Sociedad y Justicia
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Fonart y Blacksmith buscan convencer a artesanos de que no utilicen ese compuesto

Cerca de 10 mil alfareros que usan esmalte a base de plomo están en grave riesgo

Desde hace 16 años se intenta sustituir el material, pero hay serias resistencias al cambio

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Mujeres totonacas trabajan el barro. La imagen fue captada en el parque temático Takilhsukut, donde se desarrolla cada año el festival Cumbre Tajín, en VeracruzFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de enero de 2011, p. 46

Aproximadamente 10 mil alfareros de todo el país y sus familias podrían estar en grave riesgo de enfermar si no cambian pronto el material de trabajo, en particular esmaltes con base de plomo utilizados en la elaboración de cierto tipo de vidrios.

Así lo advirtió el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), que en colaboración con la organización civil estadunidense Blacksmith Institute presentó ayer los resultados de un programa mediante el cual pretende convencer paulatinamente a los artesanos de que abandonen la utilización de dicho compuesto, por más tradicional que sea.

Ignacio Ramos, jefe del departamento de Comunicación Social de la dependencia, informó en entrevista que desde hace 16 años se han diseñado varias estrategias para descontinuar el uso de esmaltes, pero debido a costumbres muy añejas, los artesanos se resisten al cambio.

El 8 de enero de 2010, Fonart y Blacksmith firmaron un convenio para estudiar las consecuencias que puede causar ese compuesto en la salud de quienes utilizan la técnica de la greta o vidrio plomado.

Un año más tarde, el informe arrojó que el esmalte en cuestión puede causar trastornos nerviosos y neurológicos, dolor de cabeza, irritabilidad, depresión, cambios de humor, debilidad muscular, pérdida de memoria, anemia, cólicos abdominales, diarreas, disminución de la capacidad cognitiva, así como enfermedades renales y cardiovasculares.

En el contexto del programa de cooperación, Fonart invirtió 3 millones de pesos para capacitar a 841 artesanos –jefes de familia– en 10 estados de la República en el uso de otros químicos no dañinos, e impulsó la construcción de 26 hornos de gas licuado, en sustitución de los de leña, cuya eficiencia energética es muy limitada.

Por su parte, Blacksmith donó una serie de equipos de detección de plomo en la sangre, con la finalidad de mejorar las condiciones de vida y de salud de los alfareros y sus familias, e incluso proteger a los mismos consumidores de las artesanías de los residuos del esmalte.

El programa, anunció Ramos, se seguirá aplicando en 2011 con un presupuesto similar al del año pasado y en la página de Internet alfareria.org se ofrecerán información para saber más al respecto.