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Ver día anteriorSábado 10 de julio de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Red Ángel. ¿Monedas para la legitimación?
C

omo era de esperarse, la calca neoyorquina (Opportunity NYC-Family Rewards) del programa Oportunidades –diseñado por el tecnócrata Santiago Levy– fracasó estruendosamente. La presunta contribución para aliviar la pobreza en el corto plazo fue una quimera: ni mejor aprovechamiento escolar, mejor salud, ni mejor capacitación laboral.

Los 22 subsidios por familia pobre beneficiaria –2 mil 400 con un promedio de 6 mil dólares anuales, a cambio de incrementos en el capital humano mediante el cuidado de la salud y la mejora del desempeño de los menores en la escuela– jamás se materializaron. El alcalde Bloomberg lo señaló con precisión: Los incentivos no son la mejor respuesta a la pobreza.

Las versiones originales mexicanas de esos programas de subsidios condicionados –que racionan la oferta de servicios como el incoherente Seguro Popular foxista y su modalidad petit: el Seguro Médico para una Nueva Generación calderonista– no fracasan porque están artificialmente soportados por los poderes ejecutivos federales y locales que los usan, primero y antes que nada, con propósitos electorales: los programas que dan salud, y, en segundo término, porque les sirven para legitimar –básicamente vía encuestas divulgadas en medios de comunicación– la calidad y nivel de cumplimiento de su desempeño.

En un país económicamente estancado desde 1982 y donde (en 2006) 10 por ciento de los hogares urbanos más ricos acaparaban casi 40 por ciento del ingreso, frente a 2 por ciento de 10 por ciento de los hogares más pobres, esos programas pretenden sustituir –a la baja y dotando de ciudadanía e inclusión– el catálogo de derechos universales que se le amputa sistemáticamente al mundo del trabajo. Con ellos, los titulares del Poder Ejecutivo reparten monedas sociales mientras centuplican los recursos para otras áreas presupuestales prioritarias y, luego, hasta presumen evaluarlos.

Por ejemplo, Vicente Fox fusionó el Programa Oportunidades con el Seguro Popular en septiembre 2005, pero ya antes (en abril) había prometido que pronto habrá pensión para todos. ¿Cómo? Gracias a un programa que garantizaría que los que cumplieran 65 años puedan retirarse con dignidad: un tercer pilar de la estrategia de seguridad social, junto con el Seguro Popular. Un mes después había agregado que la creación del Instituto de Protección Social incorporaría 50 millones a un sistema de ahorro para obtener jubilación y pensión, dará apoyo para la compra de vivienda y servicios médicos del Seguro Popular.

E inició el año electoral 2006 con otro viraje: decidió integrar, en un solo sistema de protección social, Oportunidades, el Seguro Popular y los fondos de créditos y subsidios para vivienda Fonhapo y Fonaevi, con el propósito de garantizar a los pobres un esquema de ahorro para el retiro, atención sanitaria de segundo nivel y acceso a créditos hipotecarios. Como era de esperarse, el calderonismo desechó de inmediato el fantasmagórico MAROP –elaborado por Miguel Székely Pardo–, una vez que había cumplido su rendimiento electoral.

Ahora, desde marzo de 2010, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) también publicita una Red Ángel que integra todos (15) sus programas sociales: apoyo económico a personas con discapacidad, atención médica y entrega de medicamentos gratuitos a domicilio Programa Ángel, becas escolares para niñas y niños en condición de vulnerabilidad social, desayunos escolares, educación garantizada, estímulos para el bachillerato universal Prepa Sí, mejoramiento barrial, mejoramiento de vivienda, niños talento, pensión alimentaria para adultos mayores, servicios médicos y medicamentos gratuitos, uniformes escolares gratis, útiles escolares gratuitos y vivienda en conjunto.

Como señaló Ebrard en el acto con que dio inicio la integración de todas las ayudas que otorga el GDF en un solo padrón, no se trata de estar distribuyendo cosas a ver si hacemos eventos muy grandes. Se trata de crear algo que nos trascienda; o sea, que cuando ya no estemos en el gobierno ustedes sigan adelante, que estas instituciones y esta red y programas estén en la ley y ya se queden para siempre, porque son derechos ganados. ¿Derechos o monedas?

Mientras en el orbe globalizado –que ha hecho de su coordinación macroeconómica un evangelio– se castigaron, primero, al mínimo las privilegiadas pensiones (Santiago Levy) y ahora se pretende reducir –con reformas laborales (iniciativa PAN-Javier Lozano)– aún más la tajada del pastel que corresponde al mundo del trabajo, la urgencia por lo que anteriormente se denominaba enfrentar la desigualdad se ha transformado en un combate a la pobreza que administra subsidios condicionados, mide sistemáticamente las necesidades del hombre miserable (dixit Iván Ilich) y finalmente evalúa los programas (Coneval).

Basta considerar que toda la transformación 2010 del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) prevé –para un país de 108 millones de habitantes– un presupuesto de 130 millones para beneficiar a 200 aspirantes al Sistema Nacional de Creadores de Arte con tres categorías de estímulos que distribuirán siete, 10 y 15 salarios mínimos, respectivamente. En 16 años, el Fonca ha otorgado ¡838! de estos jugosos estímulos. ¡Y cómo lucen esas millonarias monedas al Poder Ejecutivo federal y su burocracia cultural!

Pero como bien precisa la ministra Olga Sánchez Cordero: ¿Qué significa tener derecho a la salud? Y responde: como derecho social impone al Estado la obligación de realizar una gama de prestaciones, facilidades, bienes, servicios y condiciones necesarios para alcanzar el nivel más alto posible de salud para superar la desigualdad. No monedas como las de Oportunidades y el Seguro Popular.

* Universidad Autónoma Metropolitana - Xochimilco