Opinión
Ver día anteriorLunes 24 de enero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Desde el otro lado

La revancha republicana

U

na de las secuelas de la tragedia en Tucson, donde murieron seis personas y 12 fueron heridas, entre ellas la congresista Gabrielle Gifford, es la reflexión que algunos de sus compañeros hicieron sobre la necesidad de abordar sus diferencias en forma más civilizada. Por su parte, el presidente Obama, siguiendo su inquebrantable aspiración al consenso, recordó a los ciudadanos su pertenencia a una sola nación en la que el disenso no debe interponerse en el acuerdo y la civilidad para superar diferencias.

La semana pasada, el Congreso de EU reanudó sus trabajos con renovado espíritu de colaboración y respeto por el discurso del contrario. Los legisladores se esforzaron por representar a sus opositores como mis amigos, frase con que iniciaron casi todas sus intervenciones. La cortesía en el trato se tradujo en un desacuerdo monumental cuando en la Cámara de Representantes se discutió la derogación del plan de salud, aprobado a finales del año pasado por la mayoría demócrata en ambas cámaras.

Por buenas que hayan sido las intenciones de los legisladores en abordar ese asunto, fue evidente un desacuerdo de fondo en un tema trascendente para la nación. Retirar el derecho que más de 30 millones de ciudadanos ganaron en obtener los servicios médicos con la aprobación del plan de salud no se puede abordar sin causar raspones. Y con ello también perderían el derecho a un seguro otros 100 millones de ciudadanos, a quienes las compañías aseguradores se han negado cubrir, pues en el pasado han padecido alguna enfermedad.

Ese fue el debate de fondo, y la tersura del discurso no pudo ocultar la profunda diferencia entre unos y otros cuando se trata de beneficios sociales. La mayoría republicana se impuso en la Cámara de Representantes y derogó la Ley de Salud, y así cobró la revancha anunciada el año pasado. Por su parte, el líder del Senado, donde los demócratas conservan la mayoría, ha dicho que no pondrá a discusión ese asunto. Por tanto, dicha ley permanecerá en vigor tal como fue aprobada el año pasado.

Como era de esperarse, quienes insisten en derogar la ley ya armaron una estrategia para informar sobre sus calamidades e influir en el electorado para que presione a quienes en el Senado se niegan a derogarla. Los demócratas, incluido el presidente y sus colaboradores más cercanos, saben que la información sobre el plan de salud fue poco clara, por lo que ahora sí tienen la intención de difundir en forma amplia sus beneficios.

Tal vez ahora sí logren hacer entender la importancia del acceso a los servicios médicos para todos los ciudadanos y que, por tanto, la salud no deber ser negocio ni botín político.