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Los cien años de la UNAM
Apremia el rector a resolver los desequilibrios sociales

El Estado debe asignar más recursos a la institución, señalan legisladores

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El doctor Francisco Bolívar Zapata y los ex rectores Guillermo Soberón, Jorge Carpizo, Francisco Barnés y Juan Ramón de la Fuente en la sesión solemne del Congreso por el centenario de la instituciónFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Jueves 23 de septiembre de 2010, p. 2

En la sesión solemne del Congreso de la Unión por el centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el rector José Narro Robles advirtió que es imposible generar verdadero progreso entre la desigualdad y la exclusión, en medio de la ignorancia y las muertes evitables. Se debe actuar con responsabilidad, pero no privilegiar políticas en las que es más importante preservar los equilibrios financieros o fiscales que resolver los desequilibrios sociales o del desarrollo humano, expresó.

Demandó a las fuerzas políticas representadas en el Congreso definir un gran acuerdo en favor del rescate social de México, del que se requiere para pagar la deuda histórica de los problemas que a Morelos, Juárez o Zapata perturbaban, de ésos que a muchos hoy nos agobian.

Invitado a usar la tribuna de San Lázaro, Narro intervino durante 17 minutos. Fue aplaudido y ovacionado por diputados y senadores. El reconocimiento se escuchó más fuerte cuando expuso que México debe dar el salto de la desigualdad a la equidad, solidaridad y justicia social, donde la opulencia y la miseria se moderen, como lo planteó Morelos hace 200 años. Los derechos sociales para todos los mexicanos son, hoy por hoy, una condición básica para avanzar hacia el país que todos anhelamos.

Antes, senadores y diputados de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) Convergencia y Nueva Alianza (Panal) ponderaron la pluralidad y fuerza de cohesión de la UNAM, su autonomía, el impulso al desarrollo de la ciencia, las humanidades y la cultura, que la colocan como la principal casa de estudios de Iberoamérica.

El presidente del Senado, Manlio Fabio Beltrones (PRI), advirtió: nada debemos regatear a la universidad. No hay de otra más que el financiamiento público suficiente y transparente y la docencia e investigación de primer nivel.

Resaltó que está pendiente la política de Estado dirigida a los jóvenes con el fin de asegurarles el acceso a la educación, la cultura y las tecnologías de la comunicación para que se desarrollen en plenitud y puedan superar la exclusión en la que viven millones de ellos.

La responsabilidad recae en quienes hemos recibido el patrimonio de una educación superior que es un legado de la sociedad a la que pertenecemos, expresó.

Ubicó a la Universidad Nacional en el epicentro de las transformaciones de México.

“La edificación del país moderno resulta inexplicable sin la contribución de los egresados de la UNAM, en cada uno de los campos de la construcción material y espiritual de México.

Queremos que la universidad siga siendo referencia ineludible en todos los órdenes de la vida nacional. Vigorizada en su irrestricta libertad, cimentada en su autonomía y en su carácter de espacio privilegiado de los grandes debates nacionales.

Jorge Carlos Ramírez Marín (PRI), presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, aseveró que la ciencia, la cultura, la democracia y la modernización de las instituciones forman parte intrínseca de la historia misma de la UNAM.

Evocó el reclamo del rector Narro en torno a los más de 7 millones de jóvenes mexicanos que ni estudian ni trabajan.

“Atendamos a su llamado. O los ninis seremos nosotros: ni escuchamos ni vimos ni sentimos los llamados más profundos, y también los más sensatos, a redefinir y rencauzar nuestro acceso al futuro a través de la educación y de la dignificación de la juventud mexicana”, alertó.

El coordinador de la bancada del PRD, Alejandro Encinas, enumeró los logros históricos de la institución educativa, que ha acrecentado –expuso– su calidad académica y prestigio internacional, creando la red científica más importante del país y la consolidación de una corriente de pensamiento humanístico.

Hoy nuevamente la UNAM y su rector nos han convocado al debate y a la reflexión para construir un nuevo modelo de país y refundar la República, donde el desarrollo no sólo sean las finanzas públicas y el capital privado, sino que ponga a los mexicanos en el centro del interés y combata los males de la pobreza y la desigualdad, cada vez más lacerantes, apuntó.

Encinas expuso que conmemorar los 100 años de la universidad no puede reducirse a una celebración o un acto protocolario de apología o demagogia.

Honrar a la UNAM significa un cambio de política, de visión y de proyecto, donde las universidades públicas cuenten con recursos suficientes para gozar de su plena autonomía y contar con sus tareas docentes: investigación científica, desarrollo de capital humano y la difusión de la cultura nacional.

A nombre del PT, el diputado Jaime Cárdenas Gracia también exaltó la tarea de la casa de estudios en el desarrollo de la República. Empata con la democracia, la igualdad, la libertad, la tolerancia, el pluralismo, la crítica y la soberanía del pueblo, origen y fin de las instituciones, afirmó.

El petista hizo votos por que la universidad continúe apostando por la ética de servicio, basada en la solidaridad y en la cooperación, apartándose del individualismo posesivo y egoísta.

La universidad es antitética con una sociedad basada en las diferencias de clase, fundada en la xenofobia, el racismo, el clasismo, la desigualdad de géneros y cualquier forma de discriminación. La universidad es compatible con la formación de liderazgos que combatan cualquier forma de injusticia y desigualdad, que vean por los de abajo y vigilen a los de arriba.

Santiago Creel ocupó la tribuna para un discurso de reivindicación histórica de Acción Nacional en la universidad y afirmó que ésta ha permitido, junto a otras instituciones, como el Banco de México, el IFE, la CNDH y el Inegi, transitar por el cambio político con estabilidad y paz social.

Es necesario ratificar la vocación universitaria de quienes militamos en el PAN, y ser consistentes con nuestros orígenes, que se remontan a esas gestas encabezadas por nuestro fundador, Manuel Gómez Morín. Es momento de dar un paso más en el resguardo de la autonomía universitaria. La mejor manera de cumplir con este propósito es fortalecer el concepto de autonomía con su último y definitivo componente: el de los recursos públicos, para así asegurar que la universidad pueda garantizar oportuna y eficazmente sus fines sociales, expresó.

A esas exposiciones siguieron las del coordinador del Panal, Reyes Tamez Guerra; de Ninfa Salinas Sada, del PVEM, y de Luis Maldonado, senador de Convergencia.

En la parte final de la ceremonia, el rector Narro advirtió que en tiempos en que se reduce el valor de la política es necesario reivindicarla en su sentido originario, el de la participación de los ciudadanos en asuntos que interesan a todos, no como un fin en sí mismo, sino como un medio para la realización de propósitos útiles a la sociedad.

La universidad es una institución académica. Para cumplir con sus fines debe preservar la libertad de cátedra, de investigación, de expresión y de crítica. Tal libertad implica que no debe subordinarse ni comprometerse con los intereses emanados del ejercicio de la política. En la universidad caben todas las ideologías, todas las corrientes de pensamiento, ya como objeto de estudio, ya como forma de análisis de la realidad. Sin embargo, en ella no cabe la política que tiene por objeto la obtención del poder, dijo.