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Francia ya aplicó esa medida, calificada de discriminatoria

Italia pretende expulsar a gitanos que vivan sólo de beneficios estatales
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de agosto de 2010, p. 20

Roma, 21 de agosto. Italia se suma a la idea de expulsar a ciudadanos de otros países de la Unión Europea (UE) que vivan sólo de los beneficios estatales, dijo este sábado el ministro del Interior, Roberto Maroni.

La decisión ampliaría las medidas contra los gitanos calificadas de discriminatorias por grupos de derechos humanos desde que Francia envió esta semana a decenas de gitanos a Rumania y Bulgaria en una repatriación masiva que –asegura París– es voluntaria, aunque algunos de los deportados dijeron haber sido coaccionados para marcharse.

Maroni, de la Liga Norte, partido antinmigración, elogió la medida de Francia y dijo que la deportación obligatoria de gitanos que no cumplían los requisitos básicos debería permitirse, y fue más allá en una entrevista publicada este sábado por el diario Corriere della Sera.

Sí, expulsiones como las de los inmigrantes ilegales, no repatriaciones voluntarias o asistidas, afirmó.

Naturalmente, sólo para quienes violan las normas para vivir en otro país miembro de la UE: un mínimo de ingresos, viviendas adecuadas y no ser una carga para el sistema de seguridad social del país que los acoge. Muchos rumanos son miembros de la UE, pero no respetan ninguno de estos requisitos.

Reanudarán presión

El Ministro del Interior dijo que la Comisión Europea negó a Italia el permiso para aplicar un plan de este tipo en el pasado, pero que reanudará la presión para un cambio en la próxima reunión de ministros de la UE, a efectuarse en septiembre.

Rumania fue golpeada en 2009 por una de las peores recesiones, por lo cual numerosos gitanos –rumanos y de otras nacionalidades– prueban suerte en España o Italia.

En este último habitan alrededor de 342 mil 200 rumanos, según cifras oficiales, o 556 mil, de acuerdo con la organización Caritas, que podrían ser sujetos a estas medidas, en caso de que sean aprobadas.

Cuando se le cuestionó si el plan sería discriminatorio, Maroni señaló que la política se aplicaría a ciudadanos de la UE no italianos que no cumplan ciertos criterios, no sólo a rumanos.

Sus comentarios fueron criticados por la oposición, incluido el Partido Italia de los Valores, que aseveró que el proyecto suena racista.