Opinión
Ver día anteriorLunes 9 de mayo de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Balance de la Jornada

Pumas y Chivas, de la mano de sus jóvenes canteranos

H

ay varias formas para llegar al éxito futbolero. Se recuerda a aquellos Pumas de Cabinho y Hugo Sánchez, al Cruz Azul de Miguel Marín y Fernando Bustos, al Tigres de Jerónimo Barbadillo y Tomás Boy, así como al América de Daniel Brailovsky y Alfredo Tena.

Equipos que marcaron época, que dejaron grandes recuerdos y que combinaron extranjeros de calidad y mexicanos de igual o mejor nivel.

Pero esta vez, Pumas y Chivas llegan con la fórmula que deberían adoptar todos los equipos del balompié nacional: el impulso a las fuerzas básicas.

Y, en esas buenas ironías que a veces se dan en nuestro futbol, los jóvenes auriazules y tapatíos eliminaron a Monterrey y Tigres, equipos formados casi exclusivamente por el poder del dinero.

Fueron victorias, se dice bien, de la cantera sobre la cartera, de noveles mexicanos sobre los cracks sudamericanos y locales, de lo que debe ser el futbol nacional sobre lo que tristemente es.

Al balompié casero le conviene más que triunfen jugadores como Marco Fabián y Érick Torres frente a Damián Álvarez y Lucas Lobos, que se impongan elementos como Javier Cortés y Luis Fuentes ante Walter Ayoví y el Chupete Suazo.

Y también le sirve más que técnicos con tendencia ofensiva como José Luis Real y Guillermo Vázquez superen a estrategas con tendencia defensiva como Ricardo Ferretti y Víctor Manuel Vucetich.

Resulta una lástima que las dos escuelas que más han apoyado a sus canteras tengan que eliminarse en semifinales, pero qué bueno para todos que un equipo que impulsa a los jóvenes tenga garantizado un lugar en la serie que definirá el campeonato, para muestra de aquellos directivos que por negocio y malinchismo son viajeros frecuentes a Sudamérica.

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Chispa Velarde, surgido de fuerzas básicas de PumasFoto Notimex

Por su parte, casi sin hacer ruido, el Cruz Azul ya está en la antesala de otra final. Los Cementeros arrastran una pesada cruz de sólo un título ganado en 30 años, pero esta vez llegan sin la presión de ser favoritos, como en el torneo anterior que fueron superlíderes, y ante el Atlante dieron muestras de que saben manejar un marcador.

En duelo tenso, poco vistoso para la tribuna, pero de gran estrategia en las bancas, a los Potros les faltó plasmar su dominio en las redes, pero su plantel ya había hecho demasiado para tan poca inversión.

Alejandro Burillo y José Antonio García quieren seguir sacando oro de reservas agotadas, aunque por poco y lo consiguen otra vez, ahora con Kikín Fonseca y Giancarlo Maldonado. Lo rescatable es el gran torneo que tuvo el Hobbit Bermúdez y que lo llevó a la selección, donde deberá mejorar su nivel para mantenerse.

La protesta popular ante la hidratación con fines mercantilistas tuvo eco en Televisa, que rectificó y salvó de más comerciales a un deporte que se esfuerza por buscar anunciantes hasta en el trasero.

Y si todo el tiempo en México se tuviera un nivel como el de la liguilla, disfrutaríamos sin lugar a dudas de una de las mejores ligas del mundo.

Mientras las finales roban cámara, Cuauhtémoc Blanco sigue sacando magia de sus gastados botines y ya tiene al Irapuato en la final. De lograr el añorado ascenso para el equipo del Bajío –ante un cuadro armado hasta los dientes como el Tijuana–, los aficionados freseros seguro le perdonarán el lapsus que tuvo en su presentación, cuando dijo que haría campeón al Veracruz.