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La actividad compite con la venta de petróleo y remesas en la captación de divisas

Apuesta gobierno de Ecuador por el turismo
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Baños de Agua Santa, provincia de Tungurahua, EcuadorFoto Julio Reyna Quiroz
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Periódico La Jornada
Jueves 8 de abril de 2010, p. 27

Quito, 7 de abril. El centro del mundo está a sólo cinco horas de vuelo desde la ciudad de México.

Quito, la capital de Ecuador, es el punto de partida para recorrer este país, que ofrece sus cuatro mundos: los Andes, la Amazonia, la costa del Pacífico y el archipiélago de Galápagos.

Sin ser todavía un fuerte competidor en materia turística a escala internacional, el gobierno del presidente ecuatoriano Rafael Correa colocó al turismo como política prioritaria de Estado y de interés nacional, según una propuesta de ley para esta actividad económica que compite en captación de divisas con la venta de petróleo y los envíos de dinero por los migrantes.

La ley pretende orientar al turismo hacia la consecución del Buen Vivir de los ecuatorianos y ecuatorianas, establece el respeto a los derechos de la naturaleza y exige mantener los bienes patrimoniales, tangibles e intangibles, de Ecuador.

Uno de los principios del turismo, según la ley, es que asegura la distribución de ingresos entre los sectores de las cadenas de valor turística, “con beneficios socioeconómicos equitativamente distribuidos entre las comunidades de base local”.

El gobierno puso a disposición de las iniciativas privada y comunitarias microfinanciamientos por 7 mil dólares y créditos hasta por 300 mil, en materia de alojamiento hotelero, extra hotelero (centros turísticos comunitarios o apartamentos turísticos), servicios de alimentos y bebidas, de entretenimiento, transportación, agencias de viajes, y organización de congresos y convenciones.

Aunque Galápagos se vende solo, Ecuador busca explotar en mayor medida la parte continental del territorio como las playas del Pacífico, las vírgenes y las turísticamente establecidas; la región central de los Andes, con volcanes de más de 5 mil metros de altura, y la Amazonia, zona con posibilidades de conjugar el turismo con la interacción de las comunidades indígenas quichuas.

Una de las acciones concretas de apoyo al desarrollo del turismo es la rehabilitación de carreteras que, a decir de guías de turistas y pobladores de distintas poblaciones, en más de 40 años no habían sido atendidas.

Ahora, un viajero puede desayunar en playas de la costa del Pacífico, comer en un restaurante de la sierra andina, y cenar en la entrada de la Amazonia, dicen agentes viajeros con cierto dejo de orgullo.

Esa percepción no está lejos de la realidad.

Quito, patrimonio cultural de la humanidad, es el punto de partida para recorrer el primero de los cuatro mundos: los Andes.

La cordillera, que representa una frontera natural entre la región amazónica ecuatoriana y la costa del Pacífico, se levanta con volcanes como el Cotopaxi, el Tungurahua o el Chimborazo, un trío de colosos de más de 5 mil metros de altura.

El Cotopaxi es uno de los más activos en el mundo, ubicado a unos 50 kilómetros al sur de Quito, y con una elevación de casi 5 mil 900 metros, el segundo más alto de Ecuador detrás del Chimborazo.

Los páramos andinos, siempre verdes, atestiguan la llegada de los visitantes al Parque Nacional Cotopaxi, tras un recorrido por comunidades dedicadas al cultivo de cebolla blanca, papa y ajo, y a la actividad pecuaria.

Numerosas especies vegetales endémicas pueden encontrarse en los páramos ecuatorianos, como la chuquirahua, flor andina que crece entre los 3 mil 500 y 4 mil 300 metros sobre el nivel del mar, y que los incas usaban contra dolores estomacales o premenstruales.

Un árbol característico de esa zona es el polylepis, llamado árbol de papel, de gran importancia para las comunidades por sus propiedades medicinales.

El pico del Cotopaxi, dicen los expertos, forma un cono perfecto, apreciable conforme el visitante recorre los valles fértiles de la zona y los poblados cercanos a las faldas del nevado.

Un té de coca para los aficionados al alpinismo, nada mal, antes de comenzar la caminata hacia el refugio más cercano al pico; la escalada se suspende sólo cuando existen síntomas por falta de oxígeno.

El Cotopaxi es flanqueado por otros dos volcanes: el Rumiñahui (cara de piedra), de 4 mil 700 metros de altitud, y el Tungurahua (garganta de fuego), de 5 mil 23 metros, que sin duda acompañan al turista hacia las localidades de Ambato y Baños, dos destinos turísticos ecuatorianos.

Alpacas en Ambato y colada morada

Capital de la provincia de Tungurahua, Ambato es una ciudad comercial en cuya periferia se localizan mercados pequeños donde indígenas venden bufandas, chales y prendas de tela de alpaca, con precios de entre 10 y 17 dólares, lo cual deja muy poco margen para el regateo.

Una bebida tradicional es la colada morada, elaborada a base de maíz y distintas frutas y cuyo color característico obedece en gran medida a arándanos de la región. En las festividades de Día de Muertos la colada morada es tradicional, pero en Ambato es moneda de uso corriente.

A una hora y media de Ambato está un destino turístico tradicional de Ecuador por excelencia: Baños de Agua Santa, propicio para el ecoturismo y deportes extremos como rafting, canyoning, puenting o ciclismo de montaña.

Enclavado en las faldas del Tungurahua y rodeado de cascadas, Baños recibe al turista con aguas termales y canelazos, un aguardiente de caña de azúcar con canela que no dejará chuchaqui (crudo) al bebedor.