Madrid, 4 de mayo. El director de orquesta y músico Riccardo Muti fue reconocido hoy con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, por su trayectoria de dimensión universal y porque ha sido capaz de transmitir al público el mensaje intemporal de la música.

El maestro italiano, una de las batutas más destacadas de nuestra era, se ha mantenido como primera figura de la música sinfónica y la ópera desde hace 40 años, en los que ha dirigido las orquestas más prestigiosas del mundo.

La última vez que estuvo Muti en México fue en el 2006, cuando dirigió a la Orquesta Filarmónica de Viena en el Auditorio Nacional.

Riccardo Muti, nacido en Nápoles en 1942, fue el elegido de una larga de listas de grandes artistas que también presentaron su candidatura a los Príncipe de Asturias, galardones que valoran la trayectoria y la impronta que han dejado en la sociedad los personajes o instituciones reconocidos.

En esta ocasión, Muti superó a artistas como el arquitecto japonés Toyo Ito, el cineasta de animación Hayao Miyazaki, el director de orquesta Seiji Ozawa, el cineasta hongkonés Wong Kar-Wai, la coreógrafa cubana Alicia Alonso, la pintora portuguesa Paula Rego, el Ballet Nacional de Georgia, el musicólogo catalán Jordi Savall; los cantautores Joan Manuel Serrat y Leonard Cohen, así como el grupo argentino Les Luthiers, entre otros.

En total optaron por el premio 35 candidaturas procedentes de Alemania, Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Cuba, China, Estados Unidos, Estonia, Francia, Georgia, Grecia, Italia, Japón, Macedonia, México, Portugal, Reino Unido, Suiza y España.

Formación humanística

Después de varias votaciones finalmente los 14 integrantes del jurado eligieron a Muti, de quien destacaron en el acta su trayectoria de dimensión universal vinculada con los mejores teatros del mundo, además de definirlo como un músico reconocido por su vocación investigadora y su formación humanística, Muti hace honor a la tradición clásica del director capaz de extraer el espíritu de cada obra a través de las mejores cualidades de las orquestas. Consigue con ello transmitir al público el mensaje intemporal de la música.

El jurado de este premio –convocado por la Fundación Príncipe de Asturias– estuvo presidido por José Lladó y Fernández-Urrutia, e integrado por Mercedes Álvarez González, Carlos Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, Guillermo García-Alcalde Fernández, Rosina Gómez-Baeza y Tinturé, Juan Carlos Laviana Díaz, Emilio Marcos Vallaure, Hans Meinke, Miguel Muñiz de las Cuevas, Benigno Pendás García, Mariano Puig Planas, Benedetta Tagliabue, Amelia Valcárcel Bernaldo de Quirós y José Antonio Caicoya Cores (secretario).

Riccardo Muti, el pasado 15 de abril, durante un ensayo de Otelo, ópera de Verdi, con la Sinfónica de Chicago, en el Carnegie Hall de Nueva YorkFoto Ap

La candidatura de Muti fue propuesta por Teresa Berganza, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 1991 y una de las sopranos más relevantes del siglo XX en España. Berganza es una profunda admiradora de Muti, con quien trabajó en algunos recitales y a quien ha seguido a lo largo de su trayectoria.

Dimisión en la Scala de Milán

Riccardo Muti ha estado ligado a la música desde muy joven, cuando inició sus estudios de piano en el Conservatorio de San Pietro, en Majella, y de composición y dirección de orquesta en el Conservatorio Giuseppe Verdi, de Milán. A los escasos 25 años comenzó su proyección internacional, impulsada sobre todo por la concesión del premio Guido Cantelli, que le abrió las puertas de la dirección de la London Philarmonia, en 1972.

Desde entonces ha ostentado la batuta de las grandes orquestas del mundo, entre ellas la de Filadelfia, de la que fue director 1980 a 1992, puesto que alternó con su dirección musical en el Teatro de la Scala de Milán, entre 1986 y 2005. Desde 2010 es director musical de la Orquesta Sinfónica de Chicago.

El Festival Chicago Youth in Music, también presidido por Riccardo Muti, ofrece este año la presentación de la Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez, el sábado 7 a las 18:30 horas, y del Coro Infantil de Morelia, el jueves 12, además de alrededor de 15 actividades más en esa ciudad estadunidense.

En la Scala de Milán, el director italiano recibió fuertes críticas pues, aseguran sus detractores, la mantuvo al margen de la innovación y manejó como feudo personal.

Ahí, Muti enfrentó un conflicto que finalizó con su dimisión a principios de abril de 2005, aseguró, debido a la hostilidad evidente de los trabajadores de la institución.

Además, ha sido invitado regularmente por las filarmónicas de Berlín y Viena, así como por el Festival de Salzburgo desde 1971, donde se reconoce su labor con óperas de Mozart. También se valoran sus adaptaciones en algunas de las óperas más populares, como La Traviata, de Verdi; Macbeth, Nabucco, Otelo y Requiem, junto a Luciano Pavarotti o la grabación de Aída, con Montserrat Caballé y Plácido Domingo.

Tras conocerse la noticia del galardón otorgado a Riccardo Muti varios personajes españolas elogiaron su profesionalidad, virtuosismo y carácter en la dirección musical.

El musicólogo Guillermo García-Alcalde señaló que Muti es uno de los cinco directores más importantes de la historia de la música. Mientras el barítono Carlos Álvarez añadió que el artista italiano representa la exigencia personificada. No es nada indulgente consigo mismo. Y esto se puede aplicar a todos los aspectos de su vida: el personal y el profesional.