Madrid, 25 de abril. La izquierda vasca abertzale (nacionalista) anunció el inicio de una nueva etapa llamada proceso democrático en la que remarcó su apuesta por vías exclusivamente políticas, y reprochó al grupo armado vasco ETA que la reanudación de las acciones armadas, lejos de solucionar los bloqueos en el diálogo, no ha hecho sino provocar un bloqueo superior.

En un encuentro en Pamplona, en el que el sábado participaron cerca de 200 representantes de la izquierda abertzale, entre ellos su dirigente, Rufi Etxeberria, se abrió el camino de su desvinculación del terrorismo y se reprochó a ETA, por primera vez, haberse convertido en un obstáculo para el avance de sus objetivos políticos.

En la declaración de Pamplona, que resume las conclusiones de un debate iniciado hace dos meses, se presentó el nuevo plan de proceso democrático basado en la actividad exclusivamente política que pretende que el proyecto de Estado vasco pueda materializarse”.

Pero no sólo reprochó a ETA el que su actividad armada sea un obstáculo para sus objetivos políticos, sino que le pidió que asuma la declaración de Bruselas de marzo pasado, cuando un grupo de mediadores internacionales le reclamó un alto el fuego permanente e incondicional controlado por un organismo extranjero independiente, de acuerdo con el diario El País.

Respaldó también una nueva negociación entre el gobierno español y ETA, pero esta vez sería un doble proceso de conversaciones para el cese de la violencia, por una parte, y de diálogo entre los partidos vascos por otra, para aplicar el derecho de autodeterminación en el país Vasco.

Además, pidió que en la negociación ETA-gobierno se incluya un debate sobre la desmilitarización del país, liberación de presos del grupo armado, el regreso de los que huyeron de la justicia y un trato justo y equitativo para las víctimas del conflicto.

La mayoría de los partidos políticos estimó que la declaración de Pamplona es un avance de la izquierda abertzale, pero insuficiente, y opinó que para formar un partido legal tiene dos opciones: o convencer a ETA de que abandone la violencia, o desmarcarse de ella.