Opinión
Ver día anteriorViernes 11 de marzo de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El corazón del bosque
S

er una película premiada en el festival Sundance implica, por lo general, someterse a un patrón de producciones independientes, divididas en dos grandes grupos de ficción: las referidas a familias disfuncionales, casi siempre obligadas a enfrentarse por una reunión social, o el llamado subgénero del mumblecore, según se define a ese cine sobre jóvenes insatisfechos y aburridos que hablan de sus vidas sexuales entre balbuceos (de ahí su sobrenombre). Invierno profundo, segundo largometraje de Debra Granik, pertenecería más bien al primer grupo, aunque disfuncional no empezaría a definirla.

La película se centra en la inquebrantable adolescente Ree Dolly (Jennifer Lawrence), quien, muy madura para sus 17 años, carga con la responsabilidad de cuidar a sus dos hermanos menores, así como a su madre catatónica, más aún cuando su padre Jesse se ha ausentado por varias semanas. La chica indaga sobre el paradero de su progenitor y encuentra respuestas vagas, cuando no amenazantes de la gente en su entorno (casi todos familiares de alguna forma).

La acción se sitúa en la región de las montañas Ozark de Misuri. Es decir, territorio de hillibillies, esos habitantes más bien retrógrados del bosque profundo –y sureño– de Estados Unidos, donde los niños cazan ardillas con rifles para comérselas y los lazos familiares se extienden en ramificaciones endogámicas (según reza un chiste gringo, el dilema de una pareja hillbilly que se separa es: ¿pueden seguir siendo hermano y hermana?).

Son personajes que el cine hollywoodense nos ha acostumbrado a ver con desconfianza. Además de su afición a las escopetas y la música de banjo, son caracterizados por su desprecio a la gente urbana que, según el género, puede ser objeto de tortura, asesinato o incluso canibalismo. En Invierno profundo no dejan de parecer peligrosos, pero no hacia fuereños, sino entre ellos mismos. Lo que antes eran las destiladoras clandestinas de aguardiente (o moonshine) se han convertido ahora en laboratorios de metanfetamina para fabricar crac. Jesse laboraba en uno de ellos que se descubre destruido, iniciando así rumores de una muerte provocada por su sospechosa cercanía a un sheriff local (Garrett Dillahunt).

Sin embargo, Ree no se deja intimidar por la ley, ni por cazadores de recompensas ni por un hostil tío llamado Teardrop (John Hawkes), quien se desentiende del asunto. La peor amenaza es que, de no probar la muerte de Jesse, la familia deberá abandonar su hogar y ser sostenido únicamente por Ree. Como corresponde a una heroína del melodrama sureño, todas hijas naturales de Scarlett O’Hara, la joven no se arredrará ni ante la amenaza de ser asesinada. En una secuencia hasta intentará enrolarse en el ejército para conseguir dinero, apunte sutil sobre qué clase de ciudadanos son reclutados para combatir guerras en el extranjero.

Gracias a su sobria y fuerte presencia, la joven actriz Lawrence convierte esa historia fría y cruel en un convincente triunfo del espíritu. No parece una actriz trasplantada de Hollywood –como lo es, de hecho– en un reparto que mezcla a actores profesionales con aficionados, sino se ve perfectamente arraigada en ese ambiente que hiede a rancho. Al final, no sabemos qué va a suceder con ella y su familia, pero no queda duda de que Ree va a salir adelante, aunque deba convertirse en la cabeza de uno de esos clanes fabricantes de drogas.

Granik narra Invierno profundo con una puesta en escena nada pretenciosa, que recurre a los planos cerrados para expresar el atolladero emocional y económico de su protagonista. Si acaso, se permite el lujo de una secuencia onírica en blanco y negro o unos interludios musicales. Pero la atmósfera se va haciendo cada vez más tenebrosa hasta llegar a una resolución casi digna de un relato de horror gótico (con todo y el macabro uso de una sierra de motor).

Por su carencia de atractivo taquillero, el cine independiente estadunidense no suele encontrar distribución en México. Invierno profundo lo ha logrado gracias al impulso publicitario de sus candidaturas al premio Óscar. Pues que de algo sirva esa cosa.

Invierno profundo

(Winter’s Bone)

D: Debra Granik/ G: Debra Granik, Anne Rosellini, basado en la novela de Daniel Woodrell/ F. en C: Michael McDonough/ M: Dickon Hinchliffe/ Ed: Adolfo Goncalves/ Con: Jennifer Lawrence, John Hawkes, Garrett Dillahunt, Sheryl Lee, Shellye Waggener/ P: Winter’s Bone Productions, Anonymous Content. EU, 2010.