El obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera López, lamentó que ocurran cada vez con más frecuencia, tanto en ese estado como en el resto del país, enfrentamientos armados, como el que se suscitó ayer en la capital de la entidad.

Señaló que esos espectáculos dan escalofríos, son preocupantes y hacen sentir al pueblo que está desamparado, en manos de los pillos, expuesto a la inseguridad, en la orfandad. No hay atisbo de que las operaciones conduzcan finalmente a una pacificación del país.

En entrevista con La Jornada, aseguró que en las circunstancias actuales, para quien ingrese o viva en el país, no hay protección, pues se experimenta una situación en la que los muertos los pone el pueblo.

Añadió que, pese a las detenciones y los asesinatos de narcotraficantes, la violencia no baja, lo cual podría hacer pensar que “se quiere acabar con unos (cárteles) para que se queden otros.

“Da la impresión, en la zona norte, que en algún momento dado reciben apoyo oficial determinados cárteles para desmantelar a otros. Porque aun cuando aparentemente están deteniendo gente en esa especie de redadas, la violencia no baja. Como si hubiera ciertas cosas pactadas, porque cuando vemos estas cosas, como la que está pasando ahora aquí (el enfrentamiento de ayer), se podría pensar que van a bajar los niveles de violencia, pero eso no sucede, y se ven estos espectáculos.”

Indicó que si fuera una “guerra limpia contra el narco” se pondría más énfasis, por ejemplo, en una mejor procuración de justicia, pero eso no es verdad, porque en los hechos es sólo una guerra en la que los ciudadanos somos el botín, lo cual ha evidenciado la decadencia, mediocridad y descomposición del Estado, así como el hecho de que no hay operatividad política.

Días antes, Vera López señaló a este diario que con la guerra de fuerza bruta se está justificando la falta de trabajo de inteligencia para desmontar el crimen organizado. Agregó que la lucha contra el narcotráfico no lleva a ningún lado, no tiene ton ni son; es un engaño, y quien paga las consecuencias es la población civil.

Vera López aseguró que al no afectar a las agrupaciones criminales en sus recursos ni desmantelar las redes de complicidad, la estrategia contra el crimen organizado no rendirá frutos.

Esta guerra es como un cero a la izquierda. Dejarles el dinero para que compren armamento, a funcionarios y para que sigan contratando y pervirtiendo a nuestros jóvenes es estar haciendo nada. Quien ha hecho fuerte al crimen organizado es el Estado, que no actúa para procurar justicia; no detiene ni juzga a quienes lavan dinero y no remueve de sus puestos ni juzga a quienes desde la función pública están dando apoyo al crimen organizado.

Consideró que el nivel de violencia es espantoso, con víctimas a diario. Añadió: Cada vez queda más claro que la responsabilidad más grande de todo lo que está pasando la tiene un Estado descompuesto, horadado por corrupción, incapacidad, impunidad, irresponsabilidad e incapacidad para gobernar.

Indicó: Parece mentira, pero la exhibida más fenomenal se la vino a dar el crimen organizado, el cual, con su capacidad destructiva, ha desnudado la corrupción, la podredumbre y la porquería que está adentro.