Sociedad y Justicia
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Seguir igual sólo llevará a desesperanza, frustración, violencia y falta de democracia y libertad

Pide Narro cambios de fondo en el presente estilo de vida para dar opciones a los jóvenes

Instauran cátedra conjunta la UNAM, la Universidad de Cádiz y el Gobierno del Distrito Federal

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En Cádiz, el rector de la UNAM, José Narro, y el titular de la universidad de esa ciudad, Diego Sales, junto con el Gobierno del Distrito Federal, firmaron un convenio que instauró la Cátedra Ciudad de México 1812Foto Notimex
 
Periódico La Jornada
Sábado 14 de mayo de 2011, p. 34

El ser humano tiene que hacer un alto y replantear el camino, pues por el que hoy avanzamos sólo conduce a crisis reiteradas, cada vez más graves y prolongadas, desesperanza, frustración, violencia, debilitamiento de la democracia y de la libertad, planteó el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles.

Indicó que desempleo, desigualdad y falta de opciones para los jóvenes son los elementos que actualmente amenazan a las colectividades. Por ello, convocó a realizar cambios de fondo en el estilo de vida de la sociedad contemporánea.

Al dictar la conferencia México y España 200 años después: un nuevo mundo de oportunidades, en la Universidad de Cádiz (Uca), en España, con lo que dio inicio formal a la Cátedra Ciudad de México –en la que participan ambas instituciones universitarias y el Gobierno del Distrito Federal–, Narro señaló que toca a la actual generación lograr la utopía de que los jóvenes en México, España y el mundo tengan la oportunidad de estudiar, la certeza de conseguir un empleo digno, la posibilidad de aportar y contribuir al desarrollo de sus naciones. Que tengan, en pocas palabras, futuro.

Llamó a recuperar las utopías perdidas en un mundo donde de manera equívoca se ha convertido en virtud el pragmatismo más ramplón, el materialismo se ha adueñado de la vida colectiva, y se ha entronizado una crisis de valores que da cuerpo a las sociedades. En mucho, estamos colectivamente cautivados por un modelo de vida que ofrece comodidades y supuesto bienestar a un porcentaje de la población mundial, a costa de la vida indigna de cientos y cientos de millones de seres humanos.

Se refirió a algunas de las aportaciones de las Cortes de Cádiz dos siglos después de que se discutieran. Por su vigencia actual, Narro destacó a la libertad de imprenta y la restructuración del Estado. La primera, dijo, va en paralelo con la libertad de expresión y fue considerada por los liberales como una herramienta esencial en la lucha contra la ignorancia.

En este punto se unen dos grandes temas que considero deben tener prioridad en la relación entre España y México: la educación y el lenguaje. La lengua es el archivo de los conocimientos acumulados por una sociedad a lo largo de los siglos. Es por esto, entre otras cosas, que éstas deben ser entendidas como un patrimonio cultural, inmaterial pero vivo, de la humanidad; ellas responden a un historicismo que las hace dinámicas y, por tanto, cambiantes.

La educación, en especial la universitaria, tiene la responsabilidad de asegurar que los estudiantes sepan, hagan y sean. Que se informen a plenitud y que se formen de tal manera que sean capaces de hablar y de permitir hablar. Que estén preparados para escuchar y para hacerse escuchar. Que estén calificados para manejar la palabra escrita y defender con argumentos sus opiniones, pero también para que lean y comprendan lo que otros sostienen, conocen y desean.

Narro aseveró que entre mayores sean los niveles de educación y manejo del lenguaje, mayores serán las posibilidades de resolver en paz, con diálogo y uso de la razón, cualquier tipo de diferendo. Además de que ambos hacen factible la construcción de nuevos proyectos colectivos para el desarrollo de la sociedad.

Por otro lado, indicó que tras la gran recesión de 2009, ha quedado en evidencia que se debe volver a discutir la relación del Estado con la sociedad y el mercado. Es momento de repensar el papel del Estado en la economía y sus responsabilidades con el bienestar, aunque ello no implica regresar a etapas superadas de intervencionismo estatal indiscriminado, pero sí cambiar un sistema que deja a muchos ciudadanos a su suerte, como ha ocurrido en las últimas décadas. Requerimos un Estado más fuerte y con una actuación de mayor calidad.