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Posibilidades de buena calidad de vida
 
Periódico La Jornada
Sábado 10 de julio de 2010, p. 7

¿Quién se ha muerto por escuchar mala música o por asistir a ectos de ínfima calidad?, se preguntaba el pianista Francisco Viesca en 1995 en un amplio estudio acerca de los retos de la educación musical universitaria.

Esto respondía entonces el especialista: Afortunadamente no he sabido de muerte física por esta causa, pero de lo que sí estoy completamente seguro es que la educación musical abre puertas a una alta calidad de vida y, el que no la tiene, se pierde de experiencias trascendentales.

Desde aquellos años, el actual director de la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha exigido que se deje de considerar la música como un pasatiempo e incorporarla a las disciplinas formativas del ser humano, a la par de crear, acorde con objetivos concretos, relacionados con el desarrollo integral de la población, programas educativos y estrategias de difusión adecuadas para lograr un público entrenado en el escuchar, abierto en su sentir, crítico en su pensar y participativo en su convivir, que pueda usar el mundo musical en su beneficio.

En segundo término, añade Viesca en el documento Problemática y retos de la didáctica universitaria de la música (publicado en la revista Perfiles Educativos de la UNAM, proponía la urgencia de profesionalizar la enseñanza musical y que los centros educativos pudieran contar con el perfil operativo y seriedad académica que se exige a cualquier facultad de las ramas científicas y humanísticas o técnicas y que consistiría en una estructura que contemplara, de manera adecuada la selección minuciosa de alumnos y profesores; la actualización permanente de planes y programas de estudio; la vinculación y seriación de contenidos programáticos; la determinación de los perfiles de ingreso y egreso y de los criterios de permanencia; la actualización y superación académica y profesional del personal docente mediante programas específicos; la determinación justa de salarios y la creación de estímulos, para lograr así un sistema musical organizado, dinámico, eficiente y humanizado que responda a los desafíos de nuestro tiempo.

Lo lamentable es que, 15 años después, algunos puntos tratados en este estudio en torno a la problemática que prevalece en el país en relación con la enseñanza musical no han sido resueltos.