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Toros

En la plaza, los médicos lo abrieron con bisturí, sin anestesia, para detener la hemorragia

José Tomás sigue en peligro agudo, grave, pero estable, en Aguascalientes

Descartan amputarle la pierna izquierda; si evoluciona bien mañana saldrá de terapia intesiva

 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de abril de 2010, p. a42

En peligro agudo, (que, según los médicos, no implica riesgo inminente de muerte), anoche, al cierre de esta edición, José Tomás continuaba grave, pero estable en el área de terapia intensiva del hospital Miguel Hidalgo, de Aguascalientes, donde el sábado fue operado de urgencia luego de recibir una tremenda cornada de tres trayectorias en la ingle izquierda, que le hizo perder varios litros de sangre en el breve traslado del ruedo a la enfermería de la plaza.

En cuanto el diestro fue colocado sobre la mesa de primeros auxilios, los cirujanos, encabezados por los doctores Enrique González Careaga y Alfredo Ruiz Romero, le metieron el bisturí en la herida y lo abrieron sin anestesia, pues en aquellos instantes era vital que hallaran las venas y arterias seccionadas por el cuerno, para ligarlas y detener la hemorragia. En ese trance José Tomás se desmayó dos veces.

Todos los testigos presenciales consultados por La Jornada coinciden en que el horror se enseñoreó de los tendidos de la Monumental de Aguascalientes, no sólo ante el reguero escarlata que el artista madrileño dejó en el ruedo y el callejón hasta la entrada a la enfermería, sino también ante la desgarradora escena que protagonizó José Tomás Román, padre del matador, que rompió a llorar a gritos al ver a su hijo destrozado.

La consternación arreció cuando, desde el palco del juez, por los altavoces de la plaza, alguien pidió donadores de sangre del mismo tipo de la José Tomás, A negativo, porque éste se había quedado prácticamente sin plasma. Después de estabilizarlo en el coso, los médicos lo trasladaron al hospital Hidalgo, donde lo operaron durante tres horas y le transfundieron un total de ocho litros de sangre. O sea que, buena parte de ésta, así como entraba salía.

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Una vez más José Tomás pagó la factura por quedarse quieto ante su enemigo. Ése es el toreo de las figuras de épocaFoto Reuters

Sin adelantar vísperas, los cirujanos pronosticaron ayer, ante medios nacionales y extranjeros, que si el matador evoluciona favorablemente y no presenta complicaciones, mañana saldrá del estado de gravedad en que se encuentra. Por ahora, permanece sedado y dormido y si de algo están seguros ya los galenos es que no tendrán que amputarle la pierna izquierda, como en un principio llegaron a temer.

A lo largo de su carrera, José Tomás, considerado el torero más importante del mundo en nuestros días, ha recibido un total de 15 cornadas. La primera, el 22 de mayo de 1992, en la misma plaza de Aguascalientes, donde un novillo de Torrecilla le hizo un túnel de 30 centímetros en el muslo izquierdo. La segunda, en la México, el 10 de diciembre de 1995, durante su toma de alternativa, pero no fue seria.

La tercera, el 18 de enero de 1996, le sobrevino en Autlán de la Grana, Jalisco, donde, como el sábado en Aguascalientes, perdió casi toda la sangre y sufrió dos paros cardiacos. De las 12 restantes, tres las cosechó en la histórica tarde del 15 de junio de 2008 en Las Ventas, de Madrid, donde a pesar de sus heridas mató a los dos toros de su lote, cortó tres orejas y se consagró como el número uno de la baraja taurina mundial.

La cornada del sábado, que le pegó un bien presentado ejemplar de la ganadería de Santiago, que se le venció mientras ejecutaba el pase del desdén y le tiró un derrote seco, que hundió el pitón de lleno en el triángulo de Scarpa de la ingle izquierda y lo mantuvo en vilo una eternidad, zarandeándolo y tasajeándole la arteria femoral, la vena safena y la ilíaca, es por mucho la más grave de su vida, y fue presenciada desde el callejón de la plaza por el cantautor andaluz Joaquín Sabina, amigo y admirador del diestro.