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La procuraduría rusa identifica a atacantes del Metro; la prensa local revela nombres

Anuncia el Kremlin medidas más duras e implacables contra islamitas radicales
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Familiar despide a Anna Permyakova, de 35 años, víctima de una de las explosiones en el Metro de Moscú el pasado lunesFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 2 de abril de 2010, p. 19

Moscú, 1º de abril. Para neutralizar la amenaza que representan los islamitas radicales y separatistas del Cáucaso del Norte se requieren, en opinión del presidente Dimitri Medvediev, medidas no sólo más efectivas, sino más duras, implacables y preventivas.

El titular del Kremlin, durante una visita sorpresa a Majachkalá, la capital de Daguestán –donde se reunió con los responsables del área de seguridad a nivel federal y regional para analizar la situación tras el doble atentado suicida en el Metro de Moscú el lunes anterior y los ocurridos ayer en la localidad daguestana de Kizliar–, reiteró este jueves la política de mano dura que el Kremlin aplica desde hace 11 años en la convulsa zona norcaucásica.

Hay que castigar, exigió Medvediev y, a modo de balance de la lucha antiterrorista iniciada por su antecesor y actual primer ministro, Vladimir Putin, explicó: Les arrancamos la cabeza a los bandidos más odiosos, pero al parecer esto no fue suficiente. De cualquier modo, vamos a encontrar a todos y recibirán su merecido.

El presidente ruso dio a conocer los cinco pilares del combate al terrorismo en el Cáucaso del Norte que se propone instrumentar el Kremlin: Reforzar la policía y los servicios secretos; apuñalar (sic) con precisión y fuerza a los islamitas radicales y separatistas, destruir sus escondites y matarlos; ayudar a quienes decidan abandonar las filas de los terroristas; desarrollar la economía, la educación y la cultura, y fortalecer la moral y el espíritu.

Para él, tendremos éxito sólo si aunamos estos componentes.

Mientras Medvediev enumeraba las medidas a tomar, en un pueblo del oeste de Daguestán dos presuntos islamitas radicales murieron al estallar su vehículo. Según un vocero de la policía local, todo apunta a que en el automóvil se transportaba un artefacto de fabricación casera y la explosión se produjo de modo accidental.

Por otro lado, la procuraduría rusa asegura haber identificado a las viudas negras que cometieron el doble atentado en el Metro de Moscú, pero aún no revela su identidad, alegando que se investiga el entorno de ambas en busca de posibles cómplices.

El diario Kommersant, sin revelar fuentes, asevera en su edición de hoy que la mujer suicida que detonó los explosivos en la estación de Lubyanka fue Marja Ustarjanova, de 20 años, viuda de Said-Emin Jizriyev, abatido en octubre pasado en un operativo de los servicios secretos rusos.

Por su parte, Life News, portal noticioso en el segmento ruso de Internet, aunque no proporciona su nombre, sostiene que la otra atacante suicida, en la estación del Metro de Park Kultury, fue la viuda de Umalat Magomedov, jefe de un grupo islamita radical en Daguestán, muerto durante otro operativo el 31 de diciembre pasado.

De confirmarse lo anterior, las viudas negras se habrían inmolado para vengar las muertes de sus maridos, tras ingresar en el destacamento de atacantes suicidas formado por órdenes de Doku Umarov, líder de los separatistas chechenos, quien ayer asumió la autoría de los bombazos en el Metro de Moscú y amenazó con nuevos atentados en cualquier parte del territorio de Rusia.

El verano de 2009, en una página web de los islamitas radicales del Cáucaso del Norte, el coordinador de dicho destacamento, Said Buriatsky, asesinado el pasado mes de marzo en Ingushetia, aseguró que estaban listos para entrar en acción 30 atacantes suicidas.

Desde entonces, y sin que pueda saberse si todos son integrantes del mismo grupo, se han perpetrado cerca de 20 atentados suicidas en Ingushetia, Daguestán, Chechenia y Moscú.