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Las familias compran hoy 35 por ciento menos alimentos que al inicio de este gobierno

Estudio de la UNAM prevé una caída de 60% en el poder adquisitivo del salario

Bajos sueldos y precariedad del mercado laboral, las causas, señala la Facultad de Economía

 
Periódico La Jornada
Jueves 23 de septiembre de 2010, p. 11

Las familias de los trabajadores mexicanos adquieren hoy 35 por ciento menos alimentos que al inicio del actual gobierno, debido a la pérdida de poder adquisitivo que han sufrido a consecuencia de los bajos salarios que hay en el país y la precariedad del mercado laboral.

De esta forma, se ha registrado una caída en las condiciones de vida de los trabajadores en México, “similar a la sufrida en la llamada década perdida, y de continuar la tendencia el salario mínimo presentaría una caída histórica mayor a la registrada en el sexenio de Ernesto Zedillo, que fue de 51 por ciento, y podría rebasar 60 por ciento, lo que representaría la mayor merma desde los años 40 del siglo pasado.

Señala lo anterior el reporte de investigación número 87, del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Apunta que el actual proceso de despojo que sufren los trabajadores por los bajos salarios, la precariedad de la situación laboral, la falta de estímulos, el recorte y desaparición de contratos colectivos, la subcontratación y otros problemas, se evidencian en la mesa” de las familias.

Puntualiza el informe que el incremento de la pobreza en México es una muestra clara de los efectos de la política gubernamental en materia laboral, la cual ha generado un descenso en la calidad de vida de la clase obrera.

El análisis, elaborado por los economistas y catedráticos Luis Lozano Arredondo, David Lozano Tovar, Fructuoso Matías García, Nubia Conde, Mariana Juárez, Montserrat Angulo, Beatriz Aguirre, Javier Lozano Tovar y Jaime Vázquez, indica además que entre los trabajadores campesinos la situación es aún más crítica, pues en este sector el empeoramiento de los niveles de empleo e ingreso se han traducido en serias dificultades económicas para el núcleo familiar.

Puntualiza que “para marzo de 2010, de 33.8 millones de personas que se encuentran en el medio rural, 37 por ciento no recibe ingreso (es decir, casi 12 millones 506 mil personas). En tanto, 25 por ciento de esta población recibe sólo un salario mínimo y representa casi 8 millones 450 mil habitantes.

Mientras, 26.9 por ciento de esa población, que son más de 9 millones, recibe ingresos de entre uno y dos salarios mínimos, y solo 8 por ciento (2 millones 704 mil) gana de dos a cinco minisalarios. Esos bajos ingresos, aunados al incremento de los productos de la canasta básica durante la administración de Felipe Calderón, han hecho que las familias que viven el campo tengan una pérdida de 44.3 por ciento en su ya deteriorado nivel de vida, e incluso casi 30 millones no puedan adquirir la canasta básica.

Para los trabajadores de la ciudad el panorama no es mucho mejor; según este reporte, del primero de diciembre de 2006 al 15 de agosto de 2010, el precio de la canasta alimentaria recomendable acumuló un incremento de 104 por ciento, mientras el salario mínimo en el mismo periodo pasó de 48.67 a 57.46 pesos, acumulando un incremento de sólo 17 por ciento, con una pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario sumamente elevada.

Si sumamos la pérdida del poder adquisitivo en alimentos y servicios, la merma acumulada de los trabajadores llega a 46.7 por ciento. La caída durante el gobierno de Calderón sigue siendo mayor que la sufrida en todo el sexenio de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari, por lo que, según esta investigación, los discursos no sustituyen a la realidad que enfrentan diariamente los trabajadores del campo y la ciudad.