Sociedad y Justicia
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Padres de familia de una primaria exponen sus argumentos

Protesta contra desaparición del turno vespertino en escuelas

Muchos de los niños son de escasos recursos y trabajan por la mañana

 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de septiembre de 2010, p. 41

Ante el cierre gradual de turnos vespertinos en escuelas de nivel básico del Distrito Federal, profesores y padres de familia se manifestaron en contra de la clausura de este turno en la primaria Batallón de San Blas, que se ubica la Calle Alumino, en Venustiano Carranza, el cual, señalaron, afectará a más de la mitad de los alumnos que corren el riesgo de abandonar sus estudios, ya que la población que asiste es de alta marginación social, de origen indígena y en situación de calle.

Los inconformes, indicaron que la primaria educa a niños de familias damnificadas por el terremoto de 1985, quienes viven hacinados en un campamento localizado a menos de 50 metros de distancia del centro educativo, así como a hijos de trabajadores del rastro que se localiza en avenida Canal del Norte.

Atendemos un promedio de 95 alumnos de más de 60 familias de muy escasos recursos y de una alta marginación social. Muchos de nuestros niños no tienen padres y viven con las abuelitas en el campamento que tenemos a media cuadra y, debido a su situación económica, por las mañana tienen que trabajar en el mercado del rastro o en los puestos ambulantes de la zona, indicaron.

Muchas niñas, por ejemplo, señalaron, venden café con leche, pan o tortas a partir de las cuatro de la mañana hasta la una de la tarde, por lo que se les imposibilita estudiar en el turno matutino.

Por su parte, Mario Luis, de 11 años, dijo que todos los días se levanta a las cinco de la mañana para laborar en un puesto ambulante de verdura y por las tardes estudia el sexto grado de primaria en la escuela Batallón de San Blas. Trabajo para ayudarle a mi mamá y cuando termino me vengo a estudiar y así desaburrirme de la chamba.

Al igual que Mario, varios de sus compañeros viven en uno de los 50 cuartos del Campamento de Aluminio, conocido así por los vecinos, no por el nombre de la calle donde se ubica, sino por las estructuras de lámina de metal de dos metros cuadrados cada uno. Ellos también, dice Mario Luis, trabajan durante el día.

Para la maestra Aída Hernández, la ”amenaza” de las autoridades educativas de clausurar en los próximos días el turno vespertino ha perjudicado a la plantilla docente. Somos cinco maestros interinos a quienes desde el pasado 15 de agosto se nos terminó el contrato, y ya no se nos renovó. Desde entonces estamos tocando las puertas en diferentes instituciones para continuar dando clases en esta primaria, ya que conocemos a los 95 alumnos por nombre y apellido y sabemos cuál es el problema social que tiene cada uno, señaló.

Sin embargo, calificó de injusto que quieran desaparecer el vespertino, ya que en los salones cumplen con los lineamientos de tener 15 alumnos por grupo. En esta primaria los alumnos no sólo han encontrado un espacio para sentirse a salvo de lo que ocurre afuera, sino además es un espacio donde se pueden expresar, divertirse, aprender y platicar con sus maestros, si cierran el turno, me temo que más de la mitad de nuestros alumnos abandonarán la escuela, y probablemente se dediquen a otra cosa, eso si la droga y el pandillerismo que abunda en la colonia no los absorbe, insistió la profesora Aída Hernández.

Manifestó que para evitar la clausura del vespertino han acudido con los titulares de comisiones nacional y local de derechos humanos; asimismo enviaron escritos al titular de la Educación, Alonso Lujambio; al subsecretario de esa dependencia, Fernando González, y al diputado de la ALDF, Julio César Moreno, sin embargo, dijo, hasta la fecha no han tenido alguna respuesta favorable.