky, giro popular para referirse a un trago de whisky, o de otro aguardiente. Cuando llega la primavera vuelan al sur los jóvenes estudiantes en vacaciones, los spring breakers de lúdica fama. Y a ellos aplicó Felipe Calderón lo del shot, pero de tequila, en extraño giro de humor negro al contrastarlo con el sentido literal de shot: disparo, tiro, balazo. Los de tequila son el único riesgo para los bacantes, dijo el Presidente de una tierra en la que la violenta guerra contra el crimen organizado ha causado 35 mil muertes.

Ni un paso atrás. No pasarán. Visita a Ciudad Juárez y ajuste de cuentas al número de crímenes violentos cometidos el año en que iniciaron los programas destinados a reconstruir el viejo Paso del Norte y desalentar la impunidad y la violencia: que van muy bien, dijo, en acto en el que conmemoraron el centenario de la toma de Ciudad Juárez por las fuerzas de la Revolución al mando de Pascual Orozco, Francisco Villa y Lucio Blanco. Y en la capital de la República, los festejos por los 75 años de la fundación del Instituto Politécnico Nacional, obra de la visión de futuro del estadista Lázaro Cárdenas, de otros como el sinaloense Juan de Dios Bátiz, capaces de prever que la educación era la vía para el desarrollo, para la permeabilidad social, para generar los técnicos que requería el país en proceso de urbanización y para la naciente industria.

La directora del Politécnico, Yoloxóchitl Bustamante, habló en Los Pinos de los jóvenes mexicanos atrapados en el subempleo, la economía informal y la delincuencia, por la falta de empleo; recordó la frase del único sobreviviente de la explosión del pozo de la mina de Sabinas, Coahuila, quien a los 15 años perdió un brazo: Sigan estudiando para no trabajar en estas cosas. Pocos jóvenes tienen acceso a la educación superior. Y muchos de los que egresan no encuentran trabajo. Pero nada altera la propaganda oficial. José Narro reclama cambiar el modelo de desarrollo económico y social, combatir la pobreza con mayor eficacia que los programas de asistencia social aplicados hoy. Las protestas no son exclusivas de víctimas colaterales y sus familias, ni de las oposiciones políticas. Hace unos años, el tema de la seguridad no se discutía entre empresarios, pero ahora es vital; para generar empleos se requiere seguridad, dijo Mario Sánchez Ruiz, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.

Los de la cúpula empresarial, los de la oligarquía, no le ponen un grano de pólvora a su tequila; no cantan corridos como el de Rosita Alvírez y, menos todavía, el de La Valentina. A lo mejor queda espacio para que los memoriosos entonen El muchacho alegre, no sin riesgo de disgustar al poder establecido. Mario López Valdez, Malova, gobernador de Sinaloa, prohibió la difusión, interpretación y reproducción de narcocorridos en restaurantes, centros nocturnos y bares. El vocero de la Seguridad Nacional dio inmediato aval del gobierno federal, y otro tanto hizo el obispo de Culiacán, Benjamín Jiménez Hernández. Nada de hacer apología musical del crimen; en sitios concesionados, acotó Malova, quien sabe que en el sexenio de Francisco Labastida se prohibió a las estaciones de radio emitir canciones que mencionaran el narcotráfico.

A ver quién es el guapo que les canta La cucaracha. Por lo pronto empezó la campaña electoral en el estado de México. y sin ir a bailar a Chalma, Alejandro Encinas acuñó la medallita de la unidad, con fiel reproducción de las imágenes de Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, lado a lado, hombro con hombro: juntos. Otros fieles incluyeron a Marcelo Ebrard en el portento de la unidad imaginaria, y algunos escépticos señalaron al sitio secundario destinado a Jesús Zambrano, desde el cual apenas asomaba algo del dirigente nacional del PRD, casi en segunda fila, casi en la penumbra que es el reino de Manuel Camacho Solís. El otro rostro de la medalla mostró la soledad del panista Luis Felipe Bravo Mena, elegante candidato conservador que adoptó el discurso agresivo, del reto al estilo del gesticulador inmortalizado en la escena por el dramaturgo Rodolfo Usigli. Gustavo Madero, el líder del partido en el poder, no tuvo tiempo de asistir al acto de campaña de Bravo Mena: tenía asuntos importantes que atender, dijo.

Si la elección del estado de México es laboratorio, adelanto de lo por venir en la presidencial de 2012, la suerte está echada. Los encuestadores no se conforman con periódicas lecturas de las entrañas o del vuelo de las aves: hacen encuestas cada día; cada mañana anticipan los idus de marzo; cada 24 horas se asoman a su destino los tres aspirantes al cargo de gobernador. Y los cambios son microscópicos, nano-reflejos de las estrellas que tiritan a lo lejos, diría Pablo Neruda. Así y todo, anuncian dos o tres debates formales, bajo la égida del IFE, mientras empiezan las sucias campañas del desprestigio: la súbita llamada a vigilar el origen del dinero privado, cuando hay marco legal y la institución electoral debe hacerse cargo de que no fluya ayuda del narco o delincuentes de cuello blanco.

Y para colmo, asoma el descaro de Vicente Fox, la intervención ilegal del Presidente de la República, al declarar José Luis Luege, director de Conagua, que Eruviel Ávila, candidato del PRI, incurre en falta de lesa majestad al ofrecer entubar el canal de La Compañía: esas labores están dirigidas única y exclusivamente por el Presidente de la República, dijo. En años del autoritarismo, en el ocaso del priato tardío, hasta los intelectuales orgánicos hablaban despectivamente de los personajes oscuros encargados de la política de cañerías, de arrancar las culpas confesadas en los sótanos, polizontes que se creían émulos de Fouché.

Caray, los de hoy son tiempos de moralinas y de humor negro que impide repetir el dicho campirano aquel de: Para todo mal, mezcal; para todo bien, también. O la dicha infinita de escuchar a Lucha Reyes cantar con esa voz incomparable: ... porque a mí me bautizaron con un trago de tequila.

¡Salud!