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En un nuevo mínimo, la popularidad del primer ministro italiano

Silvio Berlusconi cede a presión y acepta modificar la ley mordaza

Elimina una traba a la prensa, señala diputada del partido del premier

 
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de julio de 2010, p. 26

Roma, 20 de julio. El gobierno de Silvio Berlusconi presentó hoy una modificación a su controvertida legislación de medios –conocida como ley mordaza– ante las críticas que generó en diversos sectores de Italia, incluso desde dentro del partido del primer ministro italiano.

La modificación prevé que los medios puedan publicar escuchas o grabaciones realizadas durante una investigación, siempre que las informaciones en cuestión se consideren pertinentes.

La versión del proyecto conocida hasta ahora prohibía difundir ese tipo de material y estipulaba duras sanciones a quien lo hiciera.

El añadido presentado por el gobierno de derecha de Berlusconi se unirá al proyecto de ley que la Cámara de Diputados someterá a votación a finales de julio.

Esto elimina una traba a la prensa, es un triunfo del Parlamento, celebró la diputada Annamaria Siliquini.

Siliquini forma parte del grupo de legisladores del Partido de la Libertad (PDL) de Berlusconi que se enfrentó al premier, junto con un grupo reunido en torno al líder de la Cámara, Gianfranco Fini.

Un escándalo de corrupción, un impopular presupuesto de austeridad y una serie de renuncias en el gobierno han llevado a la popularidad del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, a un nuevo mínimo, mostró este martes un sondeo de opinión.

La encuesta publicada en el diario La Repubblica reveló que los índices de aprobación de Berlusconi han caído a 39 por ciento y están 10 puntos porcentuales más abajo que hace un año.

El primer ministro de 73 años enfrenta el momento más duro de su gobierno de dos años y está presionado en varios frentes.

Berlusconi se vio forzado a recurrir a un voto de confianza para aprobar su paquete de austeridad de 25 mil millones de euros en el Senado la semana pasada.

Una creciente y amarga disputa con su principal aliado, Gianfranco Fini, también amenaza la sobrevivencia de su coalición.

La encuesta precisó que votantes moderados en particular parecían haber perdido la confianza en Berlusconi y su gobierno, citando el clima tóxico dentro del partido, una creciente corrupción y un escándalo de tráfico de influencias.

Dos ministros y un subsecretario renunciaron en mayo por investigaciones judiciales. El último escándalo, que costó el puesto al subsecretario del Ministerio de Economía Nicola Cosentino la semana pasada, se centra en una supuesta conspiración secreta de políticos del PDL y jueces amigos para influenciar designaciones políticas y decisiones judiciales.