Mundo
Ver día anteriorMartes 5 de abril de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Guerra a Libia
La OTAN no hace lo suficiente para proteger a civiles: consejo de Bengasi
Foto
Imam Bugaighis, vocera del Consejo Nacional de Transición de Bengasi, en entrevistaFoto Alberto Pradilla
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Martes 5 de abril de 2011, p. 23

Bengasi, 4 de abril. Imam Bugaighis daba clases de odontología en la Universidad de Bengasi hasta que estalló la rebelión libia. Desde el 17 de febrero, cuando se inició la revuelta contra el coronel Muamar Kadafi, ejerce como vocera del Consejo Nacional de Transición, el órgano que ostenta el poder en el territorio controlado por los rebeldes. Su improvisado cargo es ejemplo de cómo las instituciones opositoras a Trípoli se construyen sobre la marcha. Su preocupación principal es ganar la guerra. Y, por ello, han pasado de rechazar la intervención extranjera a acusar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de no bombardear lo suficiente.

–El frente de guerra se ha estancado en Brega después de que la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que permitió a la OTAN atacar a las tropas del general Muamar Kadafi, impidió la caída de Bengasi. ¿Se ha convertido la alianza en la fuerza aérea de los rebeldes?

–Por supuesto que no. Hay que tomar en cuenta lo que está ocurriendo en Misurata o en Zintan. También lo que ocurrió en Isdabiya o la masacre que se preparaba en Bengasi. Simplemente se está protegiendo a los civiles. Hay una parte de la resolución que ordena un alto el fuego inmediato. Y eso Kadafi no lo está cumpliendo.

–Ustedes tampoco. De hecho, cualquiera que vaya al frente puede comprobar cómo sus milicias avanzan gracias a la intervención aérea.

–El problema es que Kadafi ataca zonas civiles. Si estás en una ciudad y tu hermano está al lado, ¿cómo le vas a decir que no vaya a liberarle? Lo que dice la resolución sobre el alto el fuego es que repliegue a sus tropas, saque a sus francotiradores y permita la libertad de expresión. Si la mayoría de la población quiere estar bajo su régimen, entonces perfecto. Pero él sabe que nadie le quiere.

–Su postura sobre la intervención extranjera ha variado considerablemente. Primero se negaron a ella. Después, aceptaron la zona de exclusión. Y, finalmente, han terminado pidiendo más contundencia. ¿Llegará el día en el que avalen una intervención terrestre?

–Lo único que pedimos al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y al liderazgo de la OTAN es que ejerzan un papel más efectivo para proteger a los civiles. Y esto no está ocurriendo. El proceso es muy lento. Pueden bombardear cualquier lugar. Y si lo hacen, entonces iremos nosotros a liberar a nuestros hermanos. Pero lo que están haciendo no es suficiente. Y además es muy lento. Estamos agradecidos, pero queremos más.

–¿Se refiere a una invasión terrestre o a más ataques desde el aire?

–Si es sólo a través de bombardeos sería perfecto. Pero tienen que actuar.

–El Consejo Nacional de Transición se formó hace dos meses, pero ni siquiera se conocen todos sus integrantes. ¿Qué papel desempeña ahora mismo?

–Representamos a la Libia liberada. Las identidades de quienes proceden de las zonas en manos de Kadafi no se anunciarán debido a que es un riesgo para ellos. Éste es el proceso más democrático que podíamos conseguir. Estamos en fase de transición. No tenemos instituciones ni nada funcionando. Estamos en una crisis, en una guerra; nuestros jóvenes están luchando y hay que preocuparse de los hospitales. Además, hay que pensar en el futuro: escribir una constitución. Las cuestiones urgentes son liberar el país y gestionar la situación de las zonas bajo asedio.

–¿Quién ha elegido a los miembros del consejo?

–No estamos en una situación normal. Cuando todo ocurrió establecimos un consejo municipal en cada localidad, que busca gente que sea aceptada en sus sectores. Cada consejo nominaba a una persona o dos dependiendo de la población. Éste es el proceso más democrático que podíamos lograr en la situación en la que nos encontramos.

–Pero, ¿quiénes son las personalidades que lo componen?

–Gente calificada que se dedicará a gestionar el país hasta que todo sea liberado. También estarán encargados de apoyar a ciudades bajo sitio, a la reconstrucción y a gestionar el desastre que están sufriendo estas localidades. Finalmente, tendremos que prepararnos para el proceso democrático.

–Un hecho particular de la revolución libia es que no hay partidos políticos que la sostengan. ¿Cómo van a organizar elecciones si no tienen ningún partido político?

–Antes de la revolución no teníamos ningún tipo de actividad política, aunque sí gente calificada. No tenemos instituciones ni sistema, por lo que ni siquiera esta gente pude funcionar. Ahora tenemos personal calificado, tanto de Libia como personas que se vieron obligadas a huir. Ellos están contribuyendo a la construcción de esta ciudad.

–Al margen de los partidos, tampoco se ha clarificado cuál es el programa del Consejo de Transición.

–Hemos consensuado la reivindicación de un Estado civil con separación de poderes, democracia multipartita, respeto a los derechos humanos… Y por eso queremos nominar nuestro país como república libia. No somos socialistas, nos definimos como liberales. Aunque, por supuesto, vamos a proteger los derechos de la población, poniendo en marcha una administración limpia que sirva para impulsar a la población de todo el país.

–Otra de las cuestiones que se debaten actualmente es el papel que desempeñan los islamitas dentro de la revolución y la posible aparición de grupos extremistas.

–La gente, después de 42 años de opresión, podría haberse refugiado en la fe y las armas. Nosotros somos moderados, pero seguiremos siendo musulmanes. Es un debate que no se plantea. La cuestión religiosa no es un problema para esta sociedad. Queremos respetar nuestra cultura y que nos respeten. Yo soy un ejemplo. No estoy velada y soy respetada aquí. No tengo problemas para vivir. La mayor parte de las mujeres han decidido cubrirse la cabeza, porque todos nosotros somos conservadores. Ésta es nuestra cultura. Esto no quiere decir que cubramos nuestra mente ni nuestro modo de pensar. No tenemos que construir algo aceptable para Occidente, sino que tenemos que mantenernos fieles a lo que somos.

–No me negará que, paradójicamente, tanto Estados Unidos como Muammar Kadafi les han acusado de tener entre sus filas a antiguos miembros de Al Qaeda.

–Son sólo 25 personas. Ya salieron a la calle, son ciudadanos corrientes y estamos orgullosos de ellos, porque están combatiendo con nosotros, hombro con hombro, para liberar el país. Incluso desde la prisión denunciaron la ideología de Al Qaeda. Ahora no tienen ningún interés en aterrorizar a Occidente. Puedes preguntar por la calle y verás que somos moderados. Esto es bueno para todo el mundo, tanto para Occidente como para la sociedad internacional. La gente sabe que las personas se vinculan con Al Qaeda y con los extremistas cuando están desesperadas. Nosotros les hemos dado otra opción, diciéndoles que su verdadera lucha está en su tierra, combatiendo a los dictadores. Occidente debería apoyarles, a ellos y a nosotros. En todos los países hay extremistas.

–Siguiendo con la cuestión religiosa y teniendo en cuenta que, como ha señalado, Libia es un país muy conservador, ¿qué papel tendrá la mujer dentro de la revolución?

–Se pueden ver manifestaciones de mujeres cualquier día. Y no estábamos acostumbrados a eso. Estamos orgullosas de poder salir a la calle y decir lo que pensamos. Hay mujeres trabajando en todas las estructuras.