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Con el método, creado por Rudolf von Laban, los pequeños desarrollan su intuición

Danzarines guía a los niños en el arte de la improvisación y el movimiento

El grupo de 40 niños, dirigido por Rosana Padilla, presentó Caleidoscopio en el teatro Julio Prieto

 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de julio de 2010, p. a12

La directora de Danzarines, danza lúdica para niños, Rosana Padilla, introdujo en el trabajo lúdico del aprendizaje de la danza un sistema de representación gráfica del movimiento, creado por Rudolf von Laban y perfeccionado por Ann Hautchinson.

Con este sistema, los niños desarrollan la capacidad de intuición para improvisar.

El lenguaje de la danza estudia al movimiento desde lo visible y lo tangible, y echa mano de símbolos para su representación y registro.

Mediante el sistema de Rudolf von Laban, Danzarines, danza lúdica para niños, presentó Caleidoscopio, su primera puesta en escena, este sábado en el teatro Julio Prieto de la ciudad de México, en el que participaron 40 niños de entre 2 y 8 años de edad.

Rosana Padilla explicó que una de las principales características de la obra es que los pequeños desarrollan movimientos con la evolución de acciones cotidianas, como jugar con un aro, colocarlo en el piso, girar y caer adentro de él. En este proceso, el niño tiene un desarrollo personal, emocional y de pensamiento.

“Con la ejecución del movimiento –agregó la maestra de danza– los niños tienen seguridad para otras formas de acción y de trabajo. A diferencia de los jóvenes, los pequeños empiezan a improvisar sus movimientos y crean nuevas posturas o situaciones. El niño experimenta y juega de manera común y empieza a disfrutar la danza. Caleidoscopio es el desarrollo del movimiento que ellos me propusieron.”

Conexión entre bailarín y espectador

El trabajo escénico de Danzarines encuentra su razón principal en la experiencia, al lograr que los niños ejecutantes y espectadores se conecten simultáneamente, de manera que la puesta en escena sea viva y una experiencia en común. Nada es de los niños, sin los niños.

De acuerdo con Padilla, la obra tiene como principio rector la improvisación, y se plasma por medio de cuadros y escenas. Se trata de un juego de imágenes donde los niños van acompañados por las maestras y bailarinas Carolina Flores y Cecilia Sánchez, para remitir al espectador a un lenguaje corporal abstracto.

“Una de las particularidades del material musical es que no es comercial o popular: selecciono la música que me permita evaluar la calidad del movimiento para que el niño viva los sonidos, de tal manera que reconozca el movimiento y la danza.

Algo curioso: primero desarrollaron el movimiento y después se escogió la música. De antemano, ellos identificaron y reconocieron su movimiento.

Danzarines, danza lúdica para niños, asume el compromiso para llevar a cabo la tarea de brindar un servicio de calidad en la atención a la niñez. Su eje es favorecer los valores estéticos, artísticos y culturales; desempeñar un importante papel no con la imposición de ideas, sino en las actitudes de los niños hacia sí mismos y hacia el arte de la danza, vinculándolos con lo bueno, lo auténtico y lo bello.

Danzarines tiene como propósito cumplir con los derechos de la niñez al estimular sus hábitos culturales; consolidar la atención en esa población; contribuir cada vez más a los fines de la preservación, creación y difusión de cultura, y continuar con el desarrollo de sistemas y nuevas fuentes de información cultural.

Para mayor información del centro de formación Danzarines, danza lúdica para niños se puede contactar a Rosana Padilla, directora y coordinadora de producción, en el teléfono 5553-5046.