Opinión
Ver día anteriorLunes 1º de febrero de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Astillero

México desangrándose

Masacres institucionalizadas

El príncipe Felipe viaja

Pastelazo panista en Veracruz

Foto
DOMINGO DE LUCHA. Los electricistas que iniciaron un plantón permanente en el Zócalo de la ciudad de México realizaron ayer reuniones para afinar su organización y mantener vigente su lucha. Las carpas que instalaron ocupan casi la mitad de la plancha. Su demanda principal es que se les reinstale en su fuente de trabajoFoto Marco Peláez
L

a sangre joven derramada. Ciudad Juárez convertida en la síntesis explosiva de los grandes males nacionales. Tragedia que no es sino una más en el amplísimo catálogo de males, impunidad, torpezas y abandono en que el país se agota. Masacre institucionalizada, matanzas cotidianas en una guerra sin sentido y sin victoria posible que un funcionario panista de facto decretó, necesitado de alguna forma de aspirar a legitimarse, aunque fuera pasando a la nación por las armas, y que le ha servido para tender por todos lados las redes militares y marinas que puedan enfrentar las rebeldías naturales que la sociedad genere y que mantienen hoy a los mexicanos naufragando anímica y físicamente entre los vaivenes del miedo inducido y del uso faccioso y selectivo de los instrumentos policiales y punitivos, entre la desesperanza y la irritación.

Pero, eso sí, el príncipe imperial Felipe y su comitiva por Japón paseaban, luego de haber asistido a la decadente reunión anual de Davos. Satisfecho pudo haber estado al saber que The Japan Times llevaba un artículo bajo su firma en el que mencionaba que la economía mexicana muestra signos alentadores de recuperación y el tema de la seguridad ha tenido especial atención. Me gustaría reafirmar el compromiso de mi gobierno contra las organizaciones criminales. Gracias a la coordinación entre varias instancias de gobierno hemos asestado severos golpes a la criminalidad. Palabras al aire extranjero cuando, en México, se conocía de cuando menos 14 jóvenes asesinados en Ciudad Juárez, cinco en El Limoncito, en Sinaloa; unas diez personas en Torreón, y así la larga cuenta de muertes en la guerra perdida del panista perdido.

Optimismo en las páginas orientales mientras los principales medios mexicanos de comunicación se entretenían largamente con los detalles de la recuperación de un deportista agredido en un antro de elites toleradas y con los triunfos futbolísticos a su salud dedicados, mientras las agresiones al pueblo sin privilegios continuaban, sobre todo en el norte del país y en particular entre jóvenes, a causa del belicismo felipillo atroz y desquiciado. Felipe turístico que a la hora de cerrar esta columna aún no hablaba sobre Ciudad Juárez y los jóvenes acribillados (por error, se comenzaba a decir anoche, como si eso justificara las cosas). Nada decía el acomedido ocupante de Los Pinos que raudo había hablado por teléfono en el caso Cabañas y prometido al presidente de Paraguay que serían detenidos los responsables de un oscuro incidente de bar de narcotráfico. Tal vez si los jóvenes de la urbe fronteriza martirizada hubieran sido jugadores del América, y Televisa les diera cobertura incesante...

Felipe viajero de superlujo, dando consejos y cátedra a medio mundo, sonriente a pesar de todo. Y su gabinete de desparpajo, desbarajuste y cinismo con cargo al presupuesto, demostrando que en este país lo que menos importa es cuando menos aparentar que se hace algo para gobernar. Allí está, por ejemplo, el secretario de Gobernación convertido en delegado panista en Veracruz, que reúne en sesión privada a la elite manejadora de los recursos federales en esa entidad (los delegados de las secretarías y otras oficinas importantes del gabinete), los cuadros directivos del panismo local y algunos precandidatos panistas a la gubernatura, con Miguel Ángel Yunes como receptor iluminado del gran dedo felipillo que en su elbista testa se posa para nombrarlo aspirante a pelear contra el malvado y corrupto Fidel Rojillo que pretende dejar como guardaespaldas al diputado federal priísta Javier Duarte. El secretario GoMón, y sus arreglos gástricos en busca de estética 2012, dejaron en la alborotada entidad el rumor (publicado en diarios locales) de que había ido allá no sólo a participar en una reunión nacional de industriales sino, sobre todo, a cerrar tratos para dar vía libre al Héroe de los Pastelazos (el citado Yunes) mediante el ofrecimiento de la embajada mexicana en el Vaticano a Gerardo Buganza y la Secretaría de Turismo a Juan Bueno Torio, que son los dos precandidatos panistas que pretenden pelear la postulación al gordillista Yunes. Buganza de inmediato negó esa versión y dijo que él peleará hasta el final la candidatura.

Guácala, habría dicho López Obrador ayer en Coatzacoalcos cuando le pidieron su opinión sobre la posible candidatura de M.A. Yunes. El tabasqueño fue allá a dar su respaldo al intento de Dante Delgado por regresar a la gubernatura de Veracruz, esta vez por seis años. AMLO mantuvo su desacuerdo declarativo con las alianzas de partidos de izquierda con PRI y PAN, mientras por todo el país se esparce el desintegrador virus del pragmatismo de oportunidad. En Durango al fin se decidió José Rosas Aispuro a renunciar al PRI para quedar a disposición de los perreanistas para ser candidato a gobernador. En Hidalgo, el polémico senador José Guadarrama quedó como abanderado del PRD para pelear la candidatura común a la foxista Xóchitl Gálvez, que está lista para invitar a Vicente Fox a hacer campaña bajo las banderas del sol azteca y el PAN. En Puebla, el elbista Rafael Moreno Valle sigue en espera de los detalles finales de su candidatura de oposición. Y en Oaxaca el estadista Jorge Kahwagi ha anunciado que se suma a la alianza con Juabino, en lo que ya es una especie de Arca de Cué. Chucho Ortega, en tanto, asegura que los malabarismos actuales son para impulsar frentes insurgentes libertarios y jura que con ellos se combatirá a los caciques de horca y cuchillo.

Política, politiquería; partidos y líderes electoreros, gasto y desperdicio de palabras y promesas, alianzas de suciedades multiplicadas. México desangrándose mientras sus elites viajan, peroran, disimulan, divagan... o se preocupan más por los detalles de un episodio futbolístico de nota roja y negra que por las muertes por decenas que diariamente forman la bitácora nacional de la desgracia. Y, mientras Tomás Eloy Martínez emprende su vuelo rey, ¡hasta mañana, viendo a Luis Carlos Uh Fraude aconsejar al PAN!