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Economía Moral

Pobreza y persistencia del campesinado / IX

Hacia una teoría general del valor

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or mandato divino, estipulado en las tablas de la ley, en casi todo el mundo se trabaja seis días pero se pagan siete, lo que se mantuvo incluso en los peores momentos de la sobrexplotación del trabajo al inicio del capitalismo industrial. Así se estipula en el artículo 123 de nuestra Constitución que también establece otros días de descanso obligatorio y vacaciones. Una proporción significativa de quienes trabajan hoy, lo hacen cinco días a la semana y reciben sueldo por siete. Los maestros de educación básica reciben su sueldo durante los 12 meses del año aunque trabajan sólo 10. Los profesores de las universidades públicas gozamos, además, de un año sabático (después de seis años de trabajo) durante el cual no trabajamos y recibimos nuestro sueldo íntegro. Se trata de discontinuidades del trabajo impuestas por tradiciones religiosas o sociales o por conquistas sindicales y políticas. Por otra parte, nadie trabaja 24 horas al día, pues el límite inicial de la jornada de trabajo para cualquier sistema de explotación del trabajo ajeno es un límite natural, biológico: el ser humano, como todo animal, necesita descansar. Sin embargo, en el descanso el organismo sigue gastando energía (Véase gráfica).1 El trabajo es discontinuo pero la paga es continua en todos los casos mencionados. Pero los asalariados de procesos de trabajo discontinuos como el agrícola reciben pago discontinuo por su trabajo discontinuo, a pesar de que tal discontinuidad está impuesta por la naturaleza: el proceso biológico de crecimiento de las plantas, generando una asimetría radical.

Hacia el final de la entrega anterior (13/8/10) mostré que, al introducir en el esquema de reproducción simple de Marx una ecuación adicional para garantizar no sólo la reproducción del capital sino también la de la fuerza de trabajo y considerando también los procesos de trabajo discontinuos, se genera un derrumbe aparente de la teoría del valor de Marx. La salida a este problema consiste en considerar que, además de incorporar trabajo vivo, y por tanto, valor, la fuerza de trabajo también transmite a la mercancía el valor de su fuerza de trabajo durante los días en que no trabaja cada año. En este caso no se genera nuevo valor pero al reanudarse el trabajo, el trabajo vivo va transmitiendo a la mercancía que produce no sólo el valor de los medios de vida que consume en los días de trabajo, sino también de los medios consumidos durante los días sin trabajo. Es decir, que el trabajador agrícola transmite durante los 100 días de trabajo el valor de los medios de vida de él y su familia durante los 365 días del año. Al denotar el sector agrícola con A y separar el valor de la fuerza de trabajo en dos partes, la de los días trabajados (VAT) y la de los no trabajados (VAD), la expresión original de Marx WA = CA+VAT+PA, ahora es WA +VAD= CA+ (VAT+VAD) + PA.2 Es decir, el capitalista paga VAD adicionales en salarios pero vende su mercancía en un valor aumentado también por VAD. La plusvalía (PA) no se modifica.

En las ramas con proceso de trabajo continuo, VAD es igual a cero y estamos otra vez en las ecuaciones de Marx. Por ello la formulación anterior ha permitido pasar de la teoría del valor para procesos de trabajo continuos a una teoría general del valor válida para procesos tanto continuos como discontinuos, en la cual, además, las ecuaciones de reproducción expresan no sólo las condiciones de reproducción del capital sino también de la fuerza de trabajo en un modo de producción capitalista puro en el que existe la agricultura. De aquí se deriva que la única manera de que prevalezca el capitalismo puro en la agricultura es que el capital pague el costo de reproducción de la fuerza de trabajo por todo el año y traslade este costo adicional a los consumidores.

¿Podemos realmente pensar que el trabajador transmite el valor de sus medios de vida a los bienes que produce, como lo hace la máquina usada o la materia prima incorporada en el proceso de trabajo? Si la respuesta es positiva, ¿podemos pensar que el valor del consumo de numerosos días sin trabajo puede ser trasladado a la mercancía al reanudarse el trabajo? En la entrega del 06/08/10, cité el pasaje en el cual Marx expone su explicación teórica del valor de la fuerza de trabajo (FT). Ahí encontramos expresiones como: producción y reproducción (o conservación) de la FT; el valor de la FT representa únicamente una cantidad determinada de trabajo social medio objetivada en ella; en el trabajo se gasta una cantidad determinada de músculo, nervio y cerebro humanos que hay que reponer; es necesaria la presencia continua de la FT en el mercado por lo cual la suma de los medios de subsistencia incluyen los medios de subsistencia de los sustitutos (hijos) del obrero mortal. ¿Pero podemos hablar de producción de la fuerza de trabajo como mercancía?3 Aunque contestemos que sí, no podemos dejar de notar que mientras los jabones se producen en fábricas capitalistas, como mercancías para la venta con el propósito de obtener ganancias, la fuerza de trabajo, que no se puede separar de sus portadores, los seres humanos, no se produce para la venta, sino que los seres humanos procrean otros seres humanos como un proceso biológico-social similar al de otras especies. Por ello, seguir hablando de producción de fuerza de trabajo requiere remitirnos al proceso de vida de los individuos, a la satisfacción de necesidades, a la formación de parejas y la procreación y crianza de descendientes. Tenemos que percatarnos que la producción de FT es la otra cara del consumo de medios de subsistencia. En la Introducción a la crítica de la economìa política de 1857 Marx dice:

“...el consumo es de manera inmediata producción, del mismo modo que en la naturaleza el consumo de los elementos y de las sustancias químicas es producción de plantas. Es claro que en la nutrición, por ejemplo, que es una forma de consumo, el hombre produce su propio cuerpo. Pero esto es igualmente cierto en cualquier otra clase de consumo que, en cierto modo, produce al hombre. Producción consumidora”.

Lo que aquí dice Marx respecto a los valores de uso, a la relación entre el ser humano y la naturaleza, lo retoma en El capital como teoría del valor de la fuerza de trabajo, como relaciones sociales. Se entiende así que hable de producción del valor de la mercancía fuerza de trabajo. Recibí importantes observaciones de Luis Arizmendi, director de Mundo Siglo XXI que discutiré en la próxima entrega.

1 Durante el sueño nuestro organismo funciona a la Tasa de Metabolismo Basal (TMB). El gasto diario de una persona dependiente y totalmente pasiva equivale a 1.27 veces la TMB, valor que se conoce como previsión de supervivencia y representa alrededor de 60 por ciento del gasto de energía de alguien que realiza un trabajo de alta intensidad y de 80 por cientio de alguien que realiza uno de baja.

2 V es capital variable; C capital constante, P plusvalìa y W valor total producido.

3 Karl Polanyi define mercancías como objetos producidos para la venta en el mercado. Señala que el trabajo, la tierra y el dinero no son obviamente mercancías. Sobre el trabajo dice que es otro nombre para la actividad humana que va con la vida misma y que ésta es producida por razones enteramente distintas. The Great Transformation, 1944/2001, Beacon Press, Boston, p. 75.