Cultura
Ver día anteriorJueves 23 de septiembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La compañía Humanicorp realiza temporada en el Teatro de las Artes

Proponen “una dramaturgia del absurdo’’ inspirada en objetos huicholes cotidianos

Desde hace 21 años la agrupación que dirige Gerardo Hernández cultiva el quehacer del cuerpo

Foto
Escena del espectáculo Nierika: una ventana a la esperanza, que la compañía Humanicorp presenta en el Centro Nacional de las Artes
 
Periódico La Jornada
Jueves 23 de septiembre de 2010, p. 4

Los sueños y su aparentemente absurdo discurso son representados mediante objetos cotidianos en Nierika: una ventana a la esperanza, espectáculo de la compañía de teatro danza aérea Humanicorp, que utiliza metáforas poéticas del cuerpo para revelar a los ancestros.

Los nierikas son objetos de la cultura huichol utilizados en los rituales. Según sus creencias, con ellos contactan a sus antepasados para tener una visión del presente y del futuro. Es un ritual de exaltación de la conciencia, asevera en entrevista Gerardo Hernández, director de Humanicorp, sobre la coreografía que da nombre al programa que concluirá el domingo 26 de septiembre en el Centro Nacional de las Artes.

El espectáculo no es de temática huichol. Sólo retoma el concepto para trasladarlo a nierikas urbanos contemporáneos para volver al origen. Las ventanas, ojos desde los cuales uno ve la vida; los juguetes, los objetos de devoción más grandes para los niños, barquitos de papel, zapatos, maletas. Es alrededor de estos objetos coreográficos que surge una dramaturgia de lo absurdo donde dos personajes carablanca son el hilo conductor, explica Hernández.

Alusión a Magritte

El discurso escénico de Humanicorp es una fusión de danza contemporánea, teatro físico, artes circenses, gimnasia artística, acrobacia y hasta pintura, pues según el director de la compañía, el surrealismo es una inspiración. Por ejemplo, hay un elemento visual con muchas sombrillas y a partir de ellas se recrea un lenguaje coreográfico que parece una referencia al artista belga Magritte, y de alguna manera le tomo prestada esa imagen.

Y aunque no hay una narración lineal, siempre contamos historias. Lo que pasa es que el formato es muy diferente. Mi forma de contar es con la lógica de los sueños, que es bastante peculiar: en un momento estás arriba de un edificio, un segundo después en el mar y enseguida en el sofá de tu casa. Parece un absurdo, sin embargo tiene una razón de ser, en palabras del Hernández.

La compañía fundada hace 21 años se llama Humanicorp, como un libro de anatomía del siglo XVI, para expresar el lugar del quehacer del cuerpo humano, donde se crea mediante quien desea comunicar algo con el cuerpo. La agrupación es diversa, sus integrantes tienen formación en danza y actuación; otros son egresados del circo de Cuba.

“Hay bailarines que miden 1.50 metros y otros 1.94. Me gusta la variedad, porque todos somos diferentes. Crecer dentro de las particularidades es explotar el valor de la diferencia y unificar un lenguaje.

“Son artistas –explica Gerardo Hernández– de muchas partes del país y cada uno aporta sus necesidades creativas. Los mexicanos no somos los que vivimos en la ciudad ni en la costa ni en la sierra, sino un conglomerado.”

La música, al igual que la compañía, es ecléctica, desde Bach hasta Massive Attack. Nos gusta el folclor, la música electrónica, la clásica. Es lúdica, casi infantil.

Humanicorp concluye temporada con las funciones de hoy y mañana a las 20 horas, el sábado a las 19 horas y el domingo a las 18 horas en el Teatro de la Danza, del Centro Nacional de las Artes, en Río Churubusco y calzada de Tlalpan, colonia Country Club.