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La basura espacial provoca ya una situación inestable: expertos rusos

Orbitan el planeta unas 600 mil piezas metálicas, mayores de un centímetro
 
Periódico La Jornada
Martes 7 de septiembre de 2010, p. 3

Alrededor del planeta orbitan más de 600 mil piezas metálicas mayores de un centímetro, que en algún momento formaron parte de dispositivos electrónicos varios, y que pueden representar un peligro para otras naves, satélites o telescopios.

Toda esta basura espacial provoca ya una situación inestable, y debe ser identificada y retirada cuanto antes, proyecto en el que podría intervenir la Agencia Espacial Mexicana (AEM), afirmaron en entrevista con La Jornada los científicos Vladimir Agapov e Igor Molotov, de la Academia Rusa de las Ciencias.

Ambos especialistas explicaron que los satélites, después de cumplir con su vida útil, muchas veces chocan entre sí o con otros objetos, y los fragmentos se quedan en órbita durante años, con una trayectoria incierta y a velocidades que pueden llegar a 360 mil kilómetros por hora.

Especie de bala destructora

En determinadas circunstancias, señaló Agapov, cada uno de estos objetos podría ser como una especie de bala que destruya o por lo menos inhabilite los satélites que sí están en funcionamiento, lo que causaría enormes pérdidas económicas a países y empresas particulares.

Hasta el momento los especialistas han detectado alrededor de 600 mil fragmentos de más de un centímetro, pero de ese total únicamente 25 mil han sido ubicados y monitoreados con regularidad. Además, cada vez que hay nuevas colisiones entre ellos se generan nuevas partículas que quedan girando en el espacio por décadas.

La cantidad de objetos es tan grande, que aun si dejáramos de enviar satélites en este momento, de todas formas va a quedar mucha basura allá arriba, y los radares no tienen capacidad para detectar los fragmentos más pequeños, dijo Agapov.

Los accidentes en la zona donde se concentra la mayor actividad de telecomunicaciones han ocurrido con más frecuencia en los últimos años. En febrero de 2009, por ejemplo, los satélites Iridium 33 (Estados Unidos) y Cosmos 2251 (Rusia) chocaron, y el impacto destruyó a los dos.

Ahora la situación ya es inestable, y tenemos que actuar rápidamente antes de que se genere una reacción en cadena, añadió el científico ruso.

Métodos de cálculo matemático

Pese a lo complicado de la situación, sí hay métodos de cálculo matemático mediante los cuales se puede ubicar la trayectoria y velocidad de algunos fragmentos de basura espacial, y es ahí donde México podría participar en la tarea de limpieza.

En este proyecto de seguridad se necesita un trabajo a nivel de cálculo matemático, computacional y de ingeniería, en el que pueden colaborar los científicos mexicanos, señaló José Franco López, vicepresidente de la Academia Mexicana de Ciencias.

La cantidad de basura que hay allá arriba es altísima, y representa un peligro para todos los satélites. En caso de las expediciones tripuladas, pone en riesgo la vida de los astronautas. Este proyecto de ecología del espacio es fundamental, y por supuesto estamos interesados en participar en él, dijo el especialista.