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Se perdería una línea de estudio sobre la evolución, alerta Esteban Martínez, su descubridor

Peligra la lacandonia, planta única entre las que tienen flor

Se caracteriza por tener sus órganos reproductores invertidos, una estructura que le permite recombinar material genético y por carecer de clorofila, explica el investigador de la UNAM

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El próximo septiembre se cumplirán 25 años del descubrimiento de esta planta, considerado el hallazgo más importante del siglo XX en el área, por el Jardín Botánico de Misuri
 
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de junio de 2010, p. a13

En septiembre se cumplen 25 años de que investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hallaran lo que el Jardín Botánico de Misuri denominó el descubrimiento más importante del siglo XX en el terreno de la evolución vegetal: la Lacandonia schismatica, única entre las 270 mil angiospermas (plantas con flor) conocidas hasta ahora en el planeta porque, entre sus muchas rarezas, tiene invertida la disposición de sus órganos sexuales. En la actualidad enfrenta la amenaza de extinción.

Hoy, a un cuarto de siglo de su descubrimiento, esta planta no deja de sorprender a la comunidad científica por sus singularidades, muchas de las cuales hacen que se cuestionen teorías de la biología que parecían inamovibles.

La Lacandonia schismatica, cuyas múltiples propiedades han permitido aportes a la ciencia, ha pasado a engrosar la norma oficial mexicana 059 de especies amenazadas debido a los cambios en su hábitat provocados principalmente por la actividad humana.

En entrevista, su descubridor, Esteban Martínez Salas, del Instituto de Biología, explicó que encontró esta planta a raíz de que a principios de los años 80 empezó a trabajar en un proyecto conjunto internacional de la UNAM, el Jardín Botánico de Misuri y el Museo de Historia Natural de Londres, el cual consistía en hacer un inventario de la flora mesoamericana.

En aquella época no se conocía casi nada de la flora de la selva Lacandona, a pesar de su masa forestal. De todo Chiapas se tenían 80 mil muestras; de Guatemala, 180 mil; de Belice, 40 mil; de la península de Yucatán, 40 mil, y de la Lacandona sólo se tenían 800 muestras.

Familia y género nuevos

Por su color transparente y tamaño diminuto (cuatro centímetros), la planta permaneció oculta a los ojos de los pobladores de la selva durante siglos, hasta que en septiembre de 1985 fue hallada por Martínez.

Junto con Clara Ramos, profesora de la Facultad de Ciencias de la UNAM, pensó en un principio que se trataba de una planta perteneciente a la familia de las Triuridaceae, lo cual nos sorprendió, porque no había registros de esta familia en México.

Al buscar información se percataron de que la planta compartía caracteres de las dos tribus de las Triuridaceae (Sciaphilea y Triuridea), además de los propios.

“La conclusión fue que no existía en la naturaleza una planta igual y menos entre las Triuridaceae, por lo que propusimos una familia nueva, Lacandoniaceae, y un género también nuevo para la ciencia, que denominamos lacandonia. A la especie Clara Ramos le puso schismatica en alusión a las características que la separan de todas las plantas conocidas”.

Poco a poco, alrededor de la Lacandonia schismatica se fueron agrupando investigadores de muchas disciplinas y la planta fue develando infinidad de conocimiento nuevo. No sólo se habían observado sus órganos sexuales inversos, es decir, que en el centro tiene los estambres y alrededor del carpelo (estructura que encierra el órgano sexual femenino), exactamente al revés de cualquier otra flor, sino además que el polen no viaja de los estambres al estigma mediante el viento, el agua o animales polinizadores, sino que atraviesa el tejido de los filamentos y penetra en el receptáculo para fecundar cada uno de los óvulos. Además esta planta posee un tipo nuevo de saco embrionario.

Entre las singularidades recientemente descubiertas está una estructura cuya función es la recombinación del material genético que funciona en todas las células del organismo y durante toda la vida. Esta estructura es diferente de la que habitualmente se forma al tiempo de la reproducción sexual, restringida a los órganos reproductores. Singularidad que, explicó Martínez Salas, repercute en las teorías evolutivas.

Esto representa una línea evolutiva nueva para la vida. Nuestra hipótesis es que esta estructura es de cuando los seres vivos no tenían núcleo, hace más de 750 millones de años.

Otra de sus características es que carece de clorofila, es decir, no es una planta fotosintética, y para desarrollarse necesita vincular sus raíces con un hongo que las infecta de modo inofensivo y le ayuda a obtener las sustancias nutritivas que necesita, a cambio de alojamiento. Esta característica es uno de los motivos por los cuales no ha sido posible cultivarla fuera de su hábitat.

El hallazgo más reciente acerca de lacandonia, aún no publicado, es la explicación de la inversión en la posición de sus órganos sexuales. En una planta normal primero se activa el gen que codifica los pétalos, luego el de los carpelos y finalmente el relacionado con los estambres, en lacandonia es al revés: primero, de igual forma, se activa el de los pétalos, pero enseguida funciona el de los estambres y finalmente el de los carpelos, es decir, primero se forman los órganos masculinos y luego los femeninos; por eso la posición final de los órganos sexuales (ovarios y estambres) resulta invertida, explicó el biólogo.

A pesar de todos los conocimientos que ha generado y sigue produciendo, este asombroso organismo endémico está en peligro de desaparecer. Fue localizada originalmente en una zona llamada Crucero Corozal, en la confluencia de tres reservas especiales de la biosfera: la de los Montes Azules, la de Lacan-tun y la de Chan-Kin. En esta localidad, que es aproximadamente de dos hectáreas, en diciembre de 1985 había entre uno y dos millones de plantas; en noviembre de 2009 apenas se encontraron 40.

Otros de los pocos lugares en la selva Lacandona donde ha sido observada esta planta son El Corozal, la Laguna Miramar y el río Lacanjá. El cambio de uso de suelo y la variación de clima ha afectado considerablemente las poblaciones de esta especie.

Exigencias ambientales

Esta flor necesita mucha humedad, muy poca luz y no mucha temperatura. Antes la mínima extrema en diciembre era de 24 grados, y la máxima extrema en mayo era de 26.3 grados centígrados. Eran sólo dos grados de diferencia, el clima perfecto para la lacandonia. Pero ahora las máximas llegan a 30 grados y la mínima continúa en 24; esto hace que haya menos humedad, lo cual afecta a la planta.

Martínez Salas aseguró que a su equipo de investigadores no le alcanzará la vida para develar todos sus secretos. Manifestó sentirse orgulloso de que estos descubrimientos de importancia mundial sean desarrollados por mexicanos. No obstante, hizo hincapié en la vulnerabilidad de las poblaciones de la especie y subrayó que su desaparición significaría la pérdida de nuevas ventanas de conocimiento y de una nueva línea evolutiva de investigación para la vida.