Los programas de VIH/sida del país que hagan mejor su trabajo en prevención y detección temprana de personas afectadas por la enfermedad contribuirán al cambio de tendencia que hasta ahora ha registrado la epidemia.

En lugar de 37 mil casos estimados en un escenario bajo para ser atendidos en 2010, la cifra de pacientes llegaría a 40 mil, explicó José Antonio Izazola, director del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida (Censida).

De acuerdo con cifras oficiales, en México existen alrededor de 220 mil portadores del virus, pero desconocen su situación. Hasta ahora, la mayor cifra de casos se ha detectado cuando la enfermedad está en etapas avanzadas, por lo que la tarea de los programas en la materia será encontrarlos a tiempo.

El funcionario explicó que los mil 657 millones de pesos autorizados en mayo pasado por el Comité Técnico del Fondo de Protección contra Gastos Catastrófico para la compra de medicamentos que controlan el VIH pueden proporcionar terapias a 37 mil individuos.

Sin embargo, en caso de que los fondos resulten insuficientes por el incremento en la prevención y diagnóstico, los programas estatales tienen la posibilidad de presentar en septiembre la información respectiva y obtener del comité la ampliación presupuestal que requieran para el ciclo de abril de 2010 a marzo de 2011.

Así, las entidades federativas evitarán aportar recursos extraordinarios, si se planean y programan bien las necesidades.

En cualquier caso, dijo, hasta 2007 los gobiernos de los estados absorbían los gastos de las terapias para los nuevos pacientes y Censida garantizaba el pago de los tratamientos de continuidad. De hecho, la sicóloga Beatriz Ramírez (titular del programa de VIH del estado de México) ha pedido en tres reuniones consecutivas que los estados paguen todos los casos nuevos.

Consultada al respecto, Ramírez aclaró que durante una reunión entre Censida y los responsables de los programas de VIH del país, comentó al director del Censida la situación que existió durante ocho años, antes de la suscripción del Acuerdo para el Fortalecimiento de las Acciones de Salud Pública en los Estados, en la que, efectivamente, las entidades pagaban los nuevos tratamientos.

No fue una propuesta porque es responsabilidad del gobierno federal garantizar la cobertura universal a medicamentos, indicó la funcionaria.

Por su parte, Izazola expresó que existe la intención de que para los siguientes años las previsiones presupuestales se calculen de manera conjunta entre Censida y las entidades federativas. Entonces compartimos los pros y los contras de la planeación, comentó.

Con respecto al medicamento Abacabir, cuyo abasto estaba en riesgo, según expresó a los secretarios de Salud del país el pasado 18 de junio, el director del Censida rectificó, pues con base en la información de que disponía en esa fecha, no había una oferta suficiente. Necesitamos 12 mil frascos en el año y me hablaban de tener dos mil comprometidos en ese instante.

Había necesidad de ver otras alternativas para evitar el desabasto en los siguientes meses y eso se tiene que hacer con anticipación. De ahí que haya expresado la posibilidad de recurrir a la compra a través del Fondo Estratégico de Medicamentos de la Organización Panamericana de la Salud, o con la autorización de la licencia a otros distribuidores de medicamentos que carezcan de planta en México.

La situación es distinta ahora porque el fabricante de la fórmula genérica de Abacabir ha garantizado cubrir las necesidades del producto y cumplió con la entrega de tres mil 477 cajas correspondientes a la compra emergente realizada en junio.