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Caravana a centro militar donde hallaron restos de desaparecidos

Se duermen el ex dictador Videla y el general Menéndez durante juicio

Están acusados junto con 31 imputados de crímenes de lesa humanidad

Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de julio de 2010, p. 26

Buenos Aires. 6 de julio Durante la tercera jornada del juicio oral contra el ex dictador, Jorge Rafael Videla, y el ex general Luciano Benjamín Menéndez, que junto a otros 31 imputados se enfrentan a los Tribunales de Córdoba por crímenes de lesa humanidad, ambos se durmieron en momentos en que se escuchaban testimonios, después que ayer reivindicaron su conducta durante la pasada dictadura militar (1976-1983).

La imagen que difundió el Diario La Voz del Interior con sede en Córdoba los muestra durmiendo y en el caso de Menéndez este debió salir pocas horas después hacia Tucumán donde deberá escuchar una nueva y cuarta sentencia a cadena perpetua por una causa similar en esa provincia.

Esta es la primera vez que Videla se sienta en el banquillo de los acusados, después de los históricos juicios contra las Juntas militares en 1985, por esta razón, Córdoba está en la mirada de todo el país, a pesar del impacto que tienen otros juicios como el primero que se realiza en la provincia de Mendoza, donde la población se enfrenta asombrada a la verdad a través de lacerantes testimonios de sobrevivientes y testigos.

Nunca habían coincidido tantos juicios en esta capital y en todo el país.

En sus declaraciones en Córdoba el ex integrante del Departamento de Informaciones de la Policía (D2), Yamil Jabour, trató de acusar a la Justicia Federal que actuó durante la dictadura la responsabilidad en los hechos que se investigan en el juicio contra Videla, Menéndez y otra treintena de imputados. El ex policía negó ser responsable de nueve asesinatos y tres homicidios ocurridos el 30 de abril de 1976 en la sede del D2; y de otros seis detenidos el 17 de mayo de 1976, aunque existen suficientes pruebas en su contra.

En este mismo juicio se encuentra la única mujer acusada en Córdoba: Mirta Graciela Antón, cabo de la policía quien fue reconocida por un sobreviviente, Luis Alberto Urquiza, víctima y testigo de la causa.

Se trata de un ex policía -refugiado en Dinamarca- quien estuvo secuestrado por sus propios compañeros en la sede del D2, donde sufrió torturas que lo dejaron lesionado de por vida. Según su testimonio, Antón trabajaba en el Centro de Operaciones Tácticas (COT) de Informaciones y además de patear a los detenidos, los insultaba y humillaba. Otro de los querellantes, Claudio Orosz, dijo que la mujer era una torturadora sádica. Según algunas versiones era la encargada de pegar el tiro de gracia a las víctimas.

Los imputados se encuentran en un pabellón especial y es comentario del día la distancia que existe entre Videla y Menéndez, porque éste le recrimina al ex dictador por no haber actuado hasta erradicar completamente a toda la subversión. En 1979, bajo estas consideraciones de debilidad en sus mandos, Menéndez se rebeló en Córdoba, cuando era presidente de facto el general Roberto Viola y fue arrestado, enviado a Corrientes y luego pasado a retiro.

En tanto, en Santa Fe, capital de la provincia del mismo nombre, se anunció hoy La caravana por la Memoria, la Verdad y la Justicia, que se realizará desde esa ciudad hasta el Campo Militar San Pedro a unos 50 kilómetros de distancia, donde se descubrieron recientemente cadáveres de ocho detenidos-desaparecidos.

Se realizará un abrazo simbólico a ese campo de exterminio, donde fueron encontrados los cadáveres que tienen huellas de fusilamiento y malos tratos. La caravana culminará con un acto en la plaza de Laguna Paiva en reconocimiento a lo aportado por los habitantes del lugar para este trágico hallazgo.

Otra marcha similar se realiza en la provincia de Salta donde organizaciones defensoras de derechos humanos y familiares de desaparecidos reclamarán justicia a 34 años de la llamada Masacre de Palomitas, lugar donde fueron fusilados once presos políticos (cinco mujeres y seis hombres); considerada uno de los principales crímenes de la dictadura que sigue sin condena.

El hecho ocurrió el 6 de julio de 1976, por orden del entonces jefe de la Guarnición Ejército Salta, Carlos Alberto Mulhall.

Desde Mendoza nos llegó hoy el relato de un familiar sobre un hecho insólito. El hijo de uno de los acusados por crímenes de lesa humanidad en esa provincia Federico Guevara se acercó a Mariano Tripiana, hijo de desaparecidos y lo felicitó por su entereza y la sana manera de buscar justicia en vez de venganza.

Tripiana es hijo de Francisco Tripiana, secuestrado unas horas antes del golpe militar y desaparecido. El otro joven es nada menos que el hijo de Aníbal Alberto Guevara, sindicado como autor material del secuestro de Tripiana, la noche del 23 de marzo de 1973. Las historias que están surgiendo de los juicios, los relatos que muestran la enorme tragedia que vivió el país, están abriendo puertas que nadie imaginaba.