Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 31 de octubre de 2010 Num: 817

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

La pasión del reverendo Dimmesdale (la carta escarlata)
ROGER VILAR

Monólogos compartidos
FRANCISCO TORRES CÓRDOVA

Escritura y melancolía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

La política económica
HERNÁN GÓMEZ BRUERA

Leonard Brooks y un mural de Siqueiros
INGRID SUCKAER

Heinrich Böll y la justicia
RICARDO BADA

Relectura de un clown
RICARDO YÁÑEZ

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
ORLANDO ORTIZ

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA

Dramafilia
MIGUEL ÁMGEL QUEMAIN

Cabezalcubo
JORGE MOCH


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La pasión del reverendo Dimmesdale
(la carta escarlata)

Roger Vilar

En la antigua cárcel de Boston, Hester Prynne reúne el agua. No la cuenta. Su sonido es en las vigas mohosas. Gota a gota. Humedad tras humedad, desde el primer colono anglosajón que taló los bosques de Estados Unidos hasta el adusto reverendo Dimmesdale, que en la buhardilla de la iglesia, in the upper chamber, lee el pasaje en el que Moisés hace brotar agua de la roca. Quisiera determinar los versículos que condenan a Hester, pero sólo piensa en los amores del Cantar de los cantares. Las mejillas como cerezas. Ve a la pecadora correr a su pecho. Su pelo lo envuelve. (El siglo pasado tuvimos la dicha de que Demi Moore la representara, pero Mr. Dimmesdale conoció a la original). Sus sueños no tienen que ver con el celuloide, sino con el sudor, con los aromas punzantes de Mistress Prynne en el patíbulo. Él intentó salvarla. Recuerda cuando salió de la multitud que rugía por sangre.

Hearken unto me, Hester Prynne!, dijo en un inglés muy viejo. Ese Hearken ya no suena. Hearken, y él le habla queriendo extirpar el pecado, mas se pierde como lancero en el perfume de yegua salvaje, en ese efluvio de piel femenina condenada al sol y a la vergüenza. Entonces… The young pastor’s voice was tremulously sweet, rich, deep, and broken. Roto quedó el reverendo. Vuelve el tiempo a la buhardilla eclesial. Dimmesdale olvida las Sagradas Escrituras, cierra el libro, abre la ventana. La luz de la cárcel lo llama. Hecha con robles soñolientos no puede encerrar la pasión de Hester. Ella palpita adentro. Salta Mr. Dimmesdale. Corre entre aullidos de lobos. Un indio piel roja ve cómo se aferra a los barrotes. El carcelero, the jailer, 3 de la madrugada, nada sospecha. Prynne ha atravesado todos los cerrojos. Asoma sus labios y el reverendo cae de rodillas. La saliva de Hester lo limpia. Agua reunida, el manantial sin color en que se esfuman los pensamientos del clérigo. Grita Dimmesdale como el primer sajón que murió asesinado por la lanza de Guillermo de Normandía. Ahora todo es nieve, sombras, y el inexorable río.