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Ver día anteriorDomingo 2 de mayo de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Los moscovitas, en riesgo

Desde otras ciudades
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La población de Moscú se hace ancianaFoto Juan Pablo Duch
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oscú. En el contexto de lo que parece ya una irreversible tendencia demográfica adversa, los moscovitas de pura cepa –como llaman aquí a los nacidos en esta ciudad en tercera generación, es decir, con padres y abuelos también originarios de la capital rusa–, son una suerte de especie en vías de extinción.

De acuerdo con cifras oficiales, cada año mueren cerca de 120 mil moscovitas y nacen sólo 100 mil.

Paradoja de estos tiempos, cada vez hay menos moscovitas y, no obstante, Moscú tiene cada vez más habitantes: 10 millones 509 mil.

El incremento de la población –como sucede en casi todas las grandes urbes y, en esto Moscú no es excepción– se debe al creciente flujo de inmigrantes que, en busca de oportunidades, llegan aquí para quedarse.

Pero a diferencia de la ciudad de México, los nuevos habitantes de Moscú provienen no sólo de provincia, concepto que en el caso de Rusia es equiparable a medio mundo.

Y a semejanza de Nueva York, aunque quizá en mayor escala, en Moscú la mayoría de los inmigrantes llegan de otros países. En realidad, los llamados nuevos moscovitas son originarios de 12 de los 15 países que formaban parte de la URSS.

Por eso, aquí a nadie sorprende que la diáspora de Azerbaiyán en Moscú supere ya el millón de personas y que cientos de miles de ciudadanos de Armenia, Georgia, Ucrania, Moldavia y Bielorrusia residan ya de modo permanente en la capital rusa, sin hablar de las repúblicas centroasiáticas, que son las principales suministradoras de mano de obra barata legal y también de trabajadores indocumentados.

Hoy por hoy, 10 por ciento de los recién nacidos en Moscú son hijos de padres llegados de fuera, mientras la población autóctona envejece –la edad promedio para el hombre es de 39 años y para la mujer, de 41 años–, aparte de que cada año se jubilan 150 mil moscovitas.

Juan Pablo Duch, corresponsal