Sociedad y Justicia
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La instrucción papal no llega al fondo de la cuestión, opina Athié
 
Periódico La Jornada
Martes 17 de mayo de 2011, p. 40

La carta circular que divulgó ayer el Vaticano sobre la pederastia generó diversas opiniones. Para algunos el documento no representa un cambio profundo en la forma en que la Iglesia católica ha afrontado esta situación, para otros se pone de manifiesto que la institución tiene una verdadera preocupación por el tema y muestra coherencia con los principios evangélicos en torno al respeto a la dignidad de las personas.

El ex sacerdote Alberto Athié señaló que el documento no cambia de fondo la política seguida por la Iglesia desde los años 1960 para acá, sólo añade algunas cosas, ni llega al fondo del asunto: que la pederastia es un delito grave que debe ser denunciado a las autoridades civiles.

Para que hubiera un cambio sustancial tendría que afirmar tajantemente que éste es un delito grave que lo atiende por ley la autoridad civil, y que sólo de manera accesoria o interna, lo podrá hacer la Iglesia desde su campo, pero que no lo puede resolver, apuntó, y criticó que en asistencia a las víctimas, se hable sólo de escucharlas y brindarles apoyo espiritual, cuando lo que el clero debe hacer es generar un procedimiento a través del que puedan exigir verdad y justicia y reparación del daño.

Manuel Corral, secretario ejecutivo de relaciones institucionales de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), destacó que el valor fundamental de la carta radica en que, además de ser una instrucción oficial y formal, tiene carácter universal, pues va dirigido a las conferencias episcopales del mundo, a diferencia de los mensajes dirigidos durante los últimos años a iglesias particulares.

Resaltó que, conforme a las instrucciones contenidas en el texto, la CEM no parte de cero, pues ha ido elaborando diferentes lineamientos en este ámbito.

Resaltó que en el escrito se exponga que el abuso sexual de menores no es sólo un delito canónico, sino también un crimen perseguido por la autoridad civil y que remarque la cooperación con esta última en casos que no sólo involucren a sacerdotes, sino también de personal religioso o laico que trabaje en las estructuras eclesiásticas.

Hugo Valdemar Romero, encargado de Comunicación Social de la Arquidiócesis de México, señaló que la carta es un avance. Subrayó que la elaboración de planes preventivos no es novedad para nosotros, porque lo que dice la Santa Sede lo venimos haciendo desde hace años en la arquidiócesis. No obstante, precisó que ahora, y conforme a las instrucciones papales, se tendrá que ver si los planes que se tienen corresponden, y si hay que modificar algo se hará conforme lo marca el documento. Recordó que el arzobispado cuenta con un manual para prevenir la pederastia en sacerdotes. Destacó el carácter universal del escrito, lo cual servirá para prevenir que esta vergüenza no la vuelva a pasar la Iglesia y sobre todo que no haya más víctimas por negligencia de iglesias nacionales o locales.

Sobre la afirmación de que la carta fija una obligación de reportar los abusos a autoridades civiles, Valdemar dijo que lo que menciona es la cooperación con las autoridades cuando éstas pidan explícitamente esta colaboración, y esto lo marca como pauta general, pues antes no estaba claro. Pero la misión de la Iglesia no es ser policía ni Ministerio Público o fiscalía.

Para Elio Masferrer Kan, presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones, esta carta es más de lo mismo: hablan de colaborar con las autoridades civiles, pero que sea de acuerdo con la legislación de cada país... los países donde el Poder Judicial es independiente y persigue a los sacerdotes pederastas, adoptarán medidas, pero donde pueden controlar el escándalo, seguirán haciéndolo.