Durango, Dgo., 17 de diciembre. El arribo de paisanos al municipio de El Mezquital disminuyó en un 80 por ciento en comparación con el año anterior, mientras en Canatlán y Nombre de Dios la baja es de 60 por ciento, lo que ha provocado pérdidas en el comercio de esa localidades.

Eusebio Soto Contreras, edil de Canatlán, afirmó que la inseguridad ha ocasionado baja en el flujo de paisanos provenientes de Estados Unidos, lo que consideró comprensible, pues dijo que los connacionales suelen viajar con toda la familia pero, tal como está la situación, no la quieren arriesgar.

Los paisanos deben cruzar estados donde la inseguridad representa un serio problema, incluido el nuestro; aunque en la tierra de las manzanas (Canatlán) no es mucho el problema de inseguridad, pero en Chihuahua, Sonora, Nuevo León o Tamaulipas, donde los atracos y secuestros son elevados, ni para qué arriesgarse, explicó.

Soto Contreras agregó que los duranguenses han rechazado trasladarse a la entidad de la que son originarios en caravanas, pues anunciarlas fue un error de las autoridades. Puede ser una buena medida, pero ahí está el problema, pues darlas a conocer provoca que los grupos delictivos se organicen para lograr un mayor botín, por eso muchos prefirieron no venir, explicó.

La ausencia de paisanos ha propiciado poca circulación de dinero en lo que va de la temporada decembrina, y por ende, pérdidas para los comerciantes locales, informó Nancy Vázquez, presidenta municipal de Nombre de Dios.

“En esta temporada, los paisanos traen el dinero que han ganado trabajando en suelo estadunidense y lo emplean en las compras navideñas y en hacer mejoras en las viviendas de sus padres, o simplemente pintarlas.

Pero este flujo de recursos económicos, ante la baja de paisanos, no se está dando, lo cual repercute en la economía de los habitantes de Nombre de Dios”, comentó la alcaldesa.

A su vez, Faustino Reyes, presidente municipal de El Mezquital, coincidió con sus homólogos de Canatlán y Nombre de Dios, y manifestó que en su localidad el arribo de migrantes disminuyó en un 80 por ciento en comparación con el año anterior. No hay quien nos visite, concluyó.