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El escritor y cronista presentó su libro Apocalistick, publicado por Planeta

Refundar la clase política sería un buen homenaje al bicentenario: Monsiváis

Estamos en un momento de razonar organizadamente la esperanza, manifiesta

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Carlos Monsiváis, ayer, en una librería del sur de la ciudad de MéxicoFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Martes 9 de marzo de 2010, p. 7

En la actualidad, “la esperanza está siendo triturada masivamente y reconvertida en frustraciones. La indignación y la esperanza individual no bastan. Se requiere de un proceso organizativo social, el cual hoy se aprecia en muchas partes. Una palabra que revela hoy día lo que pasa en el país es: el empoderamiento crítico”, manifestó el escritor Carlos Monsiváis en la presentación de su libro Apocalistick.

No se trata, aclaró, de un libro profético ni celebratorio del bicentenario. Es un conjunto de crónicas escritas por Monsiváis, cuyo centro es la ciudad de México, en las que recurre “al cambio climático como elemento paródico y que tiene como leitmotiv el viaje de una ciudad tranquila a una posapocalíptica”, definió el autor.

Ahora el centro es la imposibilidad

“Con el crecimiento de la ciudad, con la erosión de todo tipo, con la inseguridad y el derroche de tiempo laboral de un lugar a otro, entre otras cuestiones, queda claro que no existe una sola ciudad de México, hay varias, una se puede llamar Ecatepec, Ciudad Neza, Iztapalapa; es por ello que la pretensión de unidad (de una sola urbe) se desvanece”, explicó Monsiváis.

La ciudad de México es aquello que por inercia y vanidad seguimos llamando así, pero que en rigor son muchísimas más.

En ese contexto, diversas son las cuestiones que para el ensayista se aglutinan en ese viaje hacia una urbe posapocalítica.

Por ejemplo, “hasta el momento la celebración del bicentenario consiste en decir que ya viene la celebración del bicentenario y después se va a definir como que ya pasó la celebración del bicentenario.

Lo que pudo haber sido una revisión general en América Latina se está convirtiendo en un análisis que cada país hace de aquellos momentos de su historia que se consideran básicos. En el caso de México lo que se considera esencial es el desfile, lo que quita al resto del año la densidad histórica. Ese día, el 15 de septiembre de 2010, va a ser el momento en que la ciudad confronte que su pasado, también, fue un desfile.

En esta asamblea de ciudades, la clase política, dijo Monsiváis, tiene un lugar destacado en los medios electrónicos; un lugar excepcional en los destrozos sistemáticos que le causan al país, un sitio preponderante en el analfabetismo constitucional y político. (La clase política) lo obliga a uno a pensar que si eso es todo lo que tiene que ofrecer: pleitos, trampas, fraudes, obediencias incondicionales, destrucción del lenguaje, pues entonces tenemos que empezar de nuevo.

La refundación de la clase política podría ser un buen homenaje al bicentenario, apuntó.

Para el autor, quien se asume como optimista trágico, la tranquilidad residía en la esperanza, ahora es la conversión de la esperanza en un mercado de la piratería, en frustraciones, resignaciones y depresiones de índole variada. Se ha perdido el eje que era la posibilidad. Ahora todo está centrado en la imposibilidad.

La ciudad de México “básicamente era antes una ciudad tranquila. Ahora ya no. La intranquilidad tiene que ver con la economía, con el empobrecimiento de los pobres. Una de las novedades de este sexenio –pues ya estaba el enriquecimiento de los ricos–, fue lograr el empobrecimiento de los pobres, es una gran hazaña”.

Empoderamiento crítico

Publicado por el sello Debate, del grupo Planeta, Apocalisptick, comentó Monsiváis, es entre otras cuestiones, reflejo de cómo “la esperanza está siendo triturada masivamente, reconvertida en frustraciones; pero de ninguna manera está abolida. Pensar que basta la indignación ante ese hecho me parece falso. Creo que estamos en un momento de razonar organizadamente la esperanza. La esperanza individual no tiene mucho sentido, requiere de un proceso organizativo, que estamos viendo en muchas partes. Una palabra que revela hoy día lo que pasa en el país es: el empoderamiento crítico. Es armar la esperanza a título individual y en beneficio colectivo”.

Ejemplo de ello: las madres de Ciudad Juárez, tanto de los feminicidios, como las de la matanza de jóvenes; las madres y viudas de los mineros de Pasta de Conchos, o la resistencia a la minera canadiense en San Luis Potosí.