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Llama a los venezolanos a elegir bando; imposible, reconciliarse con la burguesía, dice

Para mantener continuidad, Chávez va por 110 diputados en septiembre

Ministro de Energía no descarta declarar una emergencia en la generación de electricidad

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Hugo Chávez paseó ayer por el centro de Caracas de la mano de su hija, María. El gobernante venezolano transmitió desde la Plaza Bolívar su programa Aló, Presidente y aprovechó para declarar de utilidad pública varios edificios históricos que operaban como comerciosFoto Reuters
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Periódico La Jornada
Lunes 8 de febrero de 2010, p. 27

Caracas, 7 de febrero. La Plaza Bolívar luce extraña este día, quieta, casi vacía en la mayor parte de su extensión. Ahí se planta el presidente Hugo Chávez a transmitir su programa dominical número 351, Aló, Presidente. La jornada arranca cuando Chávez abraza a su hija María y comienza a cantar aquélla del argentino Piero: “Caminando por Caracas, Caracas…”. Luego le recuerda a la joven que solían caminar ahí hace años y ella lloraba porque no podía atrapar una paloma.

Canto mal, pero canto, sigue Chávez y se suelta con unos versos de Rubén Lena: Simón Bolívar Simón, caraqueño americano, el suelo venezolano le dio la fuerza a tu voz.

Da unos pasos, saluda al alcalde y ex vicepresidente Jorge Rodríguez y otros funcionarios (en 11 años, Chávez lleva 157 cambios de ministros). Luego pregunta por qué esa calle se llama así y aquella asá. ¿Qué hay allí?, suelta, cuando señala un edificio. Una voz le responde que una joyería. ¡Exprópiese! ¿Y aquí? Unos comercios, le dicen. Exprópiense, ordena Chávez, llamado por quienes lo acompañan en su programa comandante presidente.

Tres horas después de la escena, la alcaldía informa que se ha firmado la solicitud para declarar a los edificios señalados de utilidad pública.

Al rescate del centro histórico

Se comienza a cumplir un deseo que Chávez justifica así: No es posible que estos edificios, con tanta historia, con tanto legado de nuestros próceres, estén ocupados por comerciantes. Esto es de todos los venezolanos, es un centro histórico que debemos rescatar.

La presencia del guerrerense Plutarco García, participante en un encuentro continental de movimientos sociales, da pie a Chávez para cantar a dúo con el mexicano unos versos de Valentín de la sierra. Plutarco se avienta, a petición de Chávez, un trozo de La persecución de Pancho Villa y el presidente venezolano celebra: ¡Doroteo Arango, el único latinoamericano que invadió Estados Unidos!

Chávez va de la cantada a la presentación de invitados especiales, del examen de asuntos nacionales a un enlace en vivo con los brigadistas venezolanos en Haití, de las elecciones de Brasil a la crisis eléctrica de su país, de la clase de historia a la afirmación de que Cristo era un antimperialista. Así transcurre el Aló, Presidente, programa que saca de quicio a los opositores y que muchos chavistas siguen con una mezcla de lágrimas y risas.

Y ahí va Chávez en su programa 351, en el que no suelta su tema favorito de estos días: las elecciones de septiembre: Imagínense ustedes que el próximo año se instalara una mayoría burguesa. Bueno, vendrían a tumbar al gobierno, ellos no van a venir a gobernar, no, ellos vendrían a tumbar al gobierno, a tratar de dar un golpe de estado tipo Honduras, a tratar de debilitar a la revolución, tratar de frenarla.

Para que ello no ocurra, Chávez quiere conseguir 110 diputados (de 165), es decir, dos tercios de la Asamblea Nacional (AN). Sólo con un triunfo así, dice, será posible seguir profundizando los cambios, porque con la burguesía es imposible la reconciliación. En esa línea, llama a los venezolanos a elegir su bando.

Pasando revista a los asuntos latinoamericanos, Chávez asegura que Estados Unidos buscará influir en las elecciones de Brasil para tener un gobierno subordinado a sus mandatos. El imperio estadunidense va a jugarse el todo por el todo con la derecha brasileña, como parte de un plan que incluye el golpe de Estado en Honduras y las siete puñaladas en el corazón de la Unión Sudamericana que son las bases gringas en Colombia.

El ministro y la catástrofe

Alí Rodríguez Araque lleva poco más de una semana como ministro del Poder Popular para la Energía Eléctrica. Antes ha sido cabeza máxima de Petróleos de Venezuela (PDVSA), canciller y ministro de Finanzas. Es una de las pocas figuras del chavismo respetada en círculos opositores.

Hoy comparece en el programa José Vicente hoy, que conduce el antiguo periodista José Vicente Rangel, vicepresidente de Venezuela en el primer trecho del chavismo. Eres un hombre hecho para las dificultades, define Rangel, con la mirada puesta en Rodríguez Araque.

Se entiende que por esa razón Chávez echó al ministro anterior y puso al ex guerrillero Rodríguez, como los puso al frente de PDVSA en los complicados días del paro petrolero.

El ministro responde todas las preguntas con una serenidad que contrasta con el verbo encendido de su jefe, el comandante presidente. No niega, aunque tampoco reconoce abiertamente, que en la crisis eléctrica hubieran negligencia y corrupción, pero dice que está consolidando los informes para tener la película completa. No puedo adelantar, todavía no tengo ni sede (el ministerio es de reciente creación).

Eso sí, se despacha contra la cuarta República, es decir, los gobiernos anteriores a Chávez, con algunas gráficas que ellos (los ahora opositores) pusieron todos los recursos, en el caso del río Caroní, en la energía hidroléctrica, que creció 87 por ciento, en contraste con la termoeléctrica, que sólo registró un incremento de 13 por ciento. En contraste, y aquí muestra otra gráfica, durante el gobierno de Chávez la hidrogeneración ha crecido 48 por ciento, en tanto que la termogeneración se ha quedado con el 52 por ciento restante. Ya quisiera ver qué harían si estuvieran aquí, dice a los críticos.

Las cifras prueban, en la argumentación de Alí Rodríguez, que la crisis es en parte heredada, toda vez que 70 por ciento de la energía eléctrica del país depende de una sola presa, El Guri, que debido a la sequía, resultado a su vez del fenómeno El Niño, está en niveles críticos que pueden llegar al colapso.

En los medios opositores, la semana que concluye estuvo llena de duros ataques a la ineficiencia del gobierno y de críticas por la presencia en Venezuela del comandante cubano Ramiro Valdés, a la cabeza de una delegación de técnicos cubanos que, según el gobierno, vinieron a echar la mano con su experiencia en materia de ahorro de energía (En Cuba lo que alegra son los alumbrones, bombardearon los medios locales varios días).

Dice Rodríguez Araque: La conducta que ha asumido la oposición, tan errática como en otros ámbitos, es la de literalmente secar El Guri. Cuando desatan una campaña contra los esfuerzos que hacemos por convencer a la población de hacer un uso racional de la energía, ¿qué es lo que buscan? Ellos saben perfectamente, porque estuvieron muchos años en el poder, lo que significa que el nivel de El Guri esté bajando de 10 a 12 centímetros diarios. No ignoran lo que significaría que El Guri llegara a un nivel de 240 metros (sobre el nivel del mar) o menos, la catástrofe que significaría a nivel nacional.

Durante y después del parto petrolero, que llevó al piso la producción petrolera de Venezuela y que tuvo un altísimo costo económico para el país, Rodríguez Araque estuvo al frente de PDVSA. Desde esa posición, le correspondió dejar en la calle a miles de ejecutivos, cuadros medios y empleados de la petrolera que se fueron al paro en el intento fallido de tirar a Hugo Chávez.

Con esas credenciales le dice al ex vicepresidente-periodista: La pregunta es ¿quieren secar El Guri?, ¿quieren provocar una catástrofe nacional?, ¿creen que así pueden obtener un beneficio político? Yo creo que no. Que lean con cuidado la experiencia que tuvieron cuando paralizaron la industria petrolera, qué ocurrió con sus protagonistas, el daño que le provocaron al país y cuan fortalecido salió Hugo Chávez de ese incidente.

La necedad universal

Advertidos los opositores, que esta semana hicieron manifestaciones contra el censurador de Internet Ramiro Valdés, Rodríguez Araque se ve obligado a pedir a la población tener un poquito de paciencia. Tengo la absoluta convicción de que lo vamos a resolver, los recursos están y el esfuerzo lo estamos haciendo.

El ministro reconoce que los primeros apagones fueron un error del gobierno. En esta ciudad, por ejemplo, sólo duraron un día. Hubo un error en la aplicación de la medida. La política de racionar es correcta, el tema es cómo hacerlo.

Rangel le pregunta, naturalmente, cuál será el costo político de la crisis de la energía eléctrica, el agua y la inseguridad. Todo dependerá de la velocidad y la eficacia con que actuemos para restablecer el servicio, dice, y agrega que la otra pata de su estrategia consiste en explicar a los venezolanos cuáles son las dificultades que enfrenta el sector eléctrico, lo costoso que resulta traer agua a Caracas o llevar electricidad al occidente del país desde una hidroeléctrica lejana.

En el cierre, Rangel pone su bola de cristal sobre la mesa. Rodríguez Araque pronostica un crecimiento bajo pero positivo de la economía del país, la continuidad de los programas sociales que llevaron al triunfo a Chávez en 2006 (y que hacen agua en estos días, según admiten incluso algunos chavistas, debido al burocratismo y la corrupción), y da la nota sin darla: Estamos en una emergencia y pienso que uno no puede ocultar esa palabra. Cuando cae tan abruptamente la generación de electricidad estamos ante una emergencia, aunque no la hemos decretado, cosa que posiblemente hagamos.

Una declaratoria de emergencia, plantea, tendría como único objetivo acelerar la adquisición de los recursos necesarios para incrementar la generación y responder ante un hecho inesperado.

¿Y el efecto político electoral? Rodríguez Araque responde con una fórmula que quizás era válida para la Venezuela del paro petrolero, pero que tal vez, merced a los aprendizajes de los opositores, ya no es garantía total para el chavismo: Tenemos un gran aliado, invaluable; nuestro mejor aliado es la oposición, responde.

–Eso dicen de Rodríguez Zapatero, con respecto al Partido Popular –apostilla Rangel.

–La necedad es universal.