Sociedad y Justicia
Ver día anteriorLunes 21 de febrero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Revela estudio que hay cinco diferentes ecosistemas y no uno

Proponen nuevo manejo de pesquerías; 70% han sido sobrexplotadas: experto
 
Periódico La Jornada
Lunes 21 de febrero de 2011, p. 47

La región noroeste de México, de donde procede 60 por ciento de la producción pesquera del país, es administrada por la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca) como una sola unidad, pero allí se encontraron cinco diferentes ecosistemas que varían en composición y volúmenes de captura, por lo que se propone un manejo a partir de esta división, indicó Octavio Aburto, investigador de Instituto de Oceanografía Scripps, de la Universidad de California en San Diego.

Además, 70 por ciento de las pesquerías están sobrexplotadas, su administración se ha llevado a cabo a escalas tan grandes que no permiten ver problemas como el de la captura de curvina y huachinango, agregó en entrevista.

De acuerdo con un estudio realizado en esa región, con base en información de 39 oficinas de la Conapesca distribuidas en las costas de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit, administradas como una unidad, se detectaron cinco diferentes ecosistemas.

Un análisis para evaluar las similitudes entre tipo de especies y volúmenes de captura detectó que esas regiones son muy distintas en cuanto a composición y volúmenes de pesca que se reportan en ellas. Mientras las pesquerías son manejadas como un área homogénea, hay diferencias importantes en ellas; algunas son áreas rocosas, en otras abundan manglares, donde hay coral o fondos arenosos.

El especialista indicó que puertos pesqueros con flotas industriales, como Guaymas, Mazatlán y Ensenada, en sus registros dan cuenta de que sus capturas no corresponden necesariamente a los ecosistemas donde se ubican, lo cual habla de que sus embarcaciones tienen capacidad de viajar a mayor distancia.

El estudio también demuestra que las pescas artesanales son las que seguirán jugando un papel importante en la región y que esas actividades están sustentadas en esos grandes ecosistemas.

Recordó que la nueva ley de pesca establece que la administración de pesquerías debe ser acorde con los ecosistemas y a niveles espaciales que antes no se tenían en cuenta: la administración pesquera se basaba en la biología y ecología de cada recurso en particular, como históricamente este tipo de manejo ha llevado a la sobrepesca a escala mundial, el cambio se dio a nivel de ecosistemas.

Sin embargo, hasta ahora no hay manera de llevar esto a un reglamento, porque la primera pregunta es: cuál es la escala a la que se debe aplicar la ley de pesca, si ni siguiera está en la ley. Agregó que lo primero que la administración pesquera debería tener en consideración es la región a la cual se debe aplicar.

El estudio también encontró  que con esta regionalización se podrían vincular otras agendas que se establecen como parte del manejo pesquero, por ejemplo las áreas de veda destinadas al repoblamiento o a refugios pesqueros. Es un tema que no se ha podido aplicar porque se desconoce a qué escala se debe aplicar. Con el diseño que proponemos al menos podríamos comenzar a vislumbrar esas cinco regiones.

Normalmente se habla de las pesquerías a gran escala, como camarón, atún, calamar o sardina, mientras el planteamiento que hacemos en este estudio es que hay otras que pueden ser más importantes económicamente con altos volúmenes, como el huachinango en Baja California o Baja California Sur, o la curvina, que se da en el Alto Golfo de California, de la cual se extraen al año más de 3 mil toneladas.

Esto tiene relación con otros problemas como los de especies incidentales en peligro de extinción: la vaquita marina, por citar un caso; como no se ha dado prioridad a estos recursos no se han observado los casos de pesquería incidental de estas variedades.

El estudio Estructura espacial de las pesquerías comerciales del Noroeste de México fue realizado por investigadores del Instituto de Oceanografía Scripps, de la Universidad de California en San Diego, y se publicó en el Journal of Marine Science, del Consejo Internacional para la Exploración del Mar.