Cultura
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El poeta y filósofo abrió el Tianguis del Libro para Leer en Libertad

Con cada poema leído por González Rojo, los aplausos crecían en número e intensidad

Imperturbable, compartió sus versos con muchos transeúntes jalonados por la curiosidad

Los que aguardaron el inusitado recital recibieron del autor su antología El viento me pertenece un poco

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Enrique González Rojo, la noche del pasado martes, durante la lectura de algunos de sus poemas en una carpa emplazada sobre Paseo de la Reforma, a la altura de la Zona RosaFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de febrero de 2010, p. 5

Febrero loco: la lluvia corretea gente, el viento la despeina. Sobre el camellón de Paseo de la Reforma, a la altura de la Zona Rosa, florecen los paraguas y, al centro de la estampida, un hombre sentado en un sofá, bajo un carpa de plástico, lee en voz alta poemas del libro que sostiene en una mano.

Son las siete de la noche. Los peatones deben ser en su mayoría oficinistas saliendo de los edificios aledaños. A la pasada miran de reojo al hombre que persiste en la lectura, imperturbable. Jalonados por la curiosidad, algunos se detienen, permanecen un rato y se van. Así se reúne una audiencia flotante de 30 o 40 personas.

Vehemencia, alegría y pasión

Quizá nadie de los presentes sepa, ni tiene por qué saber, que el hombre que lee es un poeta muy reconocido en el ámbito literario; que también es filósofo, profesor universitario y activista político (de izquierda verdadera); que tiene 82 años; que se llama Enrique González Rojo Arthur y que es hijo y nieto de ilustres autores; que vivió y creció –como alguna vez ha dicho– en bibliotecas que tienen casa, no en casas que tienen biblioteca.

Pero lo suyo no es la Torre de Marfil, sino lo que ocurre este martes: el contacto con la gente cotidiana. No importa el ruido de los automóviles, los claxonazos impacientes, las sirenas agoreras de las ambulancias, los silbatazos inútiles del agente de tránsito. Si uno solo de sus poemas provoca algo a alguien, el poeta se da por bien servido.

Se entiende por eso que, en un entorno tan aparentemente inhóspito para la poesía, González Rojo lea con vehemencia, alegría y pasión. Con cada poema los aplausos crecen en número e intensidad.

Poco antes de una hora, concluye el insólito recital. Los que aguardaron hasta el final reciben un regalo: la antología de González Rojo, El viento me pertenece un poco, publicada por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal.

La lectura de González Rojo es el acto inaugural del Tianguis del Libro para Leer en Libertad.

Comunión con el público

Luego de atender a una decena de personas que hacen fila para pedir un autógrafo, Enrique González Rojo comparte su experiencia: Me pareció muy interesante, porque no es un acto al que se haya citado a la gente, ni que haya aparecido en los periódicos; la gente pasa por aquí, de pronto dicen ahí hay un señor que está leyendo y luego ya no se levantan. Yo estaba contento, el público al principio un poco frío, porque además hacía frío, pero poco a poco se vinculó con lo que estaba yo diciendo y hubo una comunión.

(El Tianguis de Libros para Leer en Libertad, situado sobre el camellón de Paseo de la Reforma, entre Insurgentes y Niza, permanecerá abierto hasta el próximo domingo. El lector podrá encontrar títulos de casi 100 casas editoriales a precios muy accesibles. Las actividades se desarrollan de 10 a 21 horas. Durante estos días tendrá lugar diariamente, a las 18:30 horas, una conferencia dentro del ciclo Historia de México para ciudadanos en rebeldía, además de conciertos y lecturas de poesía.)