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Sólo puede desterrarse con gasto en salud, en educación y empleo, señala el empresario

La pobreza solamente beneficia a políticos demagogos, dice Slim

Asegura que, después de Pemex, es quien paga más impuestos en México; esa es una forma de redistribuir la riqueza, afirma

Para combatir la desigualdad hacen falta instituciones fuertes

 
Periódico La Jornada
Jueves 14 de octubre de 2010, p. 13

Ponente en el Foro de la Democracia Latinoamericana, realizado en el Palacio de Minería, el empresario Carlos Slim dijo ser, después de Petróleos Mexicanos (Pemex), quien más paga impuestos en México, proporcionales a los resultados de las empresas, pues junto con la generación de empleo es la forma de redistribuir la riqueza.

Durante su intervención cuestionó a quienes piensan que los países pobres deben tener empresas pobres, porque las empresas ricas solamente deben ser extranjeras. Eso es hasta perverso y no sé qué intereses tienen, afirmó.

Si yo pudiera regalar 400 dólares a cada uno y con eso se acabara la pobreza, lo haría con todo gusto. La inversión que hace un país para combatir la pobreza es la mejor inversión, pero esto se debe hacer con gasto en salud, en educación, en empleo, dijo.

Agregó que la pobreza sólo beneficia a políticos demagogos, pero en el mundo se han invertido trillones de dólares, perdonado deudas, se han establecido programas de alimentos, de salud, ha habido reuniones… y no se ha resuelto.

Reunido en un panel al que asistieron sindicalistas, políticos y politólogos, que destacaron la necesidad de cerrar la brecha social para consolidar la democracia, Slim subrayó que para garantizar el desarrollo que permita combatir la desigualdad se requieren instituciones nacionales muy fuertes. Con la fortaleza de nuestras instituciones evitamos los problemas de incapacidad del poder político, se atiende la demanda de la población y se evita la influencia de los poderes fácticos.

Acorde con las preguntas que le fueron formuladas, la participación de Carlos Slim en el foro generó la mayor expectación. ¿Su riqueza es compatible con la democracia?, se le interrogó.

La pregunta le sirvió para cuestionar a quienes creen que en países pobres debe haber empresas pobres; aseguró que él no es el socio mayoritario de Teléfonos de México y que había miles que tenían 75 por ciento de las acciones y él solo una cuarta parte.

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El empresario Carlos Slim, durante el Foro de la Democracia LatinoamericanaFoto Marco Peláez

Al continuar el foro, convocado por la Organización de Estados Americanos (OEA), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto Federal Electoral (IFE), la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), Alicia Bárcena, dijo que en la región ha habido un reconocimiento de que la pobreza duele y que incluso conspira contra el mercado, contra el poder económico, por lo que es necesario revertirla.

Subrayó que las nuevas democracias latinoamericanas han diseñado políticas que han permitido reducir la pobreza en 11 puntos porcentuales y sacar de esa condición a 37 millones de personas. Sin embargo, dijo que se debe enfatizar en la línea de una mayor erogación para el combate a la pobreza, pero no considerándola como una inversión social.

Nuestras sociedades tienen que caminar hacia el cierre de brechas de la desigualdad a través del cierre de la brecha productiva, con programas sociales muy activos, con un Estado fuerte que sea capaz de invertir en lo social, pues el neoliberalismo arrancó la visión de planificar.

A su vez, Víctor Rico, secretario de Asuntos Políticos de la OEA, dijo que en gran parte de los países de la región la democracia actual tiene una cara social que le ha permitido el avance en la reducción de la pobreza. El Estado está de regreso –dijo–, pero no esa instancia omnipresente o clientelar, sino el que es capaz de diseñar buenas políticas sociales.

Por su parte, el ex presidente boliviano Carlos Mesa destacó la importancia del desarrollo democrático en la región andina y en especial la llegada de un indígena, Evo Morales, a la presidencia de Bolivia.

Para concluir, el político dijo que lo preocupante es que exista una gran concentración del poder que debilita a las democracias latinoamericanas, pues se debe generar una gobernabilidad a partir de entender la democracia como un proceso en la que quien deja el poder garantiza que habrá gobernabilidad sin él y por tanto es un proceso de construcción.