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En el Azteca, El Tri, Korn y Cypress Hill, entre otras bandas

En el Sonorama, no sólo hubo rock; el público habló de narco y migración
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Lo más importante es que la banda vino a rocanrolear, dijo Álex LoraFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Domingo 14 de noviembre de 2010, p. a10

¡Y todo por el rocanrol!, aullaron los asistentes junto con Álex Lora. El Tri se presentó al atardecer en el escenario principal del festival Sonorama, en una explanada del estadio Azteca.

Desde mediodía actuaron en cuatro escenarios bandas de un abanico de ritmos. Desde el hiphop de los regios del Cártel de Santa hasta el electrónico de Nortec Collective (Clorofila, BAC), pasando por Korn y Cypress Hill.

Bajo un cielo plomizo, Víctimas del Doctor Cerebro estaban en el escenario principal a las dos de la tarde. Abran su cabeza, invitó Doctor Abulón, vocalista de la banda. Toda la música es hermosa, menos el reggaeton, dijo.

Monumentales imágenes de zombies decoraban el escenario, donde los músicos, caras pintadas de payasos malévolos y máscaras de extraterrestres echaban y convocaban al desmadre: Qué chingón es no tomárselo tan en serio.

Música de la calle

Con La Muerte en zancos paseándose por el escenario, culminaron con la clásica El Esqueleto, que se hizo en los tianguis, en las calles, no en una disquera. El público, como cada vez que se puede con esta canción, corrió alejándose del escenario y luego hacia él.

Felicitaron a los que les gusta “esta música pensada, con distorsión, en un mundo de hipsters”.

Por su parte, Álex Lora dijo al cantar ADO: Lo más importante que hace que exista este desmadre es la raza que vino a rocanrolear.

Entre esa raza estaba un estudiante de la carrera de ciencias químicofarmacobiológicas, quien opinó que lo que la administración de Felipe Calderón está haciendo para combatir al narcotráfico, no es el camino adecuado.

¡Todos, con las manos arriba, gritan cártel!, exclamaron los hiphoperos del Cártel de Santa. Y las cerca de 2 mil personas los siguieron.

“¡Hey, si me ven las perritas en el table, dicen papi ven, ven”, lanzaron. Los raperos cantaron sobre sexo, la vida pandillera, el amor, y la calle.

Con el coco rapado, vamos por todos lados, con el cuerpo tatuado, desafiando la suerte, proclaman en voz grave y lenta, como LP tocado lento.

Tengo frío el corazón, pero la verga caliente, cantan, mientras que entre el público un hombre con atuendo hiphopero se lo canta a un amigo, acompañado de una explícita mímica.

En homenaje a la clásica ranchera, Cártel de Santa le cambió la letra: Ella quiso quedarse cuando vio mi cartera, pero ya estaba escrito que la puta se fuera.

Un trabajador de la organización del festival, de unos 50 años, miraba a la banda hiphopera. Tenía puesta una playera con la leyenda Mexicanos; no somos latinos. No somos hispanos, que le regaló su hermano que vive en los alrededores de Los Ángeles.

Respecto de la ley Arizona, opinó que es una discriminación de clase. Al final y al cabo, siguió, ellos también son inmigrantes; no sé de qué se quejan, no es una raza pura. Estados Unidos se sustenta en el trabajo de los mexicanos, “los americanos (sic) no están acostumbrados al trabajo duro”. Acerca de la reciente votación de una ley para despenalizar la mariguana en California, dijo que no estaba de acuerdo. “Están mal, porque por un lado apoyan con armamento y con helicópteros para combatir al narco y por otro (intentan) legalizar porque muchos consumen. Nosotros acá rompiéndonos la madre, mientras ellos consumen”.

Dijo que la despenalización de la mariguana provocaría que más jóvenes se drogaran, porque legalizándola, todo mundo la conseguiría.

Mientras, se escuchaba a Cártel de Santa: “mariguana va a fumar, en pro de legalizar… volar, volar, hasta las nubes, bien relajado en el avión”. A su juicio, la solución sería tener gente no corrupta en todos los niveles de gobierno, y crear más fuentes de empleo bien pagado, para que los mexicanos no se vayan a Estados Unidos, la gente trabaje y haya menos violencia.

La banda Yokozuna tocó desde el techo de un autobús. Que no vino Alice in Chains, que los boletos están muy caros, y no mames, ¡siguen aquí!, dijeron.

Entre el público de la banda estaba una estudiante de doctorado de sociología de la UAM que opinó acerca del narco y la violencia. Lo más grave, es, dijo, la militarización del país y la criminalización de los jóvenes. Calificó a Felipe Calderón de espurio, sanguinario y estúpido.

Respecto de la despenalización de la mariguana opinó: por supuesto que se debería legalizar. Sin embargo, para ella el problema es que la historia ha demostrado que al parecer en México no puede haber instituciones transparentes.

Más adelante subió El Tri, y Álex Lora convocó a un homenaje a esos hijos de su puta madre de Protección Civil que cambiaron el lugar (del concierto). (Quizá por el traslado de lugar y el costo de los boletos, hasta el cierre de edición el público no pasaba de algunos miles en el escenario principal.)

Lora presentó una pieza: “Ésta la compuse cuando ustedes todavía estaban en la panza de sus mamás; algunos todavía estaban en los güevos de sus papás y vivían con la angustia de que su jefe no se fuera a chaquetar cuando yo ya cantaba ‘y las tocadas de rock ya nos las quieren quitar’…”.

Durante la primera parte de la jornada también estuvieron, entre otros, A Place To Bury Strangers, Los Drama Queers y Vicente Gayo.

Al cierre de la edición faltaban por presentarse Resorte, Addictive TV, Descartes a Kant, Ruido Rosa, Ansia, Nortec Collective (Clorofila y BAC ), Los Amigos Invisibles, Chris Cunningham, Cypress Hill y Korn.