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Me dijo que había una guerra y lo hizo para salvarme; fue difícil salir de esa pesadilla, dice

Militar que robó a hija de desaparecidos le confesó haber asesinado a sus padres biológicos

Se cumplen 34 años de la primera caminata de las Madres de Plaza de Mayo en Argentina

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 29 de abril de 2011, p. 27

Buenos Aires, 28 de abril. Diez años tardó Hilda Victoria Montenegro, hija de desaparecidos y apropiada por un militar durante la pasada dictadura, para denunciar que su apropiador le confesó que el mató a sus padres biológicos en el operativo de secuestro en febrero de 1976, y que además se apropió de otro niño que resultó ser Horacio Pietragalla Corti, a quien entregó a una persona que trabajaba en su casa.

Ahora frente a los tribunales pudo decir sin poder contener el llanto que su apropiador el coronel Herman Tetzlaff (ya fallecido), no sólo le dijo que mató a sus padres sino que le entregó la pistola con que lo había hecho para que la guardara.

Después del descubrimiento de la verdad cuando se supo que era hija de desaparecidos, su apropiador le dijo que lo hizo para salvarla, versión en que colaboró el fiscal Juan Martín Romero Victorica, investigado ahora por la procuraduría y la justicia.

Nada bueno puede surgir de una relación enfermiza con el asesino de mis padres, él me dio el arma con la que los mató, lo que hago ahora es lo que tengo que hacer, sostuvo al liberarse de aquel pasado.

Su relato ha sido uno de los más esclarecedores y conmocionantes.

No fue fácil. Herman no sólo era el jefe del grupo de tareas, sino que es la persona que asesinó a mis papás, y me lo cuenta cuando tenía 25 años, cuando aparecí dice refiriéndose al momento en que se le confirmó su verdadera identidad.

Después de que la justicia me da el resultado del ADN y se comprueba quiénes fueron mis padres biológicos, fuimos a cenar (con el ex coronel) y entonces dijo que era una guerra, que ingresó a la casa y que habían abatido a los subversivos, que eran mis padres y que lo había hecho por mí, que quería lo mejor para mí, y recuerdo que yo se lo agradecía, que le decía:papá quedate tranquilo que no tengo dudas de que fue así. Hace diez años de eso y al fin pude salir de la pesadilla.

Durante un programa de radio pudo confesar también que le llevó muchos años entender, porque para mí para mí todos tenían la culpa menos él. Todos: las Abuelas, mis padres biológicos, la historia, todos. Pero cuando la verdad llega, se te cae el pañuelo (la máscara) y pude incorporar a mis papás y ahí pude recién recuperar mi identidad y reconocerme como Victoria ya que yo me seguía presentando como María Sol Tetzlaff. No se puede asumir la verdad así de repente .

Entiende ahora que la idea de ellos (los militares) era acabar con todo, devastar todo. Obviamente me formaron toda la vida para que no quede nada. Entonces te lleva tiempo acomodarlo, pero para eso están las Abuelas, otros nietos, mi familia biológica que es fabulosa y me ayudó mucho en todo esto.

El ex coronel, la quería convencer de que la apropiación era un gran acto de amor, que me habían criado con cariño.

Cuando tenía 9 años llamaron a su apropiador desde un juzgado de Morón, donde un juez –cuyo nombre no recordó –sacó del cajón expedientes de una causa y le dice que las ‘viejas’ (las abuelas de Plaza de Mayo) ya estaban empezando a molestar. Que se quedara tranquilo, que el encargado de todo esto era otro colega, pero que tomara conocimiento de que estaba pasando esto.

Hasta 1989 cuando ya había comenzado la causa contra Tetzlaff yo lo que sabía era que en Argentina hubo una guerra, para mí la subversión se estaba vengando de mi padre y sus compañeros que habían sido soldados; pensaba que los desaparecidos eran mentira, que no eran personas físicas, sino un invento de las Abuelas.”

Montenegro se negó a que le sacaran una segunda muestra de sangre después que en la primera ya se había comprobado que sus apropiadores no eran sus padres. Entonces el caso cayó en manos del juez de San Isidro Roberto Marquievich, al que su padre acusaba de montonero, pero en realidad fue el que pudo resolver su verdadera identidad.

La historia interminable

Y allí entra otra parte de este drama. Su padre adoptivo también robó a otro niño que entregó a la señora que trabajaba en su casa y que resultó ser el nieto número 75 encontrado por las Abuelas cuyo verdadero nombre era Horacio Pietragalla.

El 10 de mayo de 2003 las Abuelas anunciaron que lo habían encontrado, pero la familia humilde que lo crió -su madre era la mucama del coronel- no sabía su procedencia. Era hijo de Horacio Pietragalla, quien fue asesinado en Córdoba por la Triple A, en 1975 y Liliana Corti, asesinada el 5 de agosto de 1976 en Villa Adelina, provincia de Buenos Aires.

Pietragalla relató que vivió con su madre del corazón y una hermana, hija biológica del matrimonio que le dieron todo lo que se puede dar a un hijo y le ayudaron a encontrar su identidad.

Recordó entonces que Tetzlaff, en cuya casa trabajaba su madre se había apropiado de una niña. Vivíamos en el mismo edificio y mi mamá me llevaba y yo jugaba con esa nenita que, como yo, había sido robada y ninguno de los dos lo sabíamos. Esa niña era Hilda Victoria Montenegro.

Aniversario de Madres de Plaza de Mayo

Este jueves se cumplieron 34 años de aquel momento histórico en que un grupo de mujeres, madres de secuestrados desaparecidos, que luego se identificarían por sus pañuelos blancos en la cabeza comenzaron a caminar en ronda alrededor de la Pirámide de la Plaza, desafiando a la dictadura militar.

Aquellas Madres Fundadoras de Plaza de Mayo se constituyeron en un símbolo del valor, el coraje y la resistencia y su presencia derrotó moralmente a la dictadura y se transformó en un ejemplo para el mundo. Fue el 30 de abril de 1977 y caminaron por que la policía y los militares le ordenaban circular. De esa forma comenzaron a andar en ronda y hasta hoy los siguen conmemorando y siguen siendo un baluarte de la dignidad aquí y en el mundo.

Sus consignas de hoy fueron las Madres, los Hijos, la Patria, en un sólo corazón, y 30 de abril Día del Coraje Civil. En este caso fue la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, que encabeza Hebe de Bonafini la que comenzó la ronda a las 15:30, como cada jueves lo hicieron a partir de entonces.

Se montó un escenario donde hubo discursos emocionados, se escucharon canciones del Coro Cumpa de la Universidad de las Madres, que estuvieron acompañadas por diversas organizaciones políticas y sociales.

Recordando a los hijos como luchadores Bonafini dijo que éstos son una guía en un momento como el que vive el país “porque lo que han hecho Néstor (Kirchner , ex presidente) y Cristina (Fernández de Kirchner) es revolucionario y transformador(…)No será la revolución que soñaron nuestros hijos, pero es una revolución que todos los días nos demuestra que se puede luchar contra los fachos (fascistas) y contra los que mienten”.

Destacó que las Madres sienten orgullo por sus hijos revolucionarios y de llevar el pañuelo blanco que es como el abrazo de nuestros hijos

En este día saludó especialmente a los trabajadores, que fueron el 45 por ciento de los desaparecidos.

Por su parte, las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora conmemoraron esta fecha en el mismo lugar donde se dio la primera reunión en la Plaza y pidieron nuevamente por sus hijos secuestrados por la verdad y por saber adonde se los llevaron. En este caso hablaron Taty Almeida y Nora Cortiñas quien además de recordar a sus hijos y a las madres que ya no están pidió una solución urgente para el problema que plantean los pueblos originarios a través de los hermanos qom de Formosa, a quienes les han arrebatado sus tierras, y que están desde hace cuatro días haciendo una huelga de hambre y cortando una avenida importante en el lugar.

Quedaron como símbolo de este día fotografía de las madres desaparecidas por la dictadura en diciembre de 1977, cuyos cuerpos después se encontrarían entrados como NN e identificados en 2004, y también de las que fueron muriendo en esta larga lucha, donde se logró avanzar mucho en derechos humanos, pero la mayoría no pudo encontrar a sus hijos.

Alrededor de la Pirámide de Mayo descansan las cenizas de Azucena Villaflor, a quien se reconoce como la fundadora de Madres, porque así lo dispusieron sus hijas cuando al fin sus restos fueron encontrados. Las otras dos madres secuestradas y desaparecidas, Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco descansan en los terrenos de la Iglesia de Santa Cruz desde donde fueron llevadas por los militares de la marina, en este caso.