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Con marcador global de 2-3, los superlíderes se despiden de la competencia

Persigue la maldición al Cruz Azul; Pumas va a semifinales

En la primera parte, Meza hizo dos cambios por lesión y Cervantes fue expulsado

Gol tempranero de Bravo

Cacho entró de relevo y anotó el penal que echó a los Cementeros

Periódico La Jornada
Domingo 21 de noviembre de 2010, p. a17

¡Cómo no te voy a quereeeer, cómo no te voy a quereeer...!, el cántico triunfal vibró en el estadio Azul, donde los Pumas derrocharon garra y corazón para dar el campanazo, se convirtieron en el primer semifinalista del torneo Apertura 2010 y echaron de la liguilla al superlíder Cruz Azul, tras vencerlo 2-0 (global de 3-2).

El primer tiempo resultó trepidante y de gran intensidad. La Máquina recibió un gol tempranero del argentino Martín Bravo, pero salió aún viva, gracias a dos milagrosos salvamentos de Alejandro Castro. No obstante, sufrió sensibles bajas: dos lesionados, Gerardo Torrado y Alejandro Vela, y un expulsado, el defensa Horacio Cervantes.

La debacle para los anfitriones llegó en el segundo tiempo, cuando se salvó de remates de Israel Castro y de Pikolín Palacios, pero una mano de Néstor Araujo fue marcada como penal, el que concretó Juan Carlos Cacho con disparo que engañó al portero José de Jesús Corona.

A Cruz Azul lo despertó el estruendo del festejo ajeno, el clamoroso goya que entonaron los hinchas auriazules al minuto con 30 segundos, después que Bravo se escapó a velocidad, escoltado por el defensa Fausto Pinto y por Alejandro Corona. El argentino condujo impecable el esférico, se perfiló y sacó un disparo que entró a la izquierda del portero Corona.

Christian Chaco Giménez intentó echarse el equipo al hombro, hizo un par de desbordes por el costado izquierdo, pero Pumas resultó mucho más peligroso, consciente de que su velocidad y dinámica eran veneno puro para los Cementeros: difícilmente prestaba la pelota a los desconcertados superlíderes.

Varios sustos

Bravo era una auténtica pesadilla para la todavía en construcción defensa local; corría el minuto 14 cuando los Cementeros recibieron un susto fenomenal tras un remate del argentino a pase de Dante López. Alejandro Castro devolvió el alma al cuerpo con una media tijera salvadora en la línea de gol.

Enrique Ojitos Meza se llevó las manos a la cabeza cuando el silbante Marco Antonio Rodríguez mostró el primer cartón amarillo a Horacio Cervantes, mientras el capitán Gerardo Torrado pedía su cambio, dolido de la pierna derecha.

La nerviosa barra local, la Sangre Azul, estalló con la exigencia pongan güevos, azules pongan güevos..., pero de nuevo estuvieron al borde del infarto con un remate de Francisco Palencia que iba para gol. Otra vez Castro se vistió de héroe para rechazar con la cabeza, casi sobre la línea.

La primera acción de peligro para los Cementeros ocurrió hasta el minuto 26: un tiro del Chaco Giménez que rechazó el portero Sergio Bernal.

César Villaluz, quien traía pleito con Chispa Velarde, disputó en forma feroz, pero limpia, el balón con Leandro Augusto, en jugada que arrancó aplausos.

Foto
El Cementero Christian Giménez y el puma Leandro Augusto pelean por el balónFoto Víctor Camacho

Tanta exigencia física pasó de nuevo factura a los celestes. Alejandro Vela se derrumbó en el césped, salió y ya no volvió; su lugar lo ocupó Javier Aquino, al minuto 40. Cervantes recibió su segunda amonestación al 42 de acción por patear a un derribado Bravo. Los jugadores se propinaron empellones y Rodríguez disparó más amarillas para Giménez y Bravo. Al medio tiempo, Meza, en forma inusual, hizo reclamos a los árbitros.

Para el complemento, el timonel auriazul, Guillermo Vázquez, sacó al veterano Palencia e ingresó a Emilio Orrantia, pero su relevo más certero resultó el ingreso de Juan Carlos Cacho por Jehu Chiapas (76).

Los Cementeros, con un hombre menos, se dedicaron a labores defensivas, soportaron dos peligrosos remates de Israel Castro y un cabezazo de Palacios que pasó zumbando cerca de una esquina. En un avance Cacho pisó el área chica, marcado por Araujo, quien se ayudó con la mano.

El silbante Rodríguez señaló el penal que el propio Cacho decidió cobrar: engañó a Corona con tiro a la izquierda, mientras el espigado guardameta se lanzó al lado opuesto.

Muchos aficionados cementeros buscaron enseguida los túneles de salida, otros miraban incrédulos y hasta con los ojos anegados, mientras las barras universitarias se burlaban: “Chemo: tú dime qué se siente, llegar a las finales y que te cojan siempre”. Al final, los jugadores pumas se congregaron en el centro para ir hacia su hinchada y despedirse con los brazos en alto.

Salió como lo habíamos planeado, creo que hubo garra, entrega, decisión, expresó satisfecho Guillermo Vázquez, quien destacó que la virtud de su equipo fue enfrentar con gran determinación este partido, triunfo que consideró como el más importante de su carrera, y resaltó que este grupo está para grandes cosas.

Señaló que los suyos fueron dominantes de principio a fin, porque para seguir en una liguilla se tiene que jugar así. Confesó que le gusta la situación de ir en calidad de no favorito y vamos a pelear de la manera más humilde.

Meza dijo que no le sorprendió la derrota, porque en CU Pumas había sido un rival muy peligroso y merecidamente pasan a la siguiente ronda. A lo largo del partido fueron mejores. Levemente se quejó del arbitraje, porque dijo que la mano de Araujo sí fue, pero hay muchas de esas que no se marcan, aunque agregó que Rodríguez es un gran silbante.

Tras admitir su tristeza y enojo, con frustración agregó: De nada sirve el superliderato. Acá la presión es grande, con la gente, en la cooperativa, teníamos que ganar para entregar buenos resultados.