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Protagonizada por Daniel Giménez Cacho, la puesta se escenifica en el Insurgentes

“Juegos siniestros, comedia sobre la lucha de poder de dos machos”

Es la historia de dos personajes patéticos, que están inmersos en actos de humillación y arrogancia, comenta el actor

El reto fue llenar al personaje como lo describe el autor, señala

 
Periódico La Jornada
Martes 4 de enero de 2011, p. 6

En la obra de teatro Juegos siniestros (cuyo título original es Sleuth), escrita por Anthony Shaffer, los dos personajes protagónicos son patéticos; están inmersos en la lucha de clases, en actos de humillación y arrogancia, de la prepotencia imperial. Se marca la dinámica de dinero y el poder, de estatus frente a la mujer, expresó en entrevista con La Jornada Daniel Giménez Cacho, quien hace el papel del escritor de novela de suspenso Andrew Wyke. Escenificada en el teatro Insurgentes, está dirigida por Enrique Singer.

En el programa de mano, la sinópsis señala: Dos hombres inteligentes se enfrentan en un juego de artimañas y engaño. Andrew Wyke, famoso autor de novelas de suspenso, vive solo en una mansión en las afueras de Londres, después de que su esposa Sophie lo ha dejado por un hombre más joven: Milo Tindle (José María Yazpik), de ascendencia italiana, seductor e ingenioso, pero sin dinero, quien visita la mansión de Andrew, sólo para convencerlo que firme el divorcio.

Entrevistado al final de una función, Giménez Cacho señaló: “Al preparar este personaje fui buscando cómo y dónde sentirme cómodo, para volver esto verosímil, porque la verdad, pasa por muchos sitios que son inverosímiles. La obra está muy bien escrita y mi personaje es excéntrico.

Hice contacto con mi propia naturaleza

“En esta historia, con este personaje, hice contacto con una naturaleza que mi familia ha reconocido en mí. Mis hijos dicen que soy igualito en la obra y en la casa. Ya rebasamos las 50 funciones. Al principio mi actuación, respecto del personaje, era totalmente pasada, súper álgida. Desde entonces la hemos ido matizando y bajando de tono..., pues empecé como cohete, súper histérico. Singer me dejó andar. Y luego me cansé de actuar pasado de tono, y me dijo que le bajara.

Lo que me gusta del teatro es que siempre se está moviendo, dijo Giménez Cacho, quien estudió actuación, canto y danza en México y Europa, y ha construido una sólida carrera en cine, teatro y televisión que lo coloca como uno de los actores más importantes de Iberoamérica.

Es una obra “del cabo suelto, del thriller, de darle vuelta a la trama. Al final de todo es un juego, aunque hay ciertos contenidos y los personajes manifiestan cierta misoginia, el machismo, el juego de poder entre dos machos, pero creo que la esencia es jugar a hacer creer algo al público y luego cambiárselo una y otra vez.”

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Daniel Giménez Cacho y José María Yazpik, en una escena de la obraFoto Guillermo Sologuren

La reacción del público va de los comentarios al oído, hasta las risas y las carcajadas. “Se dicen cosas que se quedan fijas. Hay una frase que me gusta mucho: todo buen plan para hacer dinero es criminal por naturaleza. Claro, no es una obra que vaya a eso; la crítica se da por medio de los personajes, que son patéticos. Se hace sátira del lugar común del thriller, a la manera de Agatha Christie, absolutamente sobrepasada.

Un tiempo fui lector de novela policiaca, pero ya la dejé. Agatha tiene un contexto sumamente social, revelador de la sociedad estadunidense, de la lucha de clases, y aunque está en segundo plano, tiene su dosis, afirmó.

La misma seriedad

“Mi personaje siempre está actuando; nunca se sabe cuándo dice la verdad. El reto fue llenarlo de acuerdo con lo que describe el autor. A veces me preguntan sobre la diferencia entre el teatro de arte y el comercial, pero pienso que a la hora de trabajar no hay mucha diferencia: uno lo aborda con la misma seriedad y hay que llenar el lugar. No es que el comercial sea más fácil. De hecho, hasta este teatro, que es comedia, es difícil, porque no todo descansa en hacer reír a la gente. Mi hija me comentó que no sabe de qué se ríe la gente, pues el personaje que hago es patético, muy triste y solitario.

“En lo personal, no entro al tipo de batallas que se presentan en la obra. Pienso que son las que se ganan huyendo. Siempre que me pasa algo así, desaparezco. Siento que lo que presenta en la obra sólo se da en los melodramas: eso de luchar por un amor… Claro, he sentido celos, pero mi reacción no es pelear, sino retirarme.

Tal vez la moraleja sea que esas luchas son absolutamente estériles, sin sentido. ¡Qué puede haber más patético que ver a dos machos que chocan!

Juegos siniestros, permanecerá en cartelera hasta finales de enero, en el teatro Insurgentes, los jueves a las 20:30 horas; viernes, 19 y 21:45; sábado 18 y 20:45; domingos 17 y 19:45. Informes: 5611-4253, 5598-4229 y 5615-2460.