La historia te da sorpresas: no fue Simón Bolívar el verdadero libertador de América, ni el instigador de la revolución bolivariana, ni el autor intelectual de la idea de la Gran Colombia, una suerte de Estados Unidos de Sudamérica. El crédito corresponde, fuera de toda duda, a un personaje prácticamente desconocido y sin embargo fundamental en el proceso independentista: Francisco de Miranda, de quien Bolívar fue, en todo caso, el alumno más aventajado.

Caraqueño de nacimiento, bibliófilo, políglota, militar en cuatro ejércitos (el francés, entre otros), Miranda fue descrito por Napoleón Bonaparte como Quijote sin locura que lleva el fuego sagrado de la libertad en la sangre. Dicho en pocas palabras, parece un personaje de novela de aventuras con crítica social.

El periodista y escritor español Fermín Goñi (Pamplona, Navarra, 1952), se ha encargado de llevar la vida de Miranda a un libro titulado Los sueños de un libertador (Roca Editorial), presentado la noche del jueves por los escritores Paco Ignacio Taibo II y Eduardo Monteverde.

“La historia ha hecho invisible a Miranda –lamentó Goñi. En Venezuela existe el estado de Miranda, en Caracas hay una avenida Miranda y monumentos de él por todas partes en Venezuela y Colombia, también en La Habana y París, pero no se conoce al personaje, no se sabe quién fue ni qué hizo”.

Goñi se empezó a enterar cuando tuvo en sus manos los 63 tomos que integran el archivo personal de Miranda: Empecé a leer su archivo entero en el español del siglo XVIII, en el francés del siglo XVIII y en el inglés del siglo XVIII. Al terminar, quedé estupefacto: ¿cómo es posible que un tipo así esté olvidado, que nadie hable de él y se diga que todo lo empezó Bolívar?; en este año del bicentenario de la Independencia seguimos diciendo que Venezuela y Colombia no tiene más padre y madre que Bolívar, lo tenemos ahí en el pedestal, pero no decimos que tuvo un maestro, que Bolívar fue su alumno más aventajado, pero quien dio armazón intelectual y soporte ideológico a la revolución bolivariana, el precursor, el inductor, el organizador y director de la revolución bolivariana fue Francisco de Miranda.

El siguiente paso de Goñi fue hacer una biblioteca con lo que se había publicado hasta entonces de Miranda y cuando tuve la visión global del personaje me sorprendí de que nadie le hubiera dedicado una novela, del estilo que sea, a este personaje cuya vida es en sí misma es una vida de película.

El autor no tuvo que recurrir a su imaginación para escribir Los sueños de un libertador: su vida fue así.

A Paco Ignacio Taibo II le resultó fascinante cómo Goñi hizo una biografía novelada, en la que está el rigor histórico combinado con el sabor de soltarse con formas literarias, como tomar personajes secundarios para que narren pedazos de la historia para reconstruir un personaje fascinante.

Al referirse al desconocimiento que se tiene de Miranda, Taibo II estableció una analogía con Fray Servando Teresa de Mier; Eduardo Monteverde dijo por su parte haberse quedado perplejo al leer el libro: “Las vidas ejemplares no me interesan demasiado, no me centro en el personaje, sino en la concepción que da de la América Hispánica; me quedo con la perplejidad por esa España que está viendo al sol ponerse en sus imperios y que me lleva a preguntarme: ¿cuándo España empieza a ser universal? Cuando se desangra –en un buen sentido– sobre América, con el mestizaje”.