Sociedad y Justicia
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Avance, que el Vaticano acepte abusos
 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de mayo de 2010, p. 37

Víctimas de abusos sexuales de Marcial Maciel consideraron un avance que el Vaticano reconozca –aunque sea más de cinco décadas después de las primeras denuncias– los comportamientos inmorales y verdaderos delitos cometidos por el fundador de la Legión de Cristo.

Sin embargo, criticaron el hecho de que no hable de reparar el daño a quienes vejó el sacerdote mexicano, fallecido el 30 de enero de 2008, a los 87 años. No basta con reconocer el mal, hay que hacer justicia, advirtieron.

Por separado, José Barba y Saúl Barrales precisaron que en la reunión que tuvieron en febrero pasado con uno de los visitadores apostólicos, el obispo mexicano Ricardo Watty ya les había insinuado que habría una restructuración de la congregación. Apuntaron que será una tarea difícil atender el problema mayor, que es lograr cambiar la mentalidad de hombres que han estado en condiciones de control absoluto durante décadas.

Barba resaltó que aunque el papa Benedicto XVI agradece a los hombres que tuvieron el valor de denunciar y buscar la verdad, nada dice de los obstáculos que se nos pusieron ni de la justicia. Se requiere reparación del daño, aspecto que está presente en el derecho canónico.

El académico del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) también resaltó que dan la bienvenida al documento emitido por el Vaticano pues, “por primera vez habla de los crímenes de Marcial Maciel y del sistema creado por él mismo para protegerse por medio de votos secretos. Algo tan grave no habría sucedido si hubiera existido una Iglesia verdaderamente vigilante, dijo.

Barrales expuso que el Vaticano ya no podía tapar el sol con un dedo, y por ello resolvió reformar la Legión, después de que en 1957 hizo una “investigación muy light” y que no derivó en medidas importantes. Confió en que esta vez, el delegado designado por el Papa “entre con mano firme y decisión a transformar la legión, porque ahí hay muchas deformaciones.

Debe haber un cambio radical y definitivo, caiga quien caiga; no puede ser sólo maquillaje, sino que tiene que ir a las últimas consecuencias, sobre todo porque el Vaticano sabía de las deformaciones de la congregación y no hizo nada. Prefirió que sufrieran ocho individuos que dejar de percibir el apoyo en dinero de la Legión.

Barba y Barrales forman parte de los ocho ex legionarios que en 1997 enviaron una carta a Juan Pablo II denunciando los abusos de Maciel, pero el Vaticano los acusó de conspirar en contra de la Iglesia.