Londres, 28 de abril. Esto es mucho más importante que las matemáticas, sostiene Barbara Murray, de 47 años, quien sacó de la escuela a sus cinco hijos para acampar frente a la abadía de Westminster y así tener la mejor vista de la ceremonia nupcial.

La familia Murray ha viajado desde Norfolk y busca su objetivo con verdadera dedicación. “Hemos acampado para ver todas las bodas. Hasta la de Carlos y Camila –comenta Darcy, de 15 años, hijo de Barbara. Nuestros amigos de la escuela dicen que estamos locos, pero nos encantan las bodas reales más que cualquier otra cosa. Sobre todo Harry.”

El campamento de los Murray es uno de los muchos que se instalaron a lo largo de la semana frente a la abadía, donde también se emplazó una muralla de estudios temporales de televisión.

Más allá se encuentra Anne Daley, agente de bienes raíces de Cardiff, en un saco de dormir color rosa, en compañía de su perra Camila, de la raza King Charles spaniel. “Llegué un día antes –dice. Creí que la boda sería el jueves.”

¿Por qué hay personas dispuestas a acampar con tal de ver la boda de dos personas que no conocen? “Bueno, por la misma razón que todo el mundo –contesta Ann: Quiero ver el vestido, la parafernalia.”

John Loughrey, de 56 años, “superfan de Diana”, fue el primero en llegar, la tarde del lunes. Además de vestirse con banderas Union Jack de cabeza a pies, ahora aprieta con orgullo un oso de felpa que representa al príncipe Guillermo en uniforme del ejército y una réplica gigante del anillo de compromiso. Lo que más lo emociona es ver a Kate.

“Ya lo estoy imaginando. Lo sueño –dice, con la mirada fija en la distancia–. Será un vestido de corte recto, color crema, con hermosas flores en el velo. Diana estará con ellos en el balcón cuando se besen.”

Esos acampadores tempraneros se unirán a los que han estado en plantón más allá sobre la avenida, en la Plaza del Parlamento, desde 2001. “Es una boda como cualquier otra. No me importa –expresa un hombre de la Campaña de Paz Brian Haw, quien rehúsa dar su nombre. Esperamos que nos vean, pero se interpondrá mucha gente.”

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya