La tragedia nace en medio del silencio. Luego, su realización carece del vistoso ímpetu a que nos obliga la costumbre: son dos personas que ro-deadas de los elementos de su vida normal hablan brevemente mientras, a pesar de esta tranquilidad aparente, algo parecido a la ternura muere o se revuelve en su interior.

Así es la narrativa que Raymond Carver (1939-1988) concreta en su libro Principiantes, la versión inicial del volumen de cuentos publicado De qué hablamos cuando hablamos de amor, previo al proceso de depuración realizado por el editor Gordon Lish, en 1980.

En la primera publicación, el autor dedicó la obra a Tess Gallagher y le prometió que más tarde conseguiría la edición de los relatos en su tamaño original, tentativa retrasada por el fallecimiento del narrador.

Rescatada a partir del original que Carver entregó a Lish –editor en Albert A. Knopf–, el conjunto de 17 cuentos que integran el ejemplar de marras conserva el acercamiento a los temas que luego se hicieron famosos por la publicación de De qué hablamos cuando hablamos de amor en 1981: el amor, la cotidianidad encubridora de la soledad, la ternura traicionada y la ausencia de culpa.

Al igual que De qué hablamos cuando hablamos de amor, en este libro la penúltima historia nombra al material: Principiantes, pues –escribió el autor–: Porque me da la impresión de que, en el amor, no somos más que unos completos principiantes.

Título: Principiantes

Autor: Raymond Carver

Traducción: Jesús Zulaika

Editorial: Anagrama

Número de páginas: 312

Precio de lista: 345 pesos