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Ampliamos las funciones del museo con 31 proyectos, dice el creador González Casanova

Muestran en el MUAC un ejercicio colectivo para conocer el carácter pedagógico del arte
 
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de julio de 2010, p. 7

Concibo el arte como algo mucho más amplio de lo que se ve en el sistema de mercado, en función de las gale-rías, de lo que se vende. Más bien lo considero como un servicio”, expresa José Miguel González Casanova.

El artista visual es coordinador curatorial de El Jardín de Academus: laboratorios de arte y educación, ejercicio colectivo que se exhibe en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), del Centro Cultural Universitario.

Conformado por 31 proyectos, tanto individuales como colectivos, para El Jardín de Academus, González Casanova quiso trabajar con personas que contextualizan sus prácticas artísticas más dentro de un servicio que es la educación, que dentro de un contexto de mercado.

El artista también quiso abrir el espacio del museo, hacer de ello “una escuela, dislocar y ampliar las funciones. Quería aumentar los públicos del recinto, poner en evidencia el carácter educativo del arte o las posibilidades del arte dentro del circuito de educación.

Quería hacer una exposición muy incluyente que escogiera a creadores que circularan más en otro tipo de canales.

Para la inauguración de El Jardín de Academus, el pasado abril, la sala del MUAC lució vacía porque, como explica González Casanova, se trataba de una muestra procesual, donde lo relevante era la serie de situaciones que allí sucederían. Los proyectos se desarrollaron con una dinámica intensa, pues cada quien disponía de dos días para realizar su obra.

Experiencia estética y didáctica

Al explorar la relación entre arte y educación, se trató de generar una experiencia estética y didáctica a la vez, con una comunidad específica, en principio marginada del arte y la educación formales, explica González Casanova, quien es profesor de la Escuela Nacional de Artes Plásticas.

En la sala, durante dos días, el artista o colectivo generaba una especie de performance-clase que terminaba con la creación de una obra museográfica. Siempre estaban allí los artistas con una comunidad específica que trabajaba, abiertos a la participación del público del museo.

En total participaron más de mil personas de dichas comunidades directamente en la creación de las obras, y más de 100 artistas, algunos muy reconocidos, como Urs Jaeggi, Pablo Helguera, Rodrigo Johnson, Rosangela Rennó, Luis Mario Moncada, Lorena Wolffer, Mónica Castillo, Vicente Rojo Cama, Eloy Tarcisio y Leonel Sagahón, entre otros. Asimismo, colectivos como Pinto mi raya (Mónica Mayer/Víctor Lerma), El Faro de Oriente y la Central del Pueblo.

Para González Casanova lo que quedó y se exhibe equivale a documentar lo sucedido a lo largo de tres meses: “Me parece interesante que haya 31 modelos de trabajo muy diversos en torno a cómo se pueden reunir las personas en una experiencia estética y didáctica. Lo considero material documental, más que una obra de arte.

“Estamos en pláticas para que el material –la exposición terminará el 2 de agosto– se quede en el archivo documental del MUAC, como registro del proceso”. También se hará un catálogo.