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Beatriz Rivas y Federico Traeger, autores de la novela que se complementa con fotografías

Amores adúlteros aborda un tema tabú en el que todos tenemos un dedito metido

Ponen el tópico sobre la mesa, de manera libre, sin juzgar, sin criticar, dicen en entrevista

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En la novela, el amor detona la creatividad. Besos y balazos, todo el rango de detonaciones, comenta RivasFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de diciembre de 2010, p. 7

Quien no haya tenido nunca una pasión que incendie su piel, que vaya en busca de ella o no conocerá el sabor más intenso de la vida.

Tal es la idea que hace bullir las 158 páginas de la novela Amores adúlteros (Alfaguara), de Beatriz Rivas (abogada, periodista y maestra universitaria) y Federico Traeger (publicista y escritor de cuentos), par de colegas y amigos que gracias a un rencuentro a través de la red social Facebook decidieron iniciar una aventura literaria.

Divertido, sensual, apasionado, pero también peligroso, así definen los autores el libro fruto de su experiencia de escritura a cuatro manos, donde el lector espía (y quizá sueña con ser protagonista) de los amoríos entre Él y Ella.

La novela se teje con placeres prohibidos, almas al desnudo, amores adúlteros que son muy recomendables, dice sin tapujos Traeger, pues cuando uno tiene un romance de esos se ve más joven, más saludable, se ríe de todo y hasta mejora la vida en pareja, se enciende la chispa.

Beatriz es más precavida al responder: “no sabría si los amores adúlteros son o no recomendables, lo que sí lo es, es estar enamorado, ese sentimiento, esa adrenalina que hace soñar. El amor adúltero implica muchos problemas, siempre hay aunque sea un poquito de culpa, se piensa en no herir a los seres queridos. Es un amor fascinante y atrayente, pero al mismo tiempo uno siempre piensa: ‘¡aguas!’”

La charla con La Jornada se lleva a cabo en la habitación de un hotel de la ciudad de México, en medio de una luz tenue, entre paredes rojas, sobre las suaves sábanas de una mullida cama.

Origen casual

La autora explica que Federico se enteró de los talleres que imparte de creación literaria “y me pidió que le echara la mano con una novela que tenía a la mitad; nos reunimos en México (pues él vive en Houston) y le dije: ‘adelante’. Nunca había dado talleres por Internet; le dejé algunos ejercicios. Luego, me di cuenta de que tenía material muy bueno y lo empecé a editar. Había frases maravillosas, las quité de contexto del cuento que él había escrito, empecé a jugar con esas palabras, a rellenar líneas. Se lo mostré, le dije, ‘he estado haciendo esto sin tu permiso’, y le encantó. Fue así que decidimos hacer una novela acerca de un amor adúltero. Se dio de manera casual”.

Federico añade: escribimos de manera muy orgánica, sin que nos costara ningún trabajo. Nos han dicho que conociendo el rigor de Beatriz seguramente había por ahí mil páginas mías y las dejó en cinco; pero no, afortunadamente fue muy fácil. Se dio de manera intuitiva.

La novela también se construye con fotografías captadas por Teseo Fournier: un vaso manchado de lápiz labial, ropa tirada en el suelo, el jabón de un hotel; son “como capítulos, como acentos, una asomadita al entorno de los amantes, un poco jugando con el vouyerismo”, explica Federico. Beatriz añade: son ganas de que el lector, quien se inmiscuye en esta vida íntima, pueda ver todavía más.

El amor, continúa la autora, detona la creatividad. Besos y balazos, todo el rango de detonaciones. Hay un aspecto que resaltamos: lo positivo u optimista, un tanto inocente, del amor adúltero. No hablamos de la culpabilidad o el drama, aunque si hay por ahí alguna mención, puntualiza Federico.

Se trata, finalmente, “de un relato en el que todos se pueden reconocer, aunque no lo digamos. Es un tema tabú del que nadie habla, pero que ahí está, porque son amores que todo mundo quisiera vivir, o ya lo vivieron y no se atreven a decirlo, ya sea por el peso de la culpa o por la carga de la religión. Ahí estamos todos, con un pie o un dedito metido; por eso es necesario que el tema se ponga sobre la mesa, de manera libre, sin juzgar, sin criticar.

Historia de una vida, más que de una pasión

El amor nos llama a todos. Los lectores se pueden reconocer en una foto, en una frase, en una emoción. Es la historia, más que de una pasión o de un adulterio, de una vida, concluye Beatriz.

El libro cuenta con un blog, en el que, entre otros materiales, se pueden escuchar cuatro canciones escritas, compuestas, grabadas y cantadas especialmente para la novela: www.amoresadulteros.wordpress.com. Videos que completan la historia de Él y Ella se encuentran también en la red social: www.facebook.com/pages/Amores-Adulteros