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O ganamos juntos o perdemos juntos, advierte el embajador mexicano a su contraparte

Guerra al narco, único camino contra el crimen, coinciden Sarukhán y Pascual

Rechaza el diplomático estadunidense que la violencia sea resultado de la estrategia de Calderón

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 11 de noviembre de 2010, p. 7

Nueva York, 10 de noviembre. No hay otra opción más que la actual estrategia antinarcóticos –la guerra contra las drogas– para confrontar el crimen organizado, afirmaron hoy los embajadores de México y Estados Unidos, Arturo Sarukhán y Carlos Pascual, respectivamente, pero insistieron en que esto no puede ser el único enfoque en la relación bilateral.

En un foro realizado en el Consejo de Relaciones Exteriores, en Nueva York, ambos diplomáticos subrayaron que la lucha en México es por establecer el imperio de ley, pero los dos países deben enfrentar el narcotráfico de manera conjunta en ambos lados de la frontera. O ganamos juntos o perdemos juntos, afirmó Sarukhán.

A su vez, Pascual rechazó el argumento de que la violencia en México es resultado de la estrategia antinarcóticos del presidente Felipe Calderón, al insistir en que aun si no se hubiera implementado ésta, la violencia estaría presente. Más bien, dijo, son los cambios en el control de la producción y distribución a nivel regional. La violencia que México enfrenta es resultado de los cambios en el tráfico de drogas, afirmó.

Por su parte, al defender la decisión de emplear las fuerzas armadas, Sarukhán se preguntó: ¿Cuál era la alternativa... Era la única opción, y dijo que la militar era la única institución disponible para enfrentar el desafío. Ahora, agregó, el reto es qué tan rápido se puede trasladar esta tarea antinarcóticos a las fuerzas civiles de seguridad pública. A largo plazo, dijo, el éxito de esta estrategia es mantener el compromiso a ambos lados de la frontera, y advirtió que si Estados Unidos no logra controlar el flujo de armas y efectivo a México, no se podrá lograr mucho éxito.

Cubrir noticias en Juárez es como estar en un país en guerra

En otra mesa, Alfredo Corchado, corresponsal en México del periódico Dallas Morning News e investigador visitante en Harvard, señaló que cubrir lugares como Ciudad Juárez es como estar en un país en guerra. Indicó que la denuncia principal de los habitantes es que no hay justicia porque impera la impunidad. Sin embargo descartó que la causa sea un Estado fallido, aunque afirmó que sí es un estado de temor, con serias consecuencias incluso para los medios de comunicación.

Por su lado, Frances Townsend, ex asistente presidencial para asuntos de seguridad y antiterrorismo, consideró que aun con la mejor voluntad y promesas de cooperación a los más altos niveles de los dos gobiernos, entre las burocracias de ambos países persiste un ambiente de desconfianza mutua, entorpeciendo esa cooperación.

A su vez, Jorge Chabat, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), estimó que la guerra contra el narco es inevitable, porque se esperó demasiado en México antes de confrontar a los cárteles. El problema ahora es que no existen aún las instituciones ni las herramientas necesarias para librar esa guerra de manera efectiva y, por tanto, sólo se ganará a largo plazo. A la vez indicó que si no se resuelve el problema de la seguridad, no se podrá resolver ningún otro problema, sea económico o social.

A pregunta de La Jornada sobre dónde existen pruebas de que este tipo de estrategia antinarcóticos basada en la prohibición esté funcionando, Chabat respondió que acabar con la prohibición es la opción menos mala, pero no es viable políticamente hablando, y ante esa realidad no hay otra opción más que la actual, y recordó que los tres principales candidatos presidenciales en 2006 propusieron esta misma estrategia: desplegar a las fuerzas armadas.

Por su parte, los embajadores Sarukhán y Pascual lamentaron que una de las relaciones más complejas y amplias en el mundo se reduzca frecuentemente a un solo tema, y resaltaron lo que caracterizaron como éxitos de la integración económica y la implementación de varias reformas y avances en diversos rubros.

Ambos comentaron que se necesita cambiar la narrativa de la relación, y de cómo se caracteriza a México en la opinión internacional. Sarukhán destacó que los medios internacionales, en particular los estadunidenses, comprueban la consigna periodística de que si sangra es la (nota) principal, pero no se presenta una imagen más integral de lo que sucede en México, como también ofrecer otras notas como el gran éxito del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) en ampliar la clase media, y de la integración de México a la economía internacional.

Los dos diplomáticos comentaron que se debe establecer un esquema para solucionar el tema migratorio y regularizar el flujo laboral entre ambos países, a pesar de una coyuntura política en Estados Unidos poco receptiva para un debate sobre reformas migratorias.

Sarukhán repitió que México debe asumir su responsabilidad en generar más empleo para que 300 mil personas no se vean obligadas a cruzar la frontera anualmente y también asegurar, como establece la Constitución, que los migrantes crucen legalmente al vecino país.

Pascual reconoció que en momentos de incertidumbre económica en Estados Unidos no es sorprendente el temor contra los migrantes, pero es necesario regularizar esos flujos y mantener abierto el debate sobre cómo hacerlo mejor, tal como insiste el presidente Barack Obama, a pesar del momento políticamente inoportuno.

Apertura energética

Otro tema en el foro fue la apertura del sector energético. Sobre ello, Sarukhán afirmó que el gobierno mexicano impulsó reformas de este sector y que “el statu quo anterior es insostenible” para mantener viable a Pemex (Petróleos Mexicanos) y el sector energético. Cómo se logra esa meta es lo que está a discusión.

Por su parte, el embajador Carlos Pascual estimó que Petróleos Mexicanos emitirá contratos de incentivos para atraer a empresas extranjeras en el futuro, a lo que Jorge Mariscal, director de investigaciones del Rohatyn Group y profesor de la Universidad de Columbia, apuntó que el sector energético en México es punto clave para el debate económico y se requieren incentivos para incrementar la inversión extranjera, tanto en petróleo como en telecomunicaciones, para impulsar el crecimiento.

La falta de crecimiento, dijo finalmente Mariscal, es el problema clave, y señaló que de cierta manera México hizo una apuesta equivocada al vincularse con Estados Unidos, mientras que Brasil se vinculó con Asia, y eso explica la diferencia en el crecimiento de sus economías.