La iniciativa que impulsa Caravana Arcoiris proviene de la experiencia colombiana
Consiste en crear un diseño urbano que considere la relación de las casas con el entorno natural
La delegación Coyoacán pretende aplicarlo en zonas del Pedregal de Santo Domingo
Domingo 6 de junio de 2010, p. 3
Rodeados de asfalto y automóviles, los habitantes de las grandes urbes han terminado por creer que esta forma de vida es la única y no hay alternativas a ella, pero no sólo las hay, sino que es urgente implementarlas para evitar –o al menos reducir– los efectos de una eventual crisis energética, de agua y de alimentos.
Para avanzar en la difusión de prácticas sencillas que la gente puede llevar a cabo en sus casas, escuelas o lugares de trabajo, ayer sábado se realizó la Expo Ecológica 2010 en la Alameda del Sur, como parte de las actividades por el Día Mundial del Medio Ambiente.
Uno de los impulsores del proyecto es el activista Alberto Ruz Buenfil, integrante del colectivo Caravana Arcoiris por la Paz, quien detalló en entrevista con La Jornada de qué forma la delegación Coyoacán pretende crear un programa piloto de ecobarrios en esa entidad.
Un nuevo punto de inicio
A pesar de lo negativo, las situaciones de caos también pueden ser una oportunidad para comenzar todo de nuevo, y hacerlo mejor que como estaba antes. Así ocurrió con el temblor que destruyó la ciudad colombiana de Armenia, la tarde del 25 de enero de 1999.
Luego del movimiento telúrico, el gobierno del país sudamericano decidió reconstruir las zonas afectadas apoyada en las universidades, con ayuda de organizaciones populares que conocían desde abajo
las necesidades de la gente.
Alberto Ruz estaba en Colombia en ese momento, y fue ahí donde comenzó a formular el concepto de ecobarrios, luego de que el entonces alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, replicara en la capital la experiencia ecológica de Armenia, primero en 50 barrios y luego en 200.
“En lugar de reconstruir lo mismo que había antes y seguir favelizando la ciudad, se inició un nuevo proyecto urbano con base en un diseño permacultural, es decir, tomando en cuenta las relaciones entre las casas y su entorno natural”, explicó Ruz.
El propósito de la Delegación Coyoacán es retomar dicha iniciativa en cinco puntos del Pedregal de Santo Domingo, y aprovechar la experiencia organizativa de la Escuelita Emiliano Zapata (Canacuate número 12), centro cultural popular fundado hace más de 30 años, y la necesidad imperiosa
de ese barrio por tener espacios verdes.
Si este experimento logra tener éxito aquí, en una de las colonias con más pobladores por metro cuadrado en el mundo, entonces tendrá un significado enorme
, evaluó Ruz.
Cambiar el modelo antes de que explote
La exposición estará integrada por más de 50 ejemplos prácticos de ecotecnias que la gente puede aplicar fácilmente en su vida cotidiana, desde un generador eléctrico movido por el viento, cuya potencia es suficiente para alimentar una computadora, hasta paneles solares, compostas, baños secos
y sistemas potabilizadores de agua.
Mediante estos inventos de manufactura local, además de maquetas y fotografías, los organizadores buscan generar conciencia y presentar alternativas reales a los problemas más acuciantes de la ciudad de México: la falta de agua y la cada vez más difícil producción de alimentos, situación que en cualquier momento puede explotar
.
Un referente claro de la viabilidad de las ecotecnias es el programa de huertos urbanos que el gobierno de Cuba ha implementado desde hace tres años, sobre todo en La Habana, y que ahora les permite generar 50 por ciento de sus alimentos ahí mismo, aprovechando cualquier resquicio en donde se pueda sembrar.
Las técnicas ecológicas, además, pueden ser un detonador de la actividad económica a escala local, ya que en muchas ciudades y pueblos cada vez hay más demanda de implementos como calentadores solares, por ejemplo.
Para mí, el modelo de las grandes ciudades es insustentable; la historia prueba que las megalópolis han terminado por colapsar. Estas técnicas pueden ser parches, pero de todas maneras servirán para que algunos núcleos bien organizados puedan sobrevivir y empezar de nuevo
, estimó el activista.
“Tiene más posibilidades de sobrevivir un barrio verde y con cohesión social que la gente de las Lomas o Tecamachalco, donde todo mundo vive aislado. Ellos serán el target de los saqueos de gasolina y agua, pero después no se podrán defender. Suena a Mad Max, ya sé, pero ese panorama cada vez se vuelve más próximo y más real”, lamentó Ruz.
Luego de la exposición, la Caravana Arcoiris por la Paz y el colectivo Organi-K impartirán un curso de ecobarrios con duración de tres semanas en la Escuelita Emiliano Zapata. Informes completos en la página de Internet www.caravanaarcoiris.blogspot.com, o al teléfono 5658 5202.