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El emblemático tema La carencia sacudió a los miles que asistieron al Palacio de los Deportes

Celebramos 15 años de paz, resistencia y baile, lanzó Panteón Rococó a sus fans
 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de febrero de 2010, p. a16

Dr. Shenka, vocalista de Panteón Rococó, invitó este sábado a hacer en el Palacio de los Deportes el más pinche puto perro grande slam que se haya llevado a cabo aquí. Que en este círculo de paz haya tolerancia; cualquier gusto sexual... aquí cabemos todos, aquí todos somos iguales porque somos diferentes. Parecía que poco hacía falta la convocatoria, porque a esas alturas del concierto para celebrar los 15 años de una de las agrupaciones roquera-skaseras más populares de México, ya en la pista todos bailaban y brincoteaban.

Más que un solo slam, por toda la pista había muchos, algunos de puras mujeres, que resplandecientes por el sudor y la alegría chocaban entre sí, mientras a su alrededor algunos hombres, unos novios, otros mirones, presenciaban la escena.

Una inmensa fila de slameros

Comenzó a formarse una víbora de un tamaño que probablemente nunca se había visto en este recinto. Seguía y seguía, y a su paso iban uniéndose más y más, bailando mientras seguían su camino. Vengan, invitaban los de la víbora. La letra de Xeno, que en ese momento se escuchaba, venía al caso: En la ciudad yo voy cantando/ hasta encontrar un mundo mejor./ Por eso yo quiero ir bailando/ hasta gritar que ya soy libre/ y que la gente se nos una...

Algunos de los ahí presentes apenas habían nacido cuando se formó Panteón Rococó, en 1995. También había muchos que crecieron escuchando sus canciones, que bailaron en un millón de fiestas al son de La dosis perfecta. Estamos celebrando 15 años de resistencia. Paz, baile y resistencia, dijo Dr. Shenka. Ustedes nos han acompañado en este camino.

En el camino también los han acompañado muchos artistas, algunos de los cuales estuvieron como músicos invitados, entre ellos, Ely Guerra; Sax, de Maldita Vecindad; Lalo Tex, de Tex Tex; Pinocho, de Los Estrambóticos, y José Manuel Aguilera, de La Barranca.

Antes de Panteón Rococó, abrieron la noche el reggae de Fidel Nadal, de Argentina, y Los Amigos Invisibles, de Venezuela.

La sesión con Ely Guerra fue en un escenario en medio de la pista, que parecía más una velada de trovadores.

Foto
Dr. Shenka, durante su interpretación de Estrella rojaFoto Chava Rock

Luego regresaron a la euforia skasera en el escenario principal, con los instrumentos de viento y las percusiones en primer plano. Hoy quiero seguir bailando, si, se escuchó mientras una lluvia de cerveza caía sobre la pista.

Hace 15 años no pensábamos estar aquí. Estábamos en la Prepa 9, soñando con decir lo que pensábamos, lo que sentíamos, contó el vocalista. Durante el concierto hicieron un recorrido de los tres lustros de sus piezas urbanas, de desamor, de amor, de resistencia, con viejitas como Marcos Hall (dedicada al Ejército Zapatista de Liberación Nacional), Toloache pa’ mi negra y Cúrame, y más recientes como Estrella roja. Además estaban presentando su nuevo disco, Ejército de paz.

Estrella roja fue acompañada por un video con imágenes de Fidel Castro, Ernesto Guevara y la revolución cubana, mientras cantaban: Llevo en mi playera una estrella roja, igual no creo que sea una moda.

Esencial, el movimiento zapatista

Panteón Rococó forma parte de las bandas para las cuales el movimiento zapatista fue esencial en su formación. Fue fundamental en su despertar político, por decirlo de alguna manera.

La agrupación, formada por Dr. Shenka, Monel, Gorri, Missael, Dario, Felipe, Hiram, Tanis y Paco, es popular en Europa, donde se ha presentado en numerosas ocasiones.

Llegando al final del concierto entonaron una de sus canciones emblemáticas, cantada y bailada por todo el Palacio de los Deportes: La carencia, que comienza con: “Por la mañana yo me levanto/ no me dan ganas de ir a trabajar/ subo a la combi y voy observando/ que toda la gente comienza a pasar./ Por la avenida va circulando/ el alma obrera de mi ciudad/ gente que siempre está trabajando/ y su descanso lo ocupa pa’ soñar”.

Acercándose la medianoche, el festejo llegó a su final. O, para muchos, se desplazó a otro lugar.

Al grito de Oeee, oe oe, oeee, Panteóoon..., miles de personas se despidieron de su tan querida banda.